Melinda y Melinda

Woody Allen, 2004
Reparto: Chiwetel Ejiofor (Ellis), Will Ferrell (Hobie), Jonny Lee Miller (Lee), Radha Mitchell (Melinda), Amanda Peet (Susan), Chloë Sevigny (Laurel), Wallace Shawn (Sy), David Aaron Baker (Steve), Larry Pine (Max), Arija Bareikis (Sally), Josh Brolin (Greg), Steve Carell (Walt), Brooke Smith (Cassie).
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Allen y Allen

Unos intelectuales discuten en la mesa de un café sobre comedia y tragedia. Un amigo les propone un problema, él les cuenta un argumento y ellos tienen que defender si se trata de algo cómico o algo trágico. La película consiste en el desarrollo de ese argumento desde las dos perspectivas. Una antigua amiga se presenta en casa de una pareja cuando están cenando con los amigos y se queda a vivir con ellos una temporada, el matrimonio se propone ayudarla.

La versión cómica es la que todos asociamos con el cine de Woody Allen, la versión trágica no es menos familiar porque casi siempre se le escapa al cine de Allen. El marido de la versión cómica está interpretado por Will Ferrer y representa a Woody Allen, o sea, es maniático, ocurrente y lleno de tics. Odia, o envidia, al amigo guapo, al que ridiculiza con la propia inoperancia, encaja como nadie los cuernos, y no duda en ponerse en ridículo para demostrar lo que siente.

The night of the hunter: Melinda y Melinda le sirve también a Allen para presentar una hermosa y lúcida reflexión sobre nuestra capacidad para enfocar unos hechos desde perspectivas opuestas, trátese del escepticismo que nos conduce a verlo todo con humor o bien de ese sentido trágico de la vida que nos lleva a creer imposibles los finales felices.
Ricardo Aldarondo ****: En Melinda y Melinda queda mucha capacidad para la sorpresa. El punto de vista es doble, en principio: poniendo en primer plano el juego del creador que maneja a sus personajes, Woody Allen presenta los puntos de vista contrarios que dos autores, uno con vocación trágica y otro con una visión cómica de la vida, adoptarían ante un mismo personaje y una situación inicial. Pero, lejos de hacer un ejercicio académico de escritura de guión, Woody Allen deja que la vida arrastre a unos y otros, personajes y autores.

Rotten Tomatoes

El séptimo sello

Igmar Bergman, 1956
Reparto: Gunnar Björnstrand (Jons), Bngt Ekerot (la muerte), Max von Sydow (Antonius Block), Bibi Anderson (Mia), Inga Gill (Lisa)
La razón y la fe

Antonius Block vuelve de las Cruzadas con su escudero. Descansa en una playa donde la muerte viene a recogerlo. Antonius le ofrece una partida de ajedrez para ganar tiempo, si gana, la muerte le perdonará la vida. El caballero necesita el tiempo que dura la partida para resolver una gran pregunta: que hay detrás. Viaja camino de su castillo que está cerca de Elsinore (El castillo de Hamlet), conoce a un grupo de cómicos a los que la muerte también reclama para sí. Encuentra a una bruja que va a ser quemada por tener tratos con el diablo, le inquiere acerca del diablo, quiere hablar con él para que él resuelva su duda.

Unos dicen que el tema de la película es moral. Antonius busca el sentido de la existencia y pregunta a la bruja condenada por Satanás, pero ella no sabe nada. Su maldad es por tanto una invención. Jof, uno de los cómicos, inventa historias sobre Jesús, y también cree ver a la muerte bailando. Su visión también puede ser un sueño. Bergman se complace no aclarando ninguna verdad.

También hay quien ve en ella una obra de terror. Pero no hay cosa menos terrorífica que ver la cara del enemigo. La visión de la muerte jugando su partida es una imagen aséptica, abstracta. El duelo carece de misterio y, sospecho que voluntariamente, de fuerza.



“Who are you”, asks Block.
“I am Death,” the figure replies.
“Have you come to get me?”
“Yes.”
“Wait a minute.”
“Everyone says that.”
“But I don’t grant any reprieves.”
“You play chess don’t you? I’ve seen it in paintings and heard it in songs.”
Kiyoaky: Según la Biblia, los sellos son acontecimientos simbólicos a los que hará frente el pueblo de Dios desde la resurreción y ascensión de Jesús hasta su segundo advenimiento en la tierra. Concretamente, en el Séptimo Sello, siete ángeles tocan cada uno una trompeta, provocando plagas, muerte y destrucción justo antes de la venida de Jesús.
Bosley Crowhter: Escrito en 1958 para el New York Times.
This initially mystifying drama, known in Swedish as Det Sjunde Inseglet, opened yesterday at the Paris, and slowly turns out to be a piercing and powerful contemplation of the passage of man upon this earth.
Tony Pellum: What immortalized this film is Bergman's analysis of morality, chaos, and religion suggested within the simple yet powerful cinematic elements he employs.
Jeremy Hailman: The theme moves from anger, to revenge, to lust, to freedom, to fear, to forgiveness, from second to second. You realize what it's trying to do, and succeeding at, is saying all of those things about people at once.
The movie’s ultimate message is not to look for definitive answers, since nothing is guaranteed to remain as might originally appear. Even inevitable death is a disappointing anticlimax here, since it doesn’t bestow the expected enlightenment with its coming.
Dave Becker: Mankind has struggled for an answer to this question for thousands of years. In the end, it is an unsolvable riddle for the living, and the magic of Bergman’s film is that it does not take sides, does not try to find the answer. It merely discovers a number of skillful ways to examine the question. You are left contemplating, along with the Knight, and you will ponder that question, and this film, for some time after.
Dr. Isakson: Fortunately the Knight has distracted Death from taking Jof, Mia and their child as well. This act of selflessness is all forfilling for the Knight. It is a true act of meaning which the Knight had been searching for all of his life. And with this deed he can truly become satisfied with the exsistance he had on earth.
Steph Wright: The iconic figure of a man playing chess with the Grim Reaper himself has lent itself to many a parody, but no imitation has been as poignant as the original.
Dan DeVore: The confessional scene is when Bergman reveals to us the inner thoughts and soul of Blok. It gives meaning to why he is not ready to face death, but longs it at the same time. Before he can die he wants truth and knowledge, but he wants to die nevertheless. The horrors of the plague and the crusades would be enough to drive any man to his state of mind. Basically Blok is the personification of the agnostic and most human beings whether they would like to admit it or not.
Arthur Lazere: Bergman explores here issues of life and death and faith. At the same time he sustains our interest with a good story, strong narrative flow, and an infallible sense of theatrical timing. He knows just when to interrupt a dialogue of despair with a scene of comic relief, when to inject into a pastoral idyll an ominous foreboding.
Notcoming: Convinced of “tomheten” (emptiness) Block wanders away to the circus family where he has a bowl of “smultron” (wild strawberries, offered to him by Bibbi Andersson as in Wild Strawberries, made the same year). The symbolism of the meal points to one other existential truism, that for the moment daily bread is enough.
Mr Cranky: For those of you early on in your cinematic education wondering why Isabella Rosellini's mother would wish to bore the whole of humanity instead of flashing her pretty face in front of the camera: that's Ingmar not Ingrid. The reflective Swede Ingmar is responsible for a whole series of films so deep in their symbolism that an entire generation of intellectuals has emerged from theaters around the world believing if they could just stop the boredom by beating themselves to death with a couple volumes of Sartresian philosophy, life might actually have some meaning.

Rotten Tomatoes: 100%

Johnny Guitar

Nicholas Ray, 1954
Reparto: Joan Crawford (Vienna), Sterling Hayden (Johny 'Guitar' Logan), Mercedes McCambridge (Emma Small), Scott Brady (Dancin' Kid), Ward Bond (John McIvers), Ben Cooper (Turkey Ralston), Enerst Borgnine (Bart Lonergan), John Carradine (Old Tom), Royal Dano (Corey), Frank Ferguson (Marshal Williams), Paul Fix (Eddie).
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Western fou

Johnny Guitar llega a un salón de juego enclavado en un paraje casi desierto. La dueña es la mujer que amaba. Vienna le ha hecho venir después de cinco años para ayudarle con el local. Aparece una partida de granjeros que quieren que ella se vaya y cierre. Temen que por su culpa venga el ferrocarril y traiga granjeros; acusan a la banda de Dancin’ Kid de cometer asaltos en la región pero él lo niega. Encabeza la partida Emma, una ranchera que odia a muerte a Vienna.

