Madagascar

Eric Darnell y Tom McGrath, 2005
Doblaje original/español: Ben Stiller/Paco León (Alex el león), Chris Rock/Alexis Valdés (Marty la cebra), David Schwimmer/Gonzalo de Castro (Melman la jirafa), Jada Pinkett Smith/Belén Rueda (Gloria la hipopótamo), Sacha Baron Cohen (Rey Julien el lemur), Cedric The Entertainer (Maurice el lemur), Tom McGrath/Manel Fuentes (Skipper el pingüino), Christopher Knights/Eduardo Aldán (Private el pingüino), Chris Miller/Arturo Valls (Kowalski el pingüino).
Guión: Mark Burton, Billy Frolick, Eric Darnell y Tom McGrath.
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Buen provecho

Desde el estreno de Shrek me pasé meses escuchando la misma canción: por fin habían llegado los paladines. Los tíos de Dreamworks iban a acabar con todos los cursis almibarados de Disney. Ya teníamos a los salvadores, a los que iban a mostrarnos el otro lado de la vida. Pues es cierto, ya están aquí, sólo que ahora que se han cargado la casa Disney y no tienen nadie más a quien cargarse ni parodiar tendrán que entretenernos ellos con algo ¿no? Bien, pues ya que tanto lo querían ahora cómanse ustedes el plato, disfruten del buen rollo de los animalitos: ¡Buen provecho!

Los cuatro protagonistas son animales de zoo que disfrutan de la buena vida de Nueva York. El león es una estrella, la cebra es un animal enrollado y la jirafa es una hipocondríaca que se pasa la vida haciéndose pruebas de salud. Marti sueña con la vida salvaje, con romper la monotonía de la vida urbana y arrastra a todo el mundo hasta la selva, ¿serán felices allí? ¿lo seríamos nosotros? ¿Podríamos vivir sin dvd, sin ipod, sin pastillas?
Rotten Tomatoes 53% $147m.
Fernando Fernán Gómez, 1965
Reparto: Fernando Fernán Gómez, Rosenda Monteros (Ninette), Alfredo Landa, Aurora Redondo
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Lo inalcanzable

La película recuerda horriblemente, y creo que involuntariamente, a otra de Buñuel, “El ángel exterminador.”El dueño de una librería vive encerrado en su ciudad, el trabajo y el casino, no lo dice, pero también vive encerrado en la estricta sociedad franquista. Un día muere su madre y decide darse un respiro visitando Paris. Pero cuando llega a la pensión regentada por un matrimonio español no puede salir del piso. Pasan los días y pasa un mes hasta que tiene que volverse a Murcia sin haber visto Paris. En cambio sí que conoce el amor. El primer día que llega la hija de los caseros se fija en él y lo lleva a su habitación.

Toda la película respira un sentimiento de los años sesenta. Una sensación de que la libertad está ahí al lado, tan cerca..., pero no es posible tocarla. Landa se hizo especialista en este tipo de comedias ligeras donde lo ansiado e imposible era el sexo. En las películas del landismo no era tan fácil establecer la conexión entre los anhelos truncados y la situación política como en Mihura.

A good woman

Mike Barker, 2004
Reparto: Helen Hunt (Mrs. Erlynne), Scarlett Johansson (Meg Windermere), Tom Wilkinson (Tuppy), Stephen Campbell Moore (Lord Darlington), Mark Umbers (Robert Windermere), Milena Vukotic (Condesa Lucchino), Diana Hardcastle (Lady Plymdale), Roger Hammond (Cecil), John Standing (Dumby), Jane How (Sra. Stutfield).
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La verdad es lo más fácil

Wilde era consciente de que sus argumentos no daban para más de un entremés de un cuarto de hora y que si quería una obra de teatro completa tenía que llenarla de algo. Dado el poco desarrollo que en aquel entonces tenían los efectos especiales Wilde tuvo que echar mano de su ingenio. Los personajes de Wilde se pasan la obra lanzando a diestro y siniestro paradojas y salidas de tono contra la sociedad típicas de Wilde. Lo malo de ese relleno es que, aunque gracioso, hace un flaco favor a la caracterización de cada personaje, y en el drama, el personaje es esencial. Todos los personajes de Wilde son Wilde, o sea, son “cynics” y excesivamente ocurrentes.

Oliver Parker rodó hace poco “La importancia de llamarse Ernesto” con un espíritu distinto al de Mike Barker. Inspirado en el glamour elegante de los aristócratas británicos quiso hacer una comedia irresponsable más ligera aún que la original. Barker ha intentado tomárselo en serio. Quizá porque “El abanico de Lady Windermere” lo permite, Barker ha intentado profundizar en los personajes. El resultado es poco estimulante porque, igual que a Wilde, le sobra una hora.

