Quiero ser como Beckham

"Bend it like Beckham"
Gurinder Chadha, 2002
Reparto: Parminder Nagra (Jess Bhamra), Keira Knightley (Jules Paxton), Jonathan Rhys Meyers (Joe), Anupam Kher (Sr. Bhamra), Archie Panjabi (Pinky Bhamra), Shaznay Lewis (Mel), Frank Harper (Alan Paxton), Juliet Stevenson (Paula Paxton), Shaheen Khan (Sra. Bhamra), Ameet Chana (Tony), Pooja Shah (Meena), Paven Virk (Bubbly), Preeya Kalidas (Monica), Trey Farley (Taz), Saraj Chaudhry (Sonny), Imran Ali (Gary), Kulvinder Ghir (Teetu), Harvey Virdi (Madre de Teetu), Ash Varrez (Padre de Teetu).
* * *
Los indios y su marcha

Igual que Billy Elliot, Jess quiere jugar al fútbol, pero a su padre le parece que ese no es un juego de chicas y tiene que inventar mil trampas para ir a los entrenamientos sin que la pesquen. También ocurre como en Billy Elliot, y como en Shakespeare, que hay confusiones con la orientación sexual de los personajes y, sobre todo, los preocupados padres se llevan muchos sustos porque se creen cualquier rumor, y ocurre que el verdadero gay de la película se va de rositas sin que nadie se entere de que lo es.

Igual que "La boda del monzón" esta película gira entorno a una ceremonia importante, ya que la hermana se casa. Los indios, ya sean de la India, ya sean emigrados al Reino Unido, tienen una marcha tremenda, y cuando le suben el volumen a la música dan ganas de ponerse a bailar en la sala, lo que me hace pensar (junto con la palabra extranjero que dicen Garu, parecida a guiri) que puede ser cierta la teoría de que los gitanos proceden de allí. Los números músicales son casi la sustancia de este tipo de cine, porque quiere, no sin fortuna, expresar una alegría inmensa. Es una suerte que yo viera la Boda del monzón hace poco, porque las coincidencias son muy esclarecedoras. Para los indios, y más aún para los emigrados, la tradición pesa mucho. Las hijas tienen que obedecer a los padres, y la virginidad no es ninguna tontería como en occidente. Los padres manda, y siempre arreglan los problemas.

Señales

"Signs"
M. Night Shyamalan, 2002
Reparto: Mel Gibson (Padre Graham Hess), Joaquin Phoenix (Merrill Hess), Cherry Jones (Oficial Paski), Rory Culkin (Morgan Hess), Abigail Breslin (Bo Hess), Patricia Kalember (Colleen Hess), M. Night Shyamalan (Ray Reddy), Ted Sutton (Cunningham), Merritt Wever (Tracey Abernathy), Lanny Flaherty (Sr. Nathan), Marion McCorry (Sra. Nathan), Michael Showalter (Lionel Prichard), Rhonda Overby (Sarah Hughes).
* *
La formula de "El sexto sentido" no funciona siempre

Los Buenos autores no son siempre buenos críticos, a menudo ignoran cuales son las claves de su éxito. Por eso hay veces que un comienzo muy aplaudido puede convertirse en una maldición para el creador.

Shyamalan es un ejemplo de lo que digo, haber hecho una gran obra al principio de su carrera no le ha sentado bien. En sus dos películas siguientes ha querido conseguir el mismo efecto y al no conseguirlo ha dejado al descubierto los trucos de su giñol. "El protegido" y "Señales" tratan de crear una atmósfera parecida a la de "El sexto sentido", un protagonista torturado por algo que no conocemos bien, como el niño vidente y su madre; y un final completamente inesperado. Uno siente en las dos últimas películas, con cierto espanto, que el contenido de la historia y las emociones que la música y el ritmo quieren proyectar, no se corresponden, igual que en los sueños donde uno siente miedo pero no hay ninguna razón para ello.