La fama de la película viene de su rareza y de la cantidad de lecturas que añade a las siempre lineales tramas del western. El fondo de la película es el enfrentamiento entre dos mujeres, Vienna y Emma. Y aunque siguiendo la tradición del western resuelven sus diferencias con pistolas es un duelo entre mujeres. Muchos han querido ver en la historia un trasunto de la caza de brujas de Macarthy, y es cierto que el protagonista y el director sufrieron la persecución. Se habla del nacimiento del western psicológico, también del western lírico, y hay quien no duda en hablar de tragedia griega por el carácter casi mítico de los conflictos. Los diálogos son a veces cáusticos, a veces grandilocuentes, a veces poéticos. Muchos elogian el uso que Ray hace del color, el rojo intenso de los decorados y los parajes nocturnos, el blanco del vestido de Vienna, que representa su inocencia en medio de los abusos.

En Johnny Guitar hay mucho de lo que dos años más tarde aparecerá en “Rebelde sin causa”. Una pareja atormentada por sus propios problemas, un final apoteósico lleno de hilos que se juntan y una víctima que resuelve la tensión ofreciendo su vida en un sacrificio, como en una tragedia clásica.

El famoso diálogo de Johnny Guitar


Johnny: How many men have you forgotten?

Vienna: As many women as you've remembered.

Johnny: Don't go away.

Vienna: I haven't moved.

Johnny: Tell me something nice.

Vienna: Sure. What do you want to hear?

Johnny: Lie to me. Tell me all these years you've waited...

Vienna: All these years I've waited.

Johnny: Tell me you'd have died if I hadn't come back.

Vienna: I would have died if you hadn't come back.

Johnny: Tell me you still love me like I love you.

Vienna: I still love you like you love me.

Johnny: Thanks. Thanks a lot.
Victor Rivas Morente: Una de las cintas del oeste más importantes de los años 50, período en el cual, sin perder los parámetros tradicionales que delimitan el histórico género, algunos westerns, especialmente tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, alcanzaron una proyección psicológica reseñable por su profundidad y complejidad, que ayudaban a madurar las clásicas propuestas y motivos, y a inundar la tipología y mitología westeriana con simbologías y lirismos acompañando la cavilación reflexiva sobre personajes solitarios de difícil integración, generalmente antihéroes, significados por la amargura, la melancolía y unas contradicciones emocionales que les situaban en difíciles conflictos personales e interpersonales, generalmente ubicados en microcosmos con caracteres de definición universal.
Se desvía de la mera exaltación hombruna tan característica del género para incorporar el enfrentamiento clave entre dos personajes femeninos fuertes, aguerridos y decididos, que incluso trastocan el color concedido en su vestimenta a “buenos y malos”, alejándose de la violencia/muerte/venganza entendida como fin, para emplearla como medio de deliberación sobre la misma y sus consecuencias.
Es muy plausible el sentido climático de tensión, mantenido con un pulso narrativo brioso y diálogos secos, cortantes, directos, amenazadores, imbuidos en muchas ocasiones de cinismo e ironía, que urgan en las debilidades y fortalezas de un completo muestrario de personajes, en sus deseos, en sus esperas, en sus odios, en sus encuentros, en sus celos, en sus pasiones.
Dennis Schwartz: Nicholas Ray's exotic psychological and neurotic Western, in which he covers his usual outsider theme but in a Western that doesn't feel like any other. It feels as if Freud wrote the script and everyone's sexual motivations were constantly being psychoanalyzed. It was almost as if the film was a parody of a Western humorously examining what a man and a woman are supposed to be like, while playing games with the Western conventions.
Derek Malcolm: This baroque and deliriously stylised Western, along with Fritz Lang's Rancho Notorious and Raoul Walsh's Pursued, proves it is possible to lift the genre into the realms of Freudian analysis, political polemic and even Greek tragedy.
John Petrakis: aficienados labelit a teen opera dressed up in western gear, while conspiracy theorists maintain that the entire movie is an extended allegory for the McCarthy witch hunt
Gary Morris: Crawford apparently detested McCambridge (jealous of her superior acting abilities, no doubt) to the point that she snuck into her rival's dressing room one night, stole all her clothes, and threw them onto the highway. A pity -- when by all accounts Crawford's "predatory lesbian" instincts during this time were at their zenith.

Rotten Tomatoes

Triple agente

Eric Rohmer, 2004
Reparto: Katerina Didaskalou (Arsinoé), Serge Renko (Fiodor), Cyrielle Clair (Maguy), Grigori Manoukov (Boris), Amanda Langlet (Janine), Emmanuel Salinger (André), Dimitri Rafalsky (Dobrinsy), Jeanne Rambur (Dany), Vitaliy Cheremet (Alexis Cherepnin), Bernard Peysson (Doctor), Laurent Le Doyen (Periodista).
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La historia de James Bond según una peluquera a la que le contó algo una vecina del sexto que le vio un día

De los críticos como Méndez-Leite pienso que deberían apiadarse de los pobres espectadores que no nos sabemos de memoria toda la filmografía de Rohmer ni somos entendidos en los silencios significativos de alto copete porque si siguen mandándonos a ver películas como esta van a acabar por convertirse en los sabios que predican en el desierto. Yo soy un espectador muy paciente, pero lo de hacerme ver esta película de espías de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil española con una recomendación de nada menos que cinco estrellas es una puñalada trapera que le tengo bien guardada al señor crítico.

Sólo falta que ahora todos los directores descubran el chollo de Rohmer. Imagínense el despilfarro que significan las aventura de Indiana Jones, de James Bond o de Bourne, coches rotos, piruetas, explosiones, persecuciones, peleas, nunca más de diez minutos en la misma ciudad. Rohmer ha descubierto que en vez de mostrarnos una persecución y un asesinato en el metro de París, basta con que el oficial de policía le pregunte al presunto asesino que hacía el martes a la una de la tarde. En vez de mostrarnos la España de la Guerra Civil, Rohmer escoge unas imágenes de archivo. En vez de mostrar los tratos de un espía ruso con otro general también ruso, Rohmer deja pasar dos horas al espía con su mujer, griega, a la que le oculta todo y le habla de las goteras del piso. El espectador sagaz debe deducir todo aquello que la cámara no le muestra.

Y es que Rohmer se ha tomado demasiado en serio el dicho de que el cine no estimula tanto la imaginación como los libros. Yo le agradezco a Rohmer que me ilumine con sus diálogos y deje las persecuciones y los tiroteos para otros directores de poca monta, pero la próxima vez que me anuncie una película y su amigo Méndez-Leite, o Alberto Bermejo, da igual, le hagan la ola, yo me compro una bolsa de palomitas y me meto en la primera película que vea de Jackie Chan, aunque tenga que aguantarle sus chistes malos.
Alberto Bermejo ****: Su intriga, inspirada en un caso real, la misteriosa desaparición de un militar de la Rusia zarista, transcurre en apasionantes confrontaciones verbales con las que los personajes exponen sus particulares puntos de vista.
Fernando Méndez-Leite @@@@@: Rohmer, siempre en presente de indicativo, hace una descripción escéptica y pesimista de las contradicciones que rigen la historia -el comportamiento del gobierno de Blum con la República española, el pacto germano-soviético, la actitud del Partido Comunista ante las huelgas de su propia base, etc...- y de las contradicciones del comportamiento privado de sus personajes. Y las expone con el mismo rigor, idéntica ironía y exacta nitidez en la puesta en escena que en la totalidad de su obra.

Rotten Tomatoes

Crimen ferpecto

Alex de la Iglesia, 2004
Reparto: Guillermo Toledo (Rafael), Mónica Cervera (Lourdes), Luis Varela (Don Antonio), Enrique Villén (Inspector Campoy), Fernando Tejero (Alonso), Javier Gutiérrez (Jaime), Kira Miró (Roxanne), Rosario Pardo (Sra. despistada), Gracia Olayo (Concha).
Guión: Jorge Guerricaechevarría y Álex de la Iglesia.
* *
¿Quién dicta los cánones de belleza?

Muchos creadores empiezan ganándose al público envolviendo su mala leche en el papel couché del humor y la imaginación, pero les ocurre que una vez nos tienen ganados se olvidan de nosotros y dejan su mala leche un poco desnuda y aburrida, para regocijo, sólo, de devotos e incondicionales. Le ocurrió a Almodóvar y ahora le está ocurriendo a Alex de la Iglesia.

Rafael es un vendedor sin parangón que ha dedicado toda su vida a los grandes almacenes Yoya o algo así. La sección de moda de señora es su reino, allí se viste, liga con las vendedoras... Su sueño es vivir como un señor, ajeno a la mediocridad de la gente de la calle, y hasta que no cumpla ese sueño no se conforma con nada, ni siquiera pinta su piso. Este comienzo de la película es muy fresco y animado. Guillermo Toledo se dirige a la cámara como su confesora para hablarnos de sí mismo y de sus sueños.

