Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll, 2004
Reparto: Andrés Pazos (Jacobo Köller), Mirella Pascual (Marta), Jorge Bolani (Herman Köller), Ana Katz (Graciela), Daniel Hendler (Martín), Verónica Perrota, Jorge Temponi, Alfonso Tort, Ignacio Mendy.
Guión: Juan Pablo Rebella, Pablo Stoll y Gonzalo Delgado Galiana.
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PatataReparto: Andrés Pazos (Jacobo Köller), Mirella Pascual (Marta), Jorge Bolani (Herman Köller), Ana Katz (Graciela), Daniel Hendler (Martín), Verónica Perrota, Jorge Temponi, Alfonso Tort, Ignacio Mendy.
Guión: Juan Pablo Rebella, Pablo Stoll y Gonzalo Delgado Galiana.
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En España decimos patata cuando queremos sacar una sonrisa en una foto. Usamos la “a” para abrir la boca, los ingleses usan la i, por eso dicen cheese, y los uruguallos, también, por eso dicen whisky.
Los protagonistas de Whisky son un patrón y su empleada fiel. Los dos ejecutan cada mañana un ritual inmutable, inmemorial. Él desayuna en una mesa del café, abre el candado de la fábrica, empuja la persiana, la deja caer a medias, enciende las luces y luego la maquinaria de hacer calcetines. Ella le hace un té.
Ha pasado un año de la muerte de su madre y el patrón, don Jacobo, invita a su hermano a su casa para celebrar una honra fúnebre judía. No se han visto en muchos años. Don Jacobo le pide a la empleada que se haga pasar por su esposa. El hermano, Herman, es un hombre más vital y espontáneo. Con su forma de ser alegra a Marta, la empleada, pero Don Jacobo es tan indiferente como al resto de las cosas del mundo y continúa con su rutinaria impasividad. Herman les invita a pasar unos días en un hotel de la playa. Las emociones siguen pasando de largo para uno y cambiando el semblante de la otra.
Al final de la película algo ha cambiado, aunque los dos protagonistas no lo ven de la misma manera.
The night of the hunter: Jacobo Köller es un miserable, en el sentido Ebenezer Scrooge de la palabra; ha renunciado a todo y ha aprendido a conformarse con su vida monotona y absurda, aunque a diferencia de la criatura dickensiana la primera víctima de su miseria es él mismo, pues es muy consciente de su infelicidad. Marta, por el contrario, sigue albergando una cierta esperanza. Siempre ha estado sola, tanto que de niña llegó a desarrollar la habilidad de decir las palabras al revés para entretenerse; pero al menos se esfuerza en cambiar, comprándose ropa de dudoso gusto y procurando comportarse siempre con amabilidad y cortesía.
Entrevista en El cultural:
Juan: Pablo no lo nota, pero para mi, que soy una persona excesivamente poco lectora, en nuestra enorme admiración por Raymond Carver, aunque sea en cosas mínimas, está presente en Whisky.
Pablo: Alguna gente comparaba el guión con algo de Onetti, especialmente El Astillero y si bien me encanta Onetti sólo puedo tomar eso como un cumplido. Tal vez la influencia más literaria que tenemos nos venga del cómic, no en cuanto a temática pero sí en cuanto a la forma de narrar.
Jorge-Mauro de Pedro (Miradas) ****: La silenciosa desesperación de quitar el candado, volver a alzar la puerta metálica, encender las luces, poner en marcha la máquina, esperar un té caliente y tratar de arreglar el carrete de una persiana que nos obliga a trabajar entre tinieblas.
Jacobo supeditando la sintonía de