Se trataba de hablar de extraterrestres. Y al joven indio le quedaban dos opciones, la de Spielberg en los "Encuentros en la tercera fase", que deja a los extraterrestres siempre lejos y algo mágicos, y la burda de Roland Emerich de "Independence Day" que los hace obvios y malísimos. Al final elige a H.G. Wells. No hacía falta que citara "La guerra de los mundos", para dar pistas al espectador, cualquiera que haya leído el libro va a encontrar una simetría inmediatamente. Y a mi, la verdad, la novela de Wells me pareció muy pobre. Muestra la invasión extraterrestre, igual que la película, desde los ojos de un testigo que oye algo de la batalla por la radio y sufre el resto escondido. El subjetivismo les ahorra, a los dos creadores, el esfuerzo de tener que describir tediosas batallas o demostrar al espectador que sus civilización invasora es minimamente verosímil.
Signs
Mr Cranky
Graham Hess (Mel Gibson) discovers that things happen for a reason and that faith is really important. It saves his life and his family's life.
[...] If I've come to one conclusion about God while I've been on this Earth it's this: He hates people who live in mobile homes. That's why the tornadoes always hit them.
[...] Morgan has asthma, so naturally Shyamalan forces us to wait around for that predictable moment where they forget his medicine. Didn't David Fincher pull exactly this same stunt in "Panic Room"? It's not tense enough that kid-eating aliens are invading, so let's give one of the kids asthma so his panic will be that much more grating.
[...] His theology is about as complicated as checkers. Ultimately, his movie is as insulting to those who don't believe as those who do.
Señales
El criticón de CF
Si incluso esas diatribas personales e interfamiliares fuesen relevantes para alguien más que para su protagonista, también funcionaría, pero la exposición del viaje interior a las creencias y la fe del ex sacerdote interpretado por Gibson, estigmatizado por la muerte de su esposa, lo único que conlleva son algunas escenas con largos diálogos bajos en interés y flashbacks subrayados que aletargan y desconexionan la cuestión principal del film, la llegada y contacto con los extraterrestres, invitados, más traviesos que amenazantes, al miramiento psicológico del clérigo y sus peculiares parientes.
Señales
José Luis Hurtado **1/5 Miradas
En un momento de esta "Señales", última y sin duda peor pelicula en los últimos tres años, de M. Night Shyamalan, un personaje exclama: "Es como la guerra de los mundos..." y sin duda, esta afirmación, no es sino un compendio de lo que el film viene a ser, una versión remozada del clásico de H. G. Wells con toques, cuando no calcos, de Los pájaros (The birds, de Alfred Hirchcock, 1963).
[...] Una pobre película sobre alienígenas y un mísero drama familiar intimista.
[...] La confesión-profecía de la mujer de Gibson, o la absurda disposición de vasos de agua por toda la casa, son trampas de guión demasiado chuscas y torpes. Es como si un gran prestidigitador, hiciera trampas jugando al póker para presentar al final de la partida una miserable pareja de sietes, cuando habitualmente las hubiera hecho para presentar una escalera de color.
Señales Canal Cine
si existen los extraterrestres o no (no seré yo quien revele los secretos de esta divertida película), no es importante, pues ello no tiene nada que ver con la crisis espiritual de Graham o de los miembros de su familia.
Signs, claro, pretende ser una versión filosófica-teológica de Independence Day, pero a fin de cuentas, aunque sea una versión superior y más inteligentemente construida, son hermanas una película de la otra.
"The fortune cookie"
Billy Wilder, 1966
Reparto: Jack Lemmon (Harry Hinkle) Walter Matthau (Willie Gingrich) Ron Rich (Luther 'Boom Boom' Jackson) Judi West (Sandy Hinkle) Cliff Osmond (Purkey) Lurene Tuttle (madre de Hinkle) Harry Holocombe (O'Brien) Les Tremayne (Thompson) Lauren Gilbert (Kincaid) Marge Redmond (Charlotte gingrich) Noam Pitlik (Max)
* * *
El mismo Wilder de "El apartamento"

Encuentro en Billy Wilder dos tipos películas con mensajes opuestos. Generalmente es un defensor del mundo capitalista que le toca vivir en la postguerra. Su película más ideológica es "Uno, dos, tres", pero en el mismo tono encuentro sus dos comedias románticas "Sabrina" y "Love in the afternoon" (Ariadna), porque las dos hablan de romances desiguales donde el millonario hace de príncipe y eso en cierto modo también santifica la sociedad de este lado del telón. Las dos películas tienen mucho en común, Wilder repetía sus formulas.

En el otro grupo de películas encuentro "El apartamento" y "en bandeja de plata". Las dos son ácidas y críticas con el sistema capitalista. En ambas, el protagonista, o sea Jack Lemmon, se ve arrastrado a hacer algo inmoral por la zanahoria que pone ante sus narices la sociedad. En "El apartamento" tiene que elegir entre un ascenso y su dignidad. En esta otra película tiene que elegir entre una pingüe prima de un seguro y la dignidad de un amigo.