Para llegar a ser jefe de planta, Rafael tiene que vencer un obstáculo. Don Antonio, de la sección de moda de caballeros compite con él por el puesto y tienen un mes para medir quien hace más caja. Rafael se juega el puesto en una venta de un abrigo de visón, que es una escena antológica donde Alex de la Iglesia sabe que se juega la película. Rafael pierde y don Antonio se venga después de ser ascendido; discuten y don Antonio muere accidentalmente. Lourdes, la única vendedora que Rafael no ha intentado ligarse por su físico poco acorde con los cánones de belleza actuales, conoce el secreto de Rafael y lo obliga a ser su amante.

Con un comienzo tan atrevido Alex de la Iglesia tenía fácil llevar su película a buen puerto, pero lo cierto es que una vez hecho el planteamiento la idea no dio más de sí y es un poco lamentable ver como el director estira un personaje que ya había matado porque no sabe por donde tirar.

De la Iglesia habla del soltero de hoy, de la poca disposición que tiene al compromiso, que está representado por la muchacha fea e impositiva. Rafael, que aborrece la mediocridad y sólo puede vivir entre primeras marcas y mujeres neumáticas, se ve obligado, para tapar su delito, a casarse con una mujer que representa la peor de sus pesadillas: fea, vulgar y con una familia de freaky. (Perdonen el anglicismo pero busco sin descanso una expresión castiza). Cabe reírse de ver al engreído escarmentado, pero cabe también simpatizar con él. Es una de las muchas razones que hacen que la película no me hiciera tanta gracia. Tampoco me parece un acierto el modo que evolucionan los secundarios. Cabía sacar mucho partido de esos compañeros tan dichararcheros, pero en vez de eso todos se van volviendo puñeteros.

Hay muchos excesos en la forma de narrar las peripecias. Todo lo que ocurre podía haber sido planteado con la sutileza de una screwball comedy, pero De la Iglesia prefiere el exceso, y hasta cierto punto el esperpento, para que no nos olvidemos de que está haciendo comedia, no vaya a ser que le tomemos en serio. Por eso maltrata mucho los almacenes, situados en el edificio de la FNAC de Callao, y las muecas de los actores son algo desencajadas. Yo respeto su estilo, pero seguiré prefiriendo, siempre, la sutileza.

De hecho sus mejores golpes son casi invisibles. Le gusta colocar en el mismo plano a una persona que está enamoradísima (ella) y otro que vive una pesadilla (él); un almacén en llamas lleno de gente histérica y un empleado tranquilo que se fuma un cigarrillo. ¿Se acuerdan de “El día de la Bestia” cuando el sacerdote busca un disco y Santiago Segura, detrás, baila al son de la música satánica?

Al final De la Iglesia consigue lanzar su eslogan sobre lo ridículo que es el éxito en el mundo de la empresa, y hasta calza un párrafo entero sobre lo absurdos que son nuestros modelos de belleza que nos dictan los centros comerciales. Bueno, es su película y me parece bien que saque su pancarta, alguna idea traída por los pelos, o que deje un cameo al mimo de Preciados que finge un día de viento. Pero yo creo que en realidad ha creado una metáfora, no del todo desdeñable, sobre la asfixia en que se convierten algunas relaciones de pareja.

Teo | Fabrizio Benedetti
Fernando Méndez-Leite ****: Como en "Lío en los grandes almacenes", de Frank Tashlin, la acción de la nueva y muy divertida comedia de Álex de la Iglesia transcurre en un porcentaje elevado de su metraje en una de esas grandes superficies donde los ciudadanos dejamos tiesa la tarjeta de crédito. Pero el protagonista de este crimen disléxico no es un patoso como Jerry Lewis, sino lo contrario: un empleado modelo que aspira al puesto de jefe de planta, seguro de sí mismo, machista y donjuán.
Jesús Palacios: En sus mejores momentos, películas como Acción Mutante, El día de la Bestia y, sobre todo, Muertos de risa (su obra maestra) o La comunidad, se erigen como sabias y feroces herederas del teatro y el verbo de Muñoz Seca, Jardiel Poncela, Tono, Mihura, los primeros Álvaro de la Iglesia y Alfonso Paso (después perdidos para la causa, asfixiados por su propio éxito), el humor gráfico de “La Codorniz”, más que de “El Jueves”, y, naturalmente, los tebeos clásicos del humor hispano, hoy lamentablemente olvidados: el “Din Dan”, el “DDT”, “TBO”, el “Tío Vivo”, el ya más moderno “Mortadelo”, etc. De Jan, Ibáñez, Vázquez, Schmidt, Benejam, Raf, Escobar, Serafín y tantos otros, han aprendido Álex de la Iglesia y su sempiterno döppelganger guionista, Jorge Guerricaechevarría, el arte de hacer reír de forma inteligente, cínica y, sin embargo, surreal, tierna y barroca.
Enrique Colmena *: hacer una comedia negra, negrísima, pero lo que le sale es su evidente aversión por la perfección o por la normalidad

El curso de crítica de cine

He pasado una semana intensa en un curso del Círculo de Bellas Artes sobre crítica de cine. Lo daba Antonio Sempere que escribe en muchos medios y en la foto aparece de pie. Huvo muchas opiniones. Yo defendí los gustos del gran púbico, y la taquilla y nadie pareció escandalizarse. Tengo suerte de que el curso no lo daba Boyero.

Horizontes lejanos

"Bend of the river"
Anthony Mann, 1952
Reparto: James Stewart (Glyn McLyntock), Arthur Kennedy (Emerson Cole), Julie Adams (Laure Baile), Rock Hudson (Trey Wilson), Jay C. Flippen (Jeremy Baile), Lori Nelson (Marjie Baile), Chubby Johnson (Capitán Mello), Harry Morgan (Shorty), Royal Dano (Tom), Frances Bavier (Mrs Prentiss), Howard Petrie (Tom Hendricks)
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La manzana y el cesto

James Stewart interpreta a McLyntock, un pistolero de Misouri que ha cambiado de vida y acompaña a una caravana de granjeros hasta Oregón para convertirse, él también, en un pacífico agricultor. El camino hasta la tierra de labranza consume la primera mitad de la película, algo más lenta que la segunda, y está lleno de temas clásicos del western. McLyntock salva a un viejo conocido de ser linchado. Los dos pelean con los indios y salvan la caravana. En Pórtland, los granjeros pagan las provisiones para el otoño, pero una vez establecidos, las provisiones no llegan. La fiebre del oro las ha hecho subir de precio y el comerciante prefiere especular con ellas.

La segunda mitad tiene el ritmo y la acción que le falta a la primera. McLyntock va a la ciudad con varios granjeros, toma las mercancías y desafía a los pistoleros de la ciudad que lo persiguen en una carrera apasionante.

El tema central de la película es la posibilidad de cambiar de los hombres. El líder de los granjeros le dice a McLyntock que si se pone una manzana en un tonel de manzanas sanas, esa manzana no mejorará. El personaje de James Stewart pretende demostrar que sí es posible cambiar. Una y otra vez es incitado a la violencia, a su pasado de pistolero, y el protagonista vence esa tentación, vence los prejuicios del granjero, y también las normas del género que siempre prefiere al héroe duro antes que el compasivo.
Wade Major: "Bend of the River" is clearly the lesser of the Mann/Stewart collaborations, though it's not without its charms. Adapted from the Bill Gulick novel by Borden Chase, who also wrote "The Far Country," it stars Stewart as the proverbial "man with a past, this time charged with protecting and guiding Oregon Trail pioneers. Easy enough... until some bad guys spoil the party and incur his wrath.
Rotten Tomatoes

Collateral

Michael Mann, 2004
Reparto: Tom Cruise (Vincent), Jamie Foxx (Max), Jada Pinkett Smith (Annie Farrell), Mark Ruffalo (Fanning), Peter Berg (Richard Weidner), Bruce McGill (Pedrosa), Irma P. Hall (Ida), Barry Shabaka Henley (Daniel), Javier Bardem (Félix), Emilio Rivera (Paco).
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Digiriendo a Tarantino

Si los diecisiete millones de habitantes de Los Angeles fueran una nación serían la quinta potencia económica del mundo. Eso le cuenta Vincent a un taxista de esta enorme ciudad americana mientras le conduce de parada en parada hasta los cinco testigos de un juicio a los que tiene que matar. Foxx, es un taxista honrado, incluso más honrado de lo normal, pero no puede evitar la matanza porque cuando quiere avisar a un desconocido, Vincent lo mata.