Una esposa teme que su marido le esté siendo infiel y llega a considerar la posibilidad de abandonarle. Alguien que la ama más que ninguna otra persona le hace ver más allá y le pide que mienta. Es en ese momento donde el director sabe que está manejando un drama palpitante. La sinceridad, esa cosa que en “Closer” parecía intocable, aparece en esta película como una vía fácil, como un consuelo para débiles. El verdadero sacrificio consiste en vivir sin contar todo, en cargar, uno solo, con el peso de la infamia.

[Extracto de la obra original]
LADY WINDERMERE.- Le debo a usted todo.
MISTRESS ERLYNNE.- Entonces pague usted su deuda con el silencio. Es el único modo de poder pagarla. No eche usted a perder la única cosa buena que he hecho en mi vida diciéndoselo a todos. Prométame que lo ocurrido anoche seguirá siendo un secreto entre nosotras. No debe usted ocasionar ninguna desgracia en la vida de su marido. ¿Por qué destruir su amor? No debe usted destruirlo. El amor se mata fácilmente. ¡Oh! ¡Qué fácilmente se mata el amor! Déme usted su palabra, lady Windermere, de que no se lo dirá nunca. Insisto en ello.

Javier Ocaña: Brillantes replicas. El guion de Howard Himelstein tiene la suficiente agilidad como para que los problemas de realizacion tiendan a desvanecerse en la memoria. Y, por supuesto, está Wilde, brillantísimo en las replicas y contrarreplicas con temas tan diversos como el matrimonio ("bigamia es estar casado con una mujer de sobra"; "entonces igual que la monogamia"); la rumorología ("mis asuntos me aburren mucho, me interesan mas los del projimo"); la personalidad ("si siempre nos guiamos por las opiniones ajenas, ¿para que tenemos las propias?"); el orgullo ("si se sale por detras no se puede volver a entrar por delante"); el caracter femenino ("las mujeres no quieren que las entiendan, quieren que las amen"); la condicion accesoria del pasado en las relaciones sentimentales ("no necesito ser el primero, solo el último"), o el remordirniento ("se requiere practica y habilidad para vivir sin arrepentirniento").

RT

Tapas

José Corbacho y Juan Cruz, 2004
Ángel de Andrés (Lolo), María Galiana (Doña Conchi), Elvira Mínguez (Raquel), Rubén Ochandiano (César), Darío Paso (Opo), Rosario Pardo (Carmela), Alberto de Mendoza (Don Mariano), Alberto Jo Lee (Mao), Amparo Moreno (Rosalía), Anna Barrachina (Águeda)
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El qué dirán

Tapas está montada a partir de tres líneas argumentales que se entrecruzan sin cesar. Dos ancianos tienen que afrontar la muerte inminente de uno de ellos. El dueño de un bar se queda solo cuando lo abandona su esposa y contrata a un cocinero chino de ayudante. Una mujer madura separada desde hace dos años intenta rehacer su vida con un amigo virtual pero conoce a un chico mucho más joven que ella.

Las dos últimas historias tienen en común un elemento muy latino que es “el qué dirán”. Lolo y Raquel tienen su mayor problema en el barrio. Lolo trata de disimular delante de los clientes que falta su mujer, Raquel es amiga de la madre del chico con el que se acaba de líar.

Algunas situaciones parecen sacadas de una teleserie de moda en su gusto por la paradoja y la modernez social. Una anciana que trafica con droga, un inmigrante chino que sabe más que el dueño que lo contrata, dos reponedores de un supermercado que conocen al dedillo el calendario y disponibilidad sexual de las extranjeras.

Pero por encima de todo, “Tapas” es una comedia de tono, de voz. Los autores abordan temas actuales o vibrantes como la eutanasia sin grandes palabras. Son conscientes que de que los espectadores queremos conocer pero no aprender y nos tratan con respeto. El valor de la película está en la cantidad de notas que son capaces de arrancar a cada uno de sus temas, en el espectro de emociones que son capaces de sacar de cada una de estas historias tan sencillas.
Enrique Colmena ***: De estas tres líneas argumentales sale un filme apreciable, ciertamente irregular, dada la inexperiencia como realizadores de Corbacho y Cruz, pero con buen pulso general e interés en lo que se cuenta. Historia a pesar de todo humanista, apuesta por unas relaciones humanas basadas en la sinceridad, en la bonhomía y en la autenticidad
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