Cabría ver en estas dos películas una evolución del director, pero no es así, porque "Uno, dos tres" la rodó en medio de ambas, en el 61. También cabe ver en ellas una actitud no tan distante a las demás, en su defensa de nuestra fórmula social, Wilder puede querer decir que el capitalismo es bueno porque incluso los débiles pueden escoger siempre no venderse.

K:19 The widowmaker

Kathryn Bigelow, 2002
Reparto: Harrison Ford (Capitán Alexei Vostrikov), Liam Neeson (Capitán Mikhail Polenin), Peter Sarsgaard (Vadim Radtchenko), Jacob Pitts (Grigori), Sam Redford (Vasily Mishin), Sam Spruell (Dimitri Nevski), Christian Camargo (Pavel Loktev), Steve Nicolson (Yuri Demichev), Peter Stebbings (Kuryshev), Roman Podhora (Lapinsh), Sam Redford (Vasily Mishin), Ravil Isyanov (Igor Suslov), Tim Woodward (Konstantin Partonov).
web
* *
No hay heroicidad en la ineptitud

K:19, fue el primer submarino nuclear soviético, con el cual el partido comunista quiso responder al reto de los Estados Unidos en la carrera armamentística. La película es un homenaje a los marineros rusos que tuvieron que arriesgar sus vidas, y en muchos casos perderlas, para arreglar las chapuzas de los ineficientes constructores del navío.

Las últimas películas que veo pintan a héroes demasiado cojos (Windtalkers, Road to perdition). Es difícil, viendo Windtalkers, ver heroicidad en un hombre que escapa del fuego amigo. El fuego amigo es algo aberrante, no caben héroes cuando se habla de él. Tampoco queda espacio para la épica cuando se narra una tragedia submarina que venía más que anunciada por las chapuzas sin fin de un sistema político que, después de hundido, el espectador occidental se complace en satirizar con su cine. Si los rusos lanzaron al mar un submarino que no estaba preparado, donde el encargado del reactor se emborrachaba, no había medidas de seguridad, ni médico adecuado ni los mismos tornillos funcionaban, entonces no vale pedirme que me una al sentido homenaje a los que sufrieron. Eso es marear al espectador. Cuando uno ve toda esa ineficiencia lo único que puede pensar es: se lo habían ganado.

También hay una reflexión sobre la autoridad. Harrison Ford es el capitán del submarino, y Liam Neeson es su segundo, después de que fue rebajado por demasiada cercanía a sus hombres. Los dos representan dos posturas, el oficial que sigue las consignas del partido a costa de todos, y el segundo de a bordo que es capaz de desafiar al partido para salvar a la tripulación. El conflicto se resuelve cuando los dos oficiales descubren que están de acuerdo en el fondo, así que le hacen pagar el pato a un marinero que no tiene la culpa de nada, que es lo que siempre se hace en el ejército.

El hombre bicentenario

"Bicentenial man"
Chris Columbus, 1999
Reparto: Robin Williams (Andrew Martin) Embeth Davidtz (Little Miss / Amanda Martin) Sam Neill (Sir / Richard Martin) Oliver Platt (Rupert Burns) Kiersten Warren (Galatea) Wendy Crewson (Ma'am) Hallie Kate Eisenberg (Little Miss / Amanda a los 7) Lindze Letherman (Little Miss (Grace a los 9) Angela Landis (Miss) John Michael Higgins (Bill Feingold, el abogado de Martin)
*
Emociones de plástico

El hombre bicentenario, basado en una novela de Asimov, comete el mismo error que “Inteligencia artificial”, que se basa en un cuento de Philip K. Dick. En ambos casos un androide aspira a ser humano por causa del amor, lo cual pretende ser emotivo y acaba por resultar molesto. El niño de K. Dick ama a su madre, el robot de Asimov consigue ser amado por una persona. Confío en que nadie vuelva a intentar emocionarme con un muñeco de plástico. Confío, también, en que los que lo intentan sigan fracasando.

Asimov se divertía en sus cuentos de “Yo, robot”, pensando en las posibilidades de las tres leyes de la robótica. Andrew, el robot que interpreta Robin Williams, obedece las tres reglas (No dañar a un ser humano, no dañarse a sí mismo y obedecer las órdenes. En caso de conflicto prima la anterior), pero plantea otros interrogantes filosóficos. Andrew vive doscientos años, como indica el título de la película, y a lo largo de ese tiempo se van produciendo avances en la tecnología que lo hacen parecerse, biológicamente, cada vez más a un hombre. Lo que plantea la película es ¿cuánto tiene que parecerse un robot a una persona para serlo? Andrew se enamora de una mujer (no avanzaré cual) y ella responde en cierto modo a una de sus pregunta: uno ama lo que no es perfecto.