Michael Mann ha tenido la idea incendiaria de meter en un taxi de Los Angeles a un personaje escapado de una película de Tarantino con un taxista escapado de una película de Spielberg. Gana Spielberg, pero lo hace con trampa, y a algún espectador travieso, como el que escribe, probablemente se quede con ese Vincent nihilista.

Es culpa de la herencia de Tarantino, que ha dejado en sus compatriotas puritanos un grano de arena que no saben como envolver de nacar para que no les escueza tanto. El asesino, Vincent es el mismo Vincent que interpreta Travolta en Pulp Fiction. Un asesino despiadado pero eficaz que nos arrastra en su afán. Sus manías, sus flaquezas, sus reflexiones, sus detalles, lo convierten en un personaje tan capaz de ganarse nuestro corazón con su pistola como cualquier otro héroe con sus buenas acciones. El espectador se quedaría aplaudiéndole, que es lo que nos demostró Tarantino, pero entonces aparece un héroe tradicional, el taxista es un hombre apocado, pero sólo él puede salvar la vida de una persona que le importa porque la policía de Los Angeles está más despistada con el caso que la de Madrid con el del 11M. Esta segunda parte la impuso el productor como condición para recuperar el dinero invertido y no puede ser más previsible. Pero a pesar de todo, el principio es estimulante, el asesino sin escrúpulos es visto con los ojos del hombre honrado, al que incluso acompaña a ver a su madre. Cada uno se asombra del otro y la cámara se entretiene con ellos mucho rato porque aunque se pasaran toda la vida juntos, probablemente nunca llegarían a entenderse.
Roberto Piorno @@@@: Una noche de aire viciado y objetivos mezquinos, el crimen como consecuencia "política" y sociológica, la muerte como consecuencia colateral de tanta ruina, de tanta aberración, y un cineasta de vanguardia que otea el horizonte urbano con la incredulidad del descreído y que diseña un laberinto de luces y sombras, crimen y castigo, difícilmente olvidable, que tiene la insólita virtud de levantar ovaciones de públicos dispares y raramente reconciliables.
Enrique Colmena ***: Pero es cierto que la historia funciona bien, sobre todo porque la puesta en escena de Mann es robusta, vigorosa, con un duelo constante entre el hombre medio de la calle, una persona honrada con un sueño que tal vez no llegue nunca a cumplir, pero que le sirve de ilusión y acicate para seguir viviendo, y el asesino a suelo de turno, un tipo duro y cerrado, escéptico ante todo y para el que la vida humana vale lo que la cifra del cheque que recibirá por cobrarse esa pieza.
Francisco Marinero *: Lástima que el talento quede reservado para el final, cuando hay puro suspense sin filosofía barata.
Spaulding: Y ríanse también de Brian de Palma, aquel al que durante una época se le consideró el discípulo aventajado de don Alfred Hitchcock (más por su afán incontrolado de imitación que por ingeniosidad), ya que Collateral, reposada aunque misteriosa, desemboca en una agitada e inmejorable media hora final, que bien quisiera haber filmado el citado de Palma.
Cooper: La travesía de ambos por la jungla de asfalto de la alienada Los Ángeles, excepcionalmente mostrada por Mann mediante el uso magistral de las panorámicas aéreas, durante una sangrienta noche, cambiará sus destinos cruzados por el caprichoso azar. El taxista, sometido a un salvaje proceso de aprendizaje vital que operará en él una transformación. El asesino, imperturbable en sus objetivos de aniquilación. Dos seres de valores opuestos por un camino sin retorno.
Mr Cranky (-2): The two have nothing in common, so director Michael Mann keeps their relationship on a curious edge, somewhere between Hannibal Lecter and Clarice Starling or Jim Belushi and K9. Sometimes they bond, like when the two visit Max's sick mother (Irma P. Hall), and sometimes they nearly come to blows, which you'd expect in a wacky "cab driver meets trained assassin" buddy movie like this one.
Fred Kennedy ****: Meticulously constructed it may be, but Collateral is not without structural problems. After a jack-in-the-box first hour, when Max’s cab swings right every time you are convinced it must turn left, the last act does slide inexorably towards convention. In place of surprise we are offered mere plot devices, the kind of cosmic coincidences only screenwriters truly believe in. And even as we demand the only possible conclusion — a showdown — we understand that it can never really satisfy.
Fred Thom: Mann rend hommage à Melville dont il modernise l'œuvre. Ce dernier trajet en métro renvoie irrémédiablement au Samurai et Los Angeles se substitue à Paris. On l'avait pressenti avec Heat et To Live and Die in L.A. de William Friedkin : le renouveau film noir — ou neo-noir — passe inexorablement par Los Angeles, ce que Mann confirme ici une fois pour toutes, d'une façon magistrale.

Rotten Tomatoes: 85% $100m.

Winchester 73

Anthony Mann, 2004
Reparto: James Stewart (Lin McAdam), Shelley Winters (Lola Manners), Dan Duryea (Waco Johnnie Dean), Stephen McNally (Dutch Henry Brown), Millard Mitchell (High-Spade Frankie Wilson), Charles Drake (Steve Miller), John McIntire (Joe Lamont), Will Geer (Wyat Earp), Jay C. Flippen (Sargento Wilkes), Rock Hudson (Young Bull), Tony Curtis (Doan).
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Western circular

Winchester 73 es una historia circular. Dos hombres quieren matarse a duelo en Dodge City, la ciudad del mítico sheriff Wyatt Earp, pero no pueden. El sheriff ha decretado que nadie puede llevar un arma en la ciudad mientras dura el concurso de tiro. Lin McAdam (Stewart) gana el concurso y el premio, un Winchester único en su clase. Su rival, el ladrón Waco, se lo roba y huye de la ciudad.

Anthony Mann sabe hacer atractivos sus westerns recogiendo muchos temas tradicionales. En Winchester 73, aparecen los indios que amenazan al hombre blanco, el vendedor de armas y los asaltantes de bancos.

El duelo que no pudo ser al principio ocurre al final. Pero ahora conocemos a los pistoleros y sabemos quien es el malo, hemos descubierto quien sabe tratar a las mujeres, quien respeta la ley, y quien tiene principios.
Antonio Méndez Casanova: Mann despliega la clásica historia de búsqueda y venganza con un entramado familiar de fondo y un inteligente planteamiento narrativo: la permuta de posesión de un rifle Winchester 73 que irá definiendo los elementos personales del film.
En su recorrido y junto al retrato de sus personajes protagonistas, se aborda un muestrario clásico de iconos que trazaron la leyenda del western como el General Custer, la ciudad de Dodge City, Wyatt Earp, Little Big Horn, los pieles rojas, la cantante de saloon, la caballería, los colonos...
Deep-focus: Probably working under the influence of his own down-and-dirty films noirs, Mann adds a layer of dark complexity to familiar character types. Still, it's best read as a pure, unpretentious western, celebrating bedrock American values and serving up action in wide open American spaces; in that, it functions like a well-calibrated rifle. The highlights are the tense, funny opening scenes in Dodge City; a showdown between an encircled cavalry unit and a riotous pack of determined Indians that begins with a galvanizing chase sequence as a pair of unwitting travelers are herded into the trap; and a final confrontation on the rocks that boasts sharp dialogue, psychological gamesmanship, and startling deep-focus cinematography.

Rotten Tomatoes

Antes del atardecer

Richard Linklater, 2004
Reparto: Ethan Hawke (Jesse), Julie Delpy (Celine), Vernon Dobtcheff (Encargado librería), Louise Lemoine Torres (Periodista), Rodolphe Pauly (Periodista), Mariane Plasteig (Camarera), Diabolo (Philippe), Denis Evrard (Encargado barco), Albert Delpy (Hombre en el grill), Marie Pillet (Mujer en el patio).
Guión: Richard Linklater, Julie Delpy y Ethan Hawke; basado en una historia de Richard Linklater y Kim Krizan; basado en los personajes creados por Richard Linklater y Kim Krizan.
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Diez años después

“Antes del Atardecer” es la continuación de una película de 1994 que se llamó “Antes del amanecer” que trataba de una pareja de jóvenes que sólo tienen unas horas para conocerse en Viena. En el 2004 han pasado diez años y él se ha convertido en un escritor famoso gracias a la novela inspirada en aquella tarde. Ella vive en París y acude a la librería donde él presenta su libro, el avión sale en una hora y tienen ese tiempo para tomar un café y charlar.

“Antes del atardecer” arriesga mucho al hacer coincidir el tiempo del reloj del espectador con el tiempo del reloj de los actores. Caminan por París, y no cabe esperar ningún acontecimiento, pero el cine siempre habla de cosas que pasan y cosas que cambian. ¿Qué cabe esperar de una hora y pico de charla? Si uno se plantea las cosas desde este punto de vista puede comprobar que “Antes del atardecer” es una película muy interesante. Linklatter ha apostado fuerte, y creo que ha ganado su apuesta.

Cuando se encuentran hablan sin parar e intercambian sus mejores rostros. Se acuerdan de aquella tarde de hace diez años pero ninguno le da más importancia de la que puede tener una tarde. Hawke imita a Woody Allen con sus gestos forzadamente inseguros. Hablan de si mismos, de sus trabajos, ella trabaja en una ONG, critica el imperialismo yankee, él es materialista, o quizá finge serlo. Se gastan bromas, teorizan sobre el tercer mundo, sobre el trabajo, sobre el papel del hombre. Mas tarde comienzan los reproches, los dos se culpan por haber dejado escapar aquella tarde. Hablan de su vida personal, los dos tienen pareja, los dos se sienten vacíos. Queda lugar para un par de sorpresas. Y aunque la película es sólo una conversación, los personajes consiguen producir el mismo efecto que una película de persecuciones y tiros, consiguen el espectador se sienta indefenso en medio de un torrente de emociones.
Fotogramas ****: los diálogos coescritos por los propios actores resultan particularmente incisivos y brillantes. [...] si alguien puede estar plenamente satisfecho es Éric Rohmer. Por fin le ha salido un heredero, el siempre imprevisible Linklater, capaz de convertir este aparente divertimento en un cuento moral tan luminoso como La rodilla de Clara y tan filosófico como Mi noche con Maud.
Ebert ***: What they are really discussing, as they trade these kinds of details, is the possibility that they missed a lifetime they were intended to spent together.

Rotten Tomatoes = 94% $6m.

El crack II

José Luis Garci, 1982
Reparto: Alfredo Landa (Germán Areta), María Casanova (Carmen), Miguel Rellán (Moro), José Bódalo (Don Ricardo), José Manuel Cervino (Frutos), Arturo Fernández (Don Gregorio), Agustín González (Bombilla), María Adámez, Fernando Bilbao.
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Cine negro castizo

Los dos Craks de Garci hicieron una traducción castiza del género negro que no he vuelto a ver repetida. Garci estaba en estado de gracia y dio con un filón que no debía haber abandonado hasta que el público se hubiera cansado, como hace Narciso Ibáñez Serrador cada vez que vuelve a la televisión con su Un, dos, tres. Germán Areta es una creación inolvidable, con ese gesto de malas pulgas, o de hombre sufrido, amable, incluso, que aguanta hasta que salta y deja a todo el mundo temblando. Para mi gusto Areta siempre será la mejor creación de Landa. Areta deja que la gente le suelte su rollo, al peluquero, a la novia, al antiguo jefe, ahora retirado, que quiere pensar que es feliz pero está harto de su casa de campo. Así, los secundarios van dibujándose y creando un mundo personal, un escenario agridulce donde da igual lo que pase, o cual sea el caso, porque estamos encantados de ser testigos.

Algunas frases le salieron redondas, pero es que no eran frases de adorno, son frases de situación. "Bueno, un trabajo como otro cualquiera, duermo poco, ando mucho, y lo que veo no me gusta." Rellán está magnífico con su verborrea, y no se asusta de los matones que le amenazan en el cine donde echan La junga de Asfalto, "Coño, si parece que os habéis escapao de la pantalla." Y cuando María Casanova vuelve a la oficina y él le apunta: "nada, estaba dando un paseo y me dije, voy a pasarme por la oficina a ver si así Areta coge y me pega un tiro."

Garci había visto mucho cine y conocía las reglas la mar de bien. Las intuía y las seguía como un sabueso. Areta empieza con un caso de celos entre dos homosexuales, que le daba también un aire de modernidad, y sin darse cuenta resulta que se ha metido en un caso grave donde hay mafias, grandes negocios y también grandes crímenes. El hampa amenaza a Areta y en vez de apartarlo, consiguen, cada vez más, que el caso sea una cuestión personal para él. Garci demuestra oficio con ese manejo gradual de la acción que cada vez involucra más al detective. El héroe se queda cada vez más solo cuando se va acercando a los criminales, la novia, el jefe, el ayudante, todos lo abandonan. Su vida está en juego y no le importa, y el final es redondo, el bueno entra en la guarida de los malos.

El Madrid de 1982 es un Madrid que Garci quiere dibujar moderno, y sin embargo sabe tanto a viejo, tanto desconchón, y tanto hollín en aquellas fachadas. Ahora, en cambio nos quiere transportar a un Madrid pobre de 1950, y todo sabe a Madrid prefabricado. Esta segunda parte del Crack no es tan buena como la primera, porque no repara el daño que le han hecho los asesinos, pero sigue siendo una de mis favoritas de los años ochenta.

Asuntos varios

Quería recomendarles un artículo que he leído en la bitácora de Bango sobre el porqué y el sinsentido de nuestra pasión por el cine. Creo que les va a gustar.

Igual que otros bitacoreros he recibido la visita y el atento correo de David que se propone crear un portal de cine. Desde aquí le deseo toda la suerte del mundo.

Le propuse también una idea que ahora me gustaría exponer para todos los autores de bitácoras de cine, o de otros temas pero con algún post de cine. ¿Qué les parecería una portada unificada que enlazara todas? Yo me pongo en el lugar de un lector. No sabe que ver en el cine o bien sale de ver un estreno y quiere leer opiniones de gente no experta como nosotros (bueno, yo al menos no lo soy, leo, pero no soy experto en nada). A este tipo de lector le facilitaría mucho las cosas encontrarse una página (y sólo una) donde figuraran semana a semana un listado de películas y debajo los enlaces a las bitácoras que las comentan. Y también creo que al estar organizado, habría más lectores en cada bitácora de cine, en vez de ser los patitos feos de la blogosfera.

¿Alguien quiere opinar, u ofrecerse? Personalmente yo estaría dispuesto a dedicarle tiempo semanal...
Walter Salles, 2004
Reparto: Gael García Bernal (Ernesto Guevara de la Serna), Rodrigo de la Serna (Alberto Granado), Mía Maestro (Chichina Ferreira), Mercedes Morán (Celia de la Serna), Susana Lanteri (Tía Rosana), Jean-Pierre Noher (Ernesto Guevara Lynch), Lucas Oro (Roberto Guevara), Marina Glezer (Celita), Sofia Bertolotto (Ana María), Facundo Espinoza (Tomás).
Guión: José Rivera; basado en el libro "Notas de viaje" de Ernesto "Che" Guevara y en el libro "Con el Che por Sudamérica" de Alberto Granado.
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El joven che

Diarios de una motocicleta es una hermosa road movie, un documento sobre la inabarcable extensión de America Latina y sobre una época del pasado, un testimonio de la juventud de un hombre que se iba a convertir en un cabecilla de la revolución, y alguna cosa más, pero no es lo que en el fondo pretende ser. No es una película que nos haga sentir como un joven algo pícaro y enamoradizo cambia para convertirse en un hombre entregado a los demás, en un gran líder.

Ernesto Che Guevara conoció a Fidel Castro en 1955 y luchó con él como médico. Cuando triunfó la revolución Fidel le otorgó la nacionalidad cubana y llegó a nombrarlo presidente de Banco Nacional de Cuba en 1959 y en 1961 ministro de industria. Toma parte en muchas actividades internacionales en las que representa a Cuba. En 1966 se incorpora a la guerrilla Boliviana para seguir luchando por la revolución pero cae herido el 8 de octubre de 1967 y es asesinado al día siguiente.

Diario de una motocicleta recoge su periplo por tierras de Sudamérica durante 1952, cuando tenía 23 años y le quedaban tres asignaturas para acabar la carrera de medicina. Aún no ha tomado conciencia social pero la gente que conoce en el camino y sobre todo la experiencia en la leprosería peruana le abrirán los ojos. Le acompaña su amigo Alberto Granados, un parlanchín algo granuja que hoy vive en Cuba.

Rotten Tomatoes = 83% $3m.

El espanta tiburones

Vicky Jenson, Bibo Bergeron y Rob Letterman, 2004
Personajes: Oscar, Don Lino, Angie, Lola, Lenny, Sykes, Bernie, Ernie, Frankie, Luca, Don Feinberg, Katie Current, Joe "El Loco", Vinny.
Guión: Michael J. Wilson y Rob Letterman.
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¿Para qué buscarse un arrecife?