Las reflexiones a las que se nos invita pueden ser inquietantes, pero no se hagan ilusiones, la película no lo es tanto.

Camino a la perdición

Sam Mendes, 2002.
Reparto: Tom Hanks (Michael Sullivan), Pawl Newman (John Rooney), Jude Law (Maguire), Tyler Hoechlin (Michael Sullivan Jr), Jennifer Jason Leigh (Annie Sullivan), Stanley Tucci (Frank Nitti), Daniel Craig (Connor Rooney), Liam Aiken (Peter Sullivan), Ciarán Hinds (Finn McGovern), Dylan Baker (Alexander Rance), David Darlow (Jack Kelly), Doug Spinuzza (Calvino).
web
* * * *
Los niños no juegan

El mundo de los gangsters tiene sus reglas. Si tu eres un contable de la mafia y estafas no vas a la carcel, te vuelan la cabeza. Las películas de la mafia no son cuentos de sadismo o casquería, eso es cine de terror. Las bandas de pistoleros ejercen justicias paralelas, tienen códigos no escritos y respetan valores humanos. Lo que ocurre es que las leyes no son las de nuestras legislaciones, y las venganzas no se ejecutan en los términos civilizados de nuestra sociedad, hay muertes y torturas, cada falta tiene un castigo.

Lo más sugerente cuando uno ve una película de gangsters es entrar en un nuevo código moral en un nuevo sistema de valores diferente al nuestro, la brutalidad y el sadismo tienen su lado estético o morboso.

En Camino a la perdición Sullivan (Tom Hanks) es un matón que vive en paz dentro de este mundo paralelo. Trabaja para un gangster importante llamado Rooney (Paul Newman) matando o torturando a los que le engañan. Su hijo pequeño quiere saber en que trabaja papá y eso nos hace darnos cuenta que un hombre que vive matando tiene problemas para llevar una familia burguesa. Son dos mundos opuestos. Y cuando los dos mundos se mezclan uno de ellos se rompe. Su hijo mayor es testigo de un crimen y la familia Rooney quiere eliminar al niño. De modo que Sullivan ya no puede vivir en paz porque se trata de su hijo.

Mendes hace una reflexión que pone en boca de sus personajes cuando discuten: nosotros somos malos le dice Sullivan a John Rooney, pero mi hijo no lo es. El fondo de la película es que ellos juegan a un juego pervertido en el que la muerte es una carta de la baraja. Todos aceptan las reglas, los dos se lanzan a una guerra sin cuartel. Pero el niño no está en el juego, y Sullivan hará todo para que no sufra sus reglas.

Tom Hanks hace un buen papel, no es un malo realmente, pero sí un duro. Muy, muy cercano al Tom Reagan (Gabriel Byrne) de Muerte entre las flores.
Road to perdition By Roger Ebert
"Road to Perdition" is like a Greek tragedy, dealing out remorseless fates for all the characters. Some tragedies, like "Hamlet," are exhilarating, because we have little idea how quirks of character will bring about the final doom. But the impact of Greek tragedy seems muted to me, because it's preordained. Since "Road to Perdition" is in that tradition, it loses something. It has been compared to "The Godfather," but "The Godfather" was about characters with free will, and here the characters seem to be performing actions already long since inscribed in the books of their lives.
Phil Alden Robinson, 2002
Reparto: Ben Affleck (Jack Ryan), Morgan Freeman (William Cabot), James Cromwell (Presidente Robert Fowler), Liev Schreiber (John clark), Bridget Moynahan (Doctora Cathy Muller), Alan Bates (Dressler), Ciarán Hinds (Presidente Alexander Nemerov), Philip Baker Hall (Secretario de Defensa Becker), Ron Rifkin (Secretario de Estado Owens), Bruce McGill (Asesor de Seguridad Nacional Revell), Colm Feore (Olson), Josef Sommer (Senador Jessup).
web
*
La suma de todas las paranoias

El protagonista de Pánico nuclear se llama Jack Ryan, es un agente de la CIA que estudia a un político ruso y sabe que ejercerá un papel moderado cuando se convierte en presidente de este país. El presidente de los Estados Unidos quiere oír su opinión sobre este hombre cuando estalla una crisis, y Jack Ryan mete la pata porque afirma que el ruso no la ha provocado sin tener pruebas de ello. Igual que el pastor que gritaba porque venia el lobo, ocurre que al final de la película las dos superpotencias están al borde de la guerra y Ryan sabe algo que puede detener el conflicto, pero ahora nadie le cree.