El protagonista de El espantatiburones esta doblado por un Will Smith que me tiene de su buen rollito hasta la coronilla, me da igual que sea matando marcianos invasores o alienígenas o inventores del Wild West; el argumento es el de una típica película de chicos guays y gangsters malos que uno ha visto cien veces pero está adaptada al fondo del mar, los chistes están cogidos por los pelos, y sin embargo, el invento funciona porque se han trabajado un buen final, y va a resultar que es cierto eso de que al público se le gana en la última escena, y lo demás no importa.

El referente de esta obra es “Buscando a Nemo”; el pez erizo y las medusas están copiados con descaro, y el resto con descuido. La película de Pixar era una obra original con una segunda lectura de tipo humano, sobre que adultos nos ayudan a crecer y cuales no; ésta en cambio tiene una lectura social, con estereotipos muy trillados y roles probados en muchas películas para no arriesgar la recaudación. La traducción de éstas figuras sociales a un arrecife de coral resulta innecesaria; casi todos los asuntos se podían haber tratado directamente con personajes humanos. En vez de tiburones podíamos haber visto a mafiosos, en vez de una empresa de lavado de ballenas una de coches, en vez de dos medusas con cargas eléctricas, dos matones; la entrevistadora de televisión que hace famoso al héroe, las carreras de caballos (caballitos de mar) son los de siempre en una película americana. Igual que en El planeta del tesoro (obra de la casa enemiga, Disney) uno se pregunta para qué han adaptado tanto.

El protagonista, Oscar, de quien no se les ocurre otro chiste que compararlo a las salchichas Oscar Mayer, vive atrapado en su puesto de limpiador de ballenas y sueña con irse a vivir a un barrio pijo. Lenny, por su lado, es un tiburón blando, vegetariano, compasivo que no encaja en su mundo porque no puede ser un asesino como quiere su padre. Oscar se enfrenta con un tiburón que muere por accidente y todos creen que es un héroe. Se trata de la fábula del Sastrecillo Valiente y la fábula del héroe con pies de barro que tanto le gustaba contar a los humoristas como Dany Kaye y Jerry Lewis. Oscar se sostiene en la cima haciendo creer a todos una mentira, y para no salirse de la fórmula conocida conoce una chica buena que le quiere por sí mismo y una chica mala que sólo quiere al héroe.

Aunque la creación no sea tan buena, es muy probable que salgan contentos de la sala igual que yo por obra y magia del final. Cabía esperar un final feliz para cumplir con los cánones, pero es más que eso. El espectador descubre que hay algo que conecta los problemas de pez y los del tiburón vegetariano, y que todo se resuelve con un mismo paso. En ambos casos hay un personaje que no está viviendo en la realidad y en ambos casos darse cuenta de la realidad hace que todos vivan felices coman perdices, y todo lo demás. De un manotazo se resuelven muchas cosas, y eso es hacer encaje de bolillos y poner un broche.

Rotten Tomatoes = 33% $46mill.
Anthony Mann, 1961
Glen Ford (Yancey 'Cimarron' Cravat), Maria Schell (Sabra Cravat), Anne Baxter (Dixie Lee dueña del Dixie's Social Club), Arthur O'Connell (Tom Wyatt), Russ Tamblyn (Cherokee Kid), Mercedes McCambridge (Mrs. Sarah Wyatt), Vic Morrow (Wess Jennings, de la banda de de Cherokee Kid), Robert Keith (Sam Pegler, dueño del 'Oklahoma Wigwam'), Charles McGraw (Bob Yountis), Harry Morgan (Jessie Rickey, impresor), David Opatoshu (Sol Levy, el tendero), Aline MacMahon (Mrs. Mavis Pegler) Lili Darvas (Felicia Venable, madre de Sabra)
Guión: Arnold Schulman; basado en una novela de Edna Ferber.
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El conflicto entre la comunidad y la familia. El héroe casado

En 1803, los Estados Unidos consiguen el vasto territorio español de la Luisiana dentro del cual va incluido Oklahoma. Los indios que fueron derrotados en las guerras con el hombre blanco han sido obligados a retroceder y a vivir en ese territorio. Pero después de la Guerra Civil, los ganaderos ponen sus ojos en este territorio de dos millones de acres y el gobierno decide reorganizarlo, concede parcelas a los indios y organiza una serie de pruebas entre 1889 y 1895 para repartir la tierra a las que se llamó “The Oklahoma Land Rush”. Se daba un pistoletazo de salida y a cada colono se le cedía la tierra que encontrara el primero.

Yancey Cravat, Cimarron, es un hombre del oeste, un abogado, que se acaba de casar con una señorita educada de Texas a la que lleva a Oklahoma para participar en el reparto. Una antigua amante se le adelanta y un amigo editor que iba a montar un periódico muere en la avalancha de carros. Así que decide continuar el trabajo y pone en marcha el periódico Wigwam de Osage. Amigo de todo el mundo, Yancey defiende a una india que es víctima del racismo, y a un muchacho al que quiere llevar por el buen camino para que no se haga bandido, y también ayuda a una familia de ocho niñas cuyo padre se empeña en encontrar petróleo.

Yancey es un héroe que renuncia a todo por la comunidad, no acepta el dinero de la recompensa de Cherokee Kid, ni el soborno de su amigo el magnate del petroleo, y su esposa no lo entiende. Yancey sacrifica el bien personal, y también el del hogar, por el de la comunidad.

La heroicidad de Yancey, Cimarrón está probada, pero su papel dentro de su familia queda enturbiado. La mujer, Savra Cravat se parece a la esposa de “Cinco horas con Mario” en su versión del marido al que no entiende. Conforme avanza la película toma las riendas del periódico que levanta ella sola. El marido desaparece cinco años porque ha ido a luchar a Cuba, y más tarde porque se ha enrolado en la primera guerra mundial. Caben dos lecturas, pensar que es un héroe incomprendido por su familia, o bien que es un fracaso de marido que busca realizarse con otro tipo de hazañas.
Existe una primera versión de la novela de Edna Ferder de 1931 con Richard Dix e Irene Dunne
Rotten Tomatoes

El hombre de Laramie

Anthony Mann, 1955
Reparto: James Stewart (Will Lockhart), Arthur Kennedy (Vic Hansbro), Donald Crisp (Alec Waggoman), Aline MacMahon (Kate Canady) Wallace Ford (Charley O'Leary), Jack Elam (Chris Boldt)
***
La herencia de los Waggoman

El hombre de Larramie puede gustar mucho a los amantes del western porque está llena indios, ganaderos con fincas inmensas, paisajes áridos, una herencia de padres a hijos, leyes impuestas con el revólver, caciques, duelos y venganzas; pero probablemente decepcione a los amantes del drama porque los malos y los conflictos no son muy sólidos.

Will Lockhart conduce un convoy de mercancías hasta un pueblo de Nuevo México llamado Coronado. Sabemos que una segunda razón le lleva hasta aquellas tierras y descubriremos que busca al que vendió rifles a los indios, porque su hermano, un joven soldado, murió en una escaramuza. Lockhart sufre una y otra vez las afrentas de Dave Waggoman, el hijo del cacique del pueblo que impone su ley arbitraria. Lockhart lo pone en su sitio y se gana el respeto del padre, un hombre honrado que también usó la fuerza para dominar aquel territorio, pero con justicia.

La causa del ranchero y la de Lockhart se unen al final, como si el anciano buscara alguien que ocupara el lugar de su hijo. Pero, aunque ese momento es épico, Anthony Mann ha tenido que sacrificar demasiada realidad para llegar hasta él. Lockhart es víctima de afrentas por parte de un villano que parece no tener otro placer en la vida que el de herirle, su reputación se ve implicada en crímenes que no ha cometido y de los que no puede defenderse. Y aunque el final esclarece la verdad y salda cuentas con cada personaje, resulta curioso el modo inconsciente en que actúan los verdugos.
Images journal: Stewart’s obsessed heroes are always on edge. Unlike John Wayne who exuded a western machismo of invulnerability, Stewart’s characters had their moments of doubt, mental anguish, and vulnerability. In Winchester 73, Stewart loses control, his face rippling into a series of uncontrolled paroxysms as he twists Dan Duryea’s head into a bar counter. In The Man From Laramie, Captain Lockhart (Stewart) is captured by Dave Waggoman (Alex Nicol) and shot in the shooting hand. He writhes in pain, bubbling, "Why you scum," and then rides away wounded and defeated.
All movie guide: Anthony Mann directed this brilliant psychological western based upon Shakespeare's King Lear.
Glen Erikson: The Man From Laramie manages to be simultaneously conventional and boldly unusual. On one hand, it is stacked with stock situations and characters that on paper sound pretty lame: The mysterious stranger come to town to settle the hash of friend and foe alike (Shane); the prim heroine; the Ponderosa-like monster ranch and its aging patriarch (Duel in the Sun, Giant, The Furies, The Big Country); and the plot device of (yawn) selling guns to the Indians (more oaters than you can throw a buffalo at). But Anthony Mann elevates the mythic elements with a visual flair that would serve him well in his later epics: El Cid, The Fall of the Roman Empire, even The Heroes of Telemark. Will Lockhart faces down the mounted, charging Alec Waggoman in a confrontation reminiscent of El Cid. In one of Mann's most brutal and traumatic scenes, a frantic, writhing Lockhart is held fast, his hand outstretched, so that the insane Dave Waggoman can shoot a hole through it.
Richard T. Jameson: The Man from Laramie is the last of five remarkable Westerns the director made with James Stewart (starting with Winchester '73 and peaking with The Naked Spur). This collaboration marked virtually a whole new career for Stewart, whose characters are all haunted by the past and driven by obsession--here, to find whoever set his cavalry-officer brother in the path of warlike Indians.

Rotten Tomatoes
José Luis Garci, 2004
Reparto: María Adánez, Francisco Algora, Manuel Andrés, Ángel de Andrés López, María Asquerino, Aurora Bautista, Frank Braña, Fernando Guillén Cuervo, Carlos Hipólito, José Caride, Antonio Dechent, Ana Fernández, Fernando Fernán-Gómez, Alfredo Landa, Ramón Langa, Elsa Pataky, Andrés Pajares, Beatriz Rico, Miguel Ángel Solá.
Guión: José Luis Garci y Horacio Valcárcel.
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El estilo Garci

Un hombre maduro corteja y abandona a una muchacha joven, otro hombre maduro no abandona a su amante, un conserje de un banco se quiere hacer pasar por director para deslumbrar al alcalde de su pueblo, una parroquiana muy beata y avara guarda una fortuna en un baúl, una pareja de cineastas argentinos tramitan un préstamo para rodar en España. He intentado encontrar un hilo conductor que una los temas que engarza la película, y sólo encuentro uno, el hastío que producen.

Garci ha desvalijado medio Rastro madrileño para ambientar el Madrid de 1950. Era necesario rodar esa época porque a falta de argumentos él ha decidido que le basta con rodar ambientes y nostalgia. Yo le hubiera sugerido que volviera a rodar “La colmena” que es sólo unos años anterior. De hecho hay mucho de ese libro en la estructura de Tiovivo c.1950. Los personajes son blandos como los de Cela, incluso cuando van de duros como Alfredo Landa que es siempre una parodia de sí mismo; la obra está dividida en cuadros con personajes que están relacionados por detalles minúsculos y situaciones que se entrecruzan haciendo que todos tengan que ver unos con otros si el espectador tiene la santa paciencia de llevar la cuenta.

Por desgracia, Garci ha usado un texto propio. No dejo de reconocerle el esfuerzo que ha hecho en esta ocasión para eliminar todos los aforismos que sin lugar a duda estaba ansioso por calzar. Alguien debería elogiarle por haber dejado cerrado, esta vez, su libro de citas famosas, pero casi ni se nota, porque sus escenas tienen la misma cadencia lapidaria de siempre. Un actor suelta una frase y otro escucha boquiabierto, suena una musiquilla de fondo y nos corta la escena sin cortar la música, como diciendo “ah que tiempos aquellos”. Garci se ha convertido en una marca parodiable. El estilo Garci es el de la forma sin fondo. Yo le diría que para que lo del “understatement” funcione, primero tiene que haber un mensaje y luego esconderlo; si uno esconde sin tener nada que decir no funciona.

Casi todos los directores se quejan de los recortes que sufren sus grandes obras para convertirse en un producto de consumo. Garci debería celebrar la suerte que tiene; en vez de podarle la película, le han dejado estrenar dos horas y media de pura paja.
Carlos Rosal **: un film fallido por su indefinición, por no saber que vía tomar, la de querer contar la Historia o la del mero recuerdo personal (y me vienen a la cabeza el Ammarcord de Fellini o el último Almodóvar, que conscientes de lo que son dan rienda suelta a la imaginación y no se encorsetan por voluntades reconstructivas sino que huyen de ella)
Fotogramas *:Madrid, años 50, días de Navidad. Un reventa de entradas (Fernando Guillén Cuervo), un mecánico (Alfredo Landa), una taquillera de metro (Elsa Pataky), una anciana indigente (Aurora Bautista) y un puñado de personajes atrapados, como los caballitos de un tiovivo, a una realidad triste y gris, componen el fresco de unos tiempos difíciles en los que se vivía en blanco y negro pero se soñaba en technicolor.
Semana Digital: reconoció que sus referentes en ´Tiovivo c. 1950´ son los cineastas madrileños, como Edgar Neville, y autores como Camilo José Cela o Francisco Umbral. [...] "No me interesa hacer una película ambientada en el momento actual. La España de ahora no la entiendo; de tanto tirar de las mangas van a acabar rompiendo el traje"
Como Hacer Cine: Para revivir un Madrid que ya no existe más que en nuestros recuerdos, ha sido necesario que Gil Parrondo (un decorador con dos Oscars y dos Goyas), diseñara, construyera (con Ramón Moya) y ambientara (con Julián Mateos) 24 decorados: desde la estación de metro de Retiro a un enorme cafetón de barrio
Página Oficial.
Miguel Marías (Contertulio de Garci en su programa de la 2): No hay 70 actores, sino 70 personajes con sus biografías, con su pasado y su futuro, con los que Garci se cruza en algunos momentos de un par de días críticos para algunos de ellos, banales para otros, del mes de diciembre de un cierto año, que no ha querido precisar porque vale para varios de los alrededores de 1950. No es un rompecabezas ni trata de dibujar un "microcosmos" o una "panorámica" de la sociedad, que haría de cada uno un "representante" de algo, sino que es una mirada que atraviesa en diagonal el espesor de esos días [...] Esta vez ha ido tan al grano que ha refrenado -por fin- la tendencia, ya disminuida en los últimos tiempos, pero todavía de vez en cuando excesiva, a ser un poco enfático y demasiado explícito, a atribuir a algunos personajes sus admiraciones y entusiasmos.

Horas de luz

Manolo Matjí, 2004
Reparto: Alberto San Juan (Juan José Garfia), Emma Suárez (Marimar), José Ángel Egido (Chincheta), Vicente Romero (Morata), Andrés Lima (Granizo), Ana Wagener (Chus), Aitor Merino (Tormo), Daniel Núñez (Chester), Paco Marín (Rafa).
Guión: José Ángel Esteban, Carlos López y Manolo Matjí.
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¿La gente cambia?

Juan José Garfia protagonizó en 1987 una escapada de la policía digna de la España negra, que se saldó con tres muertos, luego recorrió varias cárceles en las que lideró más de un motin, intentó escaparse y acabó internado en El Dueso, una prisión de alta seguridad para presos de alto riesgo llamados FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento). “Horas de luz” narra la experiencia de este preso en condiciones inhumanas en la prisión de El Dueso y su cambio después de conocer a una enfermera del penal a la que sólo puede ver una vez al mes. La película evita explicarnos que llevó a Garfia a cometer sus crímenes y nos plantea si una persona como él puede cambiar.

El mayor acierto está en el modo que la enfermera se acerca al preso. Dado que está prohibido conversar, Garfia no cuenta nada. Si lo hiciera pensaríamos que la ha manipulado, pero no. Ella se acerca a él porque ve en su espalda el trato inhumano que está recibiendo. No se acerca a él porque se deje convencer por un discurso, que, sospechamos, debe ser muy convincente dada su vocación de agitador.

Hay muchos silencios en la película y mucha historia que no pasa delante de los ojos del espectador. Para mi gusto queda mucho que explicar de una enfermera con tres hijos que pone su futuro en manos de un convicto con juicios pendientes. ¿Está demasiado sola? ¿Ha descubierto al hombre perfecto en una situación extrema? ¿Tiene el síndrome de Estocolmo invertido y no puede resistirse ante la idea un hombre encerrado? A veces, los espectadores tenemos la sensación de que el director sabe menos que nosotros de la historia que cuenta.