El mayor problema de esta película no es que Ryan sea un bocazas y se crea sus propias suposiciones. Lo peor es que Tom Clancy lo es aún más.

El viaje de Carol

Imanol Uribe, 2002
Reparto: Clara Lago (Carol), Juan José Ballesta (Tomiche), Álvaro de Luna (Amalio), María Barranco (Aurora), Rosa María Sardá (Maruja), Carmelo Gómez (Adrián).
web
* * *
La guerra civil según Carol

Puestos a hablar de niños y de regresos nada me explica que los creadores decidieran situar los hechos de esta película en el escenario aún mal digerido de nuestra guerra civil. Salvo un motivo: Uribe quiere mirar la guerra con los ojos de una niña americana despierta y desprejuiciada para volver a mostrarnos la guerra en toda su imbecilidad y su crueldad, para avergonzarnos tal vez con la brutalidad de nuestro pasado y la intransigencia de los fascistas y guardias civiles.

Carol vive, en su viaje al norte de España unos episodios a veces simpáticos y esencialmente emotivos. La amistad de Tomiche, un muchacho del pueblo que interpreta un más que prometedor Ballesta; la muerte de un ser querido, el acercamiento a su abuelo, y los conflictos con la estricta moralidad de su familia española que es fascista y recalcitrante.

El viaje de Carol es un retablo de recuerdos y episodios que funcionan casi independientemente como un rosario de poemas sobre las pequeñas cosas. El argumento no es un prodigio de composición, pocas cosas nos anticipan un final como el que espera. Sin embargo recomiendo a todo el mundo que vaya a verlo, vale la pena regodearse con la reconstrucción de la España burguesa del 39, con la interpretación de los dos niños. Y todo lo que a Uribe le falta a la hora de hilvanar la narración le sobra a la hora de contenerse con la intensa emoción del relato.

La boda del monzón

(Monsoon Wedding)
Mira Nair, 2002
Reparto: Naseeruddin Shah (Lalit Verma), Lillete Dubey (Pimmi Verma), Shefali Shetty (Ria Verma), Vijay Raaz (P.K. Dubey), Tilotama Shome (Alice), Vasundhara Das (Aditi Verma), Parvin Dabas (Hemant Rai), Kulbhuskan Kharbanda (C.L. Chadha), Kamini Khanna (Shashi Chadha), Rajat Kapoor (Tej Puri).
Web
* * *
Tradición

¿Qué sentido tiene gastar un dineral en la ceremonia de la boda de tu hija cuando vives en un país en el que el dinero no es fácil de conseguir? ¿Qué sentido tiene casarte con la persona que han elegido tus padres en lugar de ir a un club y elegir por ti mismo? Hay respuestas muy difíciles de dar. Respuestas que no aceptan una argumentación, requieren, en su lugar una canción, o bien una película.

La boda del monzón narra los preparativos de la boda de una joven india con un joven indio que trabaja en los Estados Unidos y a quien no conoce hasta ese momento.

La relación de los dos jóvenes es puesta a prueba por uno de ellos, pero las dificultades se resuelven porque los matrimonios concertados son un gran acierto del hinduismo al igual que la transmigración de las almas o la eficiente división de la sociedad en castas infranqueables. La escena de la reconciliación, es, por demás, emotiva, como todas las escenas de amor en que no tienen sentido.

El padre de la novia siente un amor desmedido por su hija y por todos los miembros de su familia a los que tiene oportunidad de ver en una ceremonia de boda que se realiza con unos medios enormes y con un gran folklore. Las sociedades ancestrales parecen existir sólo en sus rituales, como si fuera de esos momentos trascendentales no tuvieran una vida cotidiana.

Un miembro de la familia, un primo, es culpable de un pecado enorme. Nuestros fríos códigos penales tienen una respuesta inapelable para casos como este, pero la acción pone sobre los hombros del patriarca la responsabilidad de hacer justicia. Él la hace y ello parece significar que una sociedad como esta tiene respuestas para los excesos. El padre podía saber de medicina y haber curado a un sobrino pero ello no significaría que la salud esté en buenas manos dentro de la India.

Paralela a la historia de los personajes ricos se nos narra la del organizador de la boda que es soltero y se fija en una hermosa criada de la casa. Igual que en las obras de Shakespeare, el amor de los nobles requiere una historia paralela de plebeyos.

La novia del monzón no me parece una obra dramática. Los números musicales me parecen claves y a la vez dictan el ritmo de la narración. La película parece una obra musical.

Hombres de negro II

Barry Sonnenfeld, 2002
Reparto: Tommy Lee Jones (Kevin Brown/Agente K), Will Smith (Agente J), Lara Flynn Boyle (Serleena), Rip Torn (Zed), Johnny Knoxville (Scrad/Charlie), Rosario Dawson (Laura Vasquez), Tony Shalhoud (Jack Jeebs), Patrick Warburton (Agente T), Jack Kehler (Ben), David Cross (Newton).
* * *
¿Quién no es un marciano?

¿No se ha sentido usted nunca como un extraterrestre? ¿Tampoco ha tenido jamás la sensación de que su profesora de historia o su vecino lo es? Si es así, no tiene que sorprenderse, lo son. Y por fin ha llegado una película, que nos explica, o reexplica, porque el mundo está lleno de marcianos.

El humor socarrón de este producto está en esta propuesta, que además, dado que ya está explicada en la primera parte no pierde el tiempo en aburridas presentaciones. Otra parte del humor es la manera en que alude sin parar a los disparates de la primera entrega, de modo que los personajes se repiten y vuelven a repetirse como el joyero que odia que le vuelen la cabeza. A Michael Jackson aludía la primera parte con un chiste final, en esta lo han contratado, revelación: el cantante es otro marciano. La tercera baza es la pareja protagonista, el histriónico Will Smith y el serio Tommy Lee Jones.

Al principio de la película, el ajente J, Will Smith, tiene un compañero incompetente al que no le queda más remedio que neuralidar (o sea, obligarle a olvidar el pasado en la organización). Lleva cinco años desde que se separó de K, Tommy Lee Jones, y a nadie le sorprende que vuelva solo. No deja de neuralizar compañeros. El actor, Will Smith se crece delante de sus compañeros, y casi consigue parecer duro, hasta que vuelve a buscar a su viejo compañero, M, y cuando Tommy Lee vuelve, todo es como antes. Cuando discuten sobre quien va a conducir el coche, Smith cede. A partir de ese momento cede en todo lo demás, se convierte en el histriónico de siempre y el segundón del más viejo. La película recoge en su argumento el pulso de los actores. Después de esta cesión, Will Smith también pasa a ser secundario en el argumento. El actor, como tanta gente, se crece con los vulgares y se queda en un segundo término cuando ve el talento.

El tamaño importa en los hombres de negro. Una nave se estrella en Hide Park arrasando todo en su aterrizaje. Cuando por fin se detiene y despliega sus patas descubrimos que todo ha ocurrido en unos centímetros de un arriate, lo deslumbrante se vuelve ridículo. La taquilla de K guarda un pueblo entero de marcianitos pequeños que lo adoran porque les dio el tiempo: un reloj de pulsera. Los marcianitos son ridículos, los humanos también, pero para explicar por qué uno tiene que llegar al final de la película y yo no pienso desvelarlo.

La caja 507

Enrique Urbizu, 2002
Interpretación: Antonio Resines (Modesto), José Coronado (Rafael), Goya Toledo (Mónica), Dafne Fernández (María), Sancho Gracia (Regueira).
* * *
Dos buenos personajes

La caja 507 es un thriller muy americano. La gran baza que lo sostiene es que tiene dos personajes centrales llenos de fuerza porque los dos se juegan algo muy importante, el lugar donde marra es el final porque parece que se encargó de rodarlo el publicitario de la campaña de la ONCE.

José Coronado es un malo sin escrúpulos. Fue comisario de policía y ahora juega con la mafia porque guarda una lista comprometedora de todos los que colaboraron con un asunto turbio de reclasificación de terrenos en la Costa del Sol.

Antonio Resines es una doble víctima de la organización de Coronado. Trabaja de director en la oficina que guarda la caja 507, su hija murió en un incendio provocado, su mujer sufre un infarto en un robo a su banco. Al igual que el personaje de Coronado tiene motivos para luchar hasta el final, a diferencia de aquel carece de la crueldad despiadada para obtener sus fines.

La clave de la pelicula está en unos documentos que comprometen a la mafia y a muchos poderes de nuestro país. Para los malos son un seguro de vida y para los buenos son un instrumento de justicia. Demasiado valor, creo yo, para unas hojas de papel que más parecen cupones de la ONCE.
top