La película ocurre a finales de los ochenta y principios de los noventa. El español tiene el hábito de pensar que cualquier tiempo pasado fue peor. En nuestra cultura, todas las atrocidades caben en el pasado pero no en el presente que vemos claro. La costumbre es achacar todo lo indecible a la etapa de la dictadura, pero las generaciones envejecen y la nuestra ya no recuerda aquellos años, así que ahora es la década de los ochenta la que carecía de carceleros decentes, y de derechos humanos. La cárcel va haciéndose menos costrosa a la vez que los carceleros se van convirtiendo en seres humanos cuando nos acercamos a nuestros días, y el espectador debe aceptar que hoy somos mejores que antaño porque somos más modernos.
Alberto Bermejo ***: un estimulante ejercicio de austeridad en el que la emoción no surge de los subrayados o de las estridencias melodramáticas sino del rigor con que la ficción se inspira en la realidad, de la manera atenta con la que la cámara observa a los personajes entre los muros de las distintas cárceles por las que Garfia ha ido pasando.
Méndez-Leite @@@@@: 'Horas de luz' se puede leer como una reivindicación del derecho a la reinserción de los delincuentes por graves que hayan sido sus delitos, como una denuncia de los abusos y torturas que aplican en las cárceles de cualquier parte funcionarios desaprensivos aun en los sistemas democráticos, o como una historia de amor redentor, que lo es en buena medida. [...] Es una película sobre la búsqueda de la bondad en un entorno en que imperan el rencor, los prejuicios, la maldad de los legales, la violencia de los ignorantes.
Grupo Tortuga. CNT: Cuando visitamos el pabellón de los FIES en la penitenciaría de El Dueso me sorprendió que las celdas fueran tan parecidas, si no idénticas, a las del presidio de Guantánamo cuyos planos había visto en la prensa. Se han globalizado las técnicas penitenciarias para quienes infringen la ley y desafían el orden, cualquier orden, aunque sea injusto.
Palencia Digital: Los familiares de algunas de las víctimas de Juan José Garfia ponen en duda la veracidad de la película "Horas de Luz", que narra la historia del delincuente vallisoletano y piden que Garfia "se pudra en la cárcel".
No te salves!: El hecho y la realidad que muestran la película es que la cárcel, en general, es un sitio donde “almacenar” los “deshechos” de la sociedad, donde la reinserción no es el objetivo, ni mucho menos, sino que es un instrumento de castigo continuo para aquellos que han desobedecido las reglas.

Hellboy

Guillermo del Toro, 2004
Reparto: Ron Perlman (Hellboy), John Hurt (Trevor "Broom" Bruttenholm), Selma Blair (Liz Sherman), Jeffrey Tambor (Tom Manning), Karel Roden (Grigori Rasputín), Rupert Evans (John Myers), Doug Jones (Abe Sapien), Brian Steele (Sammael), Ladislav Beran (Karl Ruprect Kroenen), Bridget Hodson (Ilsa), Corey Johnson (Agente Clay).
Guión: Guillermo del Toro; basado en un argumento de Guillermo del Toro y Peter Briggs; basado en el cómic creado por Mike Mignola.
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El héroe gamberro

Los nazis intentan abrir una puerta con el infierno en 1944, pero un científico americano los detiene. Sin embargo, un ser del otro mundo se cuela en el nuestro, es un bebé al que llaman Hellboy, de color rojo, cornamenta y un brazo de piedra. En nuestros días, ese monstruo trabaja para el gobierno luchando contra todo tipo de demonios.

Hellboy, Riddick y Punisher son resultado del empacho que tiene el público de héroes ideales, salvapatrias y bienintencionados, del mismo modo que Shrek responde a la indigestión que había en el público de buenos sentimientos de la casa Disney. Los tres son héroes gamberros, a su manera.

Creo que Guillermo del Toro ha querido hacer lo que a Alex de la Iglesia le salió sin esfuerzo en “El día de la bestia”, convertir el mal en una cosa divertida. En ese sentido no ha dado en el blanco. Una cosa es saltarse las normas éticas, otra cosa es saltarse las normas que uno mismo pone. Hellboy funcionaba bien como héroe gamberro que hace las cosas porque esa es su tarea y se ríe con sorna de los monstruos que mata; pero al tratar de darle dimensión dramática el héroe defiende bastante mal el tipo. Su relación con la chica, con el científico que lo salvó y al que llama "papá", y con el nuevo científico joven, destilan mucha menos química de la que podía haber conseguido otro director; los momentos de tensión, en los que uno tendría que preocuparse por la vida de un personaje encaja mal en una historia donde Del Toro se ha ventilado con su humor macabro a medio plantel de secundarios.

Yo no pretendo dictarle a nadie cuales tienen que ser los valores del protagonista, pero no estaría mal que, ya que es provocadoramente malo, lo fuera siempre, o no lo fuera nunca, pero, no las dos cosas. Hellboy está mal definido en lo que respecta a su mundo de valores, pero reconozco que en los detalles es una creación inigualable, por ejemplo con los cuernos que se lima con una máquina porque quiere parecer normal, o sus desayunos pantagruélicos.

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Enrique Colmena **: Del Toro se siente en la obligación de dar mucha acción, para justificar el presupuesto, aunque finalmente no ha debido ser la suficiente, porque el filme se ha saldado con un relativo fracaso en taquilla en USA
Crisei: La diferencia entre Mignola y los demás es que Mignola es un grande de la historieta y que no sólo de Jack Kirby ha bebido el hombre, pese a que la influencia del Rey sea manifiesta en su obra y en el pasado de Hellboy y su plantel de nazis de opereta (¿nadie echa en falta a Cráneo Rojo o a Zemo?), y que salpica su obra de otras influencias enormemente apetecibles: Lovecraft, la mitología europea del licántropo o el fantasma, cierto interés en lo oculto, una estética personalísima de luces y sombras, el puro placer de experimentar mientras se narra.
Fotogramas ****: Hellboy es su mejor película hasta el momento. Porque en el personaje creado por Mignola ha encontrado el equilibrio perfecto para su pasión por el género gótico, clásico y esotérico (referencias a Lovecraft, Machen, Crowley...), por el humor esperpéntico (un diablo que caza demonios), por la estética pulp (la película es un catálogo visual del fantástico desde Weird Tales a Richard Corben, desde Virgil Finaly al Creepy) y por la poesía humanista del género (un demonio más humano que los hombres, un amor infernalmente posible entre la bella y la bestia).
Roger Ebert ***: Hellboy has a tender side, not only for Liz but for cats and kittens. He has one scene with the FBI director that reminded me of the moment when Frankenstein enjoys a cigar with the blind man.
Mr Cranky (-3): Personally, I think when writers get lazy and can't think up good villains, they just fall back on the Nazis like lapsed alcoholics downing shots. [...] It seems ridiculous that FBI director Tom Manning (Jeffrey Tambor) can do no better than offer up agents who are basically Star Trek red shirts going off to the slaughter every time they show up to battle demons. [...] Frankly, I think Hollywood is going through a phase here: too many superhero/comic book movies. They're all starting to blend together: the characters, the demons, the jokes. It's "X-Men" meets "Indiana Jones" or "Mystery Men" meets "Schindler's List." Whatever.

Rotten Tomatoes = 77%. $59mill.
Anthony Mann, 1955
Reparto: Victor Mature (Jed Cooper), Guy Madison (Capitan Glenn Riordan), Robert Preston (Coronel Frank Marston), James Whitmore (Gus), Anne Bancroft (Corinna Marston), Russell Collins (Capitán Bill Clarke), Peter Whitney (Brigada Decker), Pat Hogan (Mungo), Guillermo Calles (Alce Moteado), Manuel Dondé (Nube Roja).
* *
Western Negro

Jed Cooper es feliz en las montañas hasta que los indios le quitan todo lo que tiene como venganza por el fuerte que los blancos acaban de construir en su territorio. Jed se dirige al fuerte y se hace explorador; quiere ser soldado, pero el Capitán le explica que primero tiene que civilizarse. Jed es un hombre demasiado libre y salvaje para la vida en el ejército. Se fija en la esposa de un oficial, del Coronel Marston, y la corteja sin miramientos. El capital y el oficial se disputan el poder dentro del fuerte. El capitán es razonable, planea esperar a que acabe la guerra civil y lleguen más refuerzos; el coronel es inhumano, en la batalla de Shiloh sacrificó a más de dos mil hombres en una canicería.

Mann plantea un tema acorde con el western que es el contraste de la vida del hombre de la montaña y la vida en la sociedad, en el cuartel. Influido tal vez por su etapa anterior de cine negro, también explora los excesos del poder y las oscuridades del mando. El protagonista se ofrece para cometer un asesinato que libre al regimiento de un mal mayor, pero da marcha atrás cuando ve el horror que ha despertado.
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Sean McCoy: Mann of the West
The Guardian: Anthony Mann, man of the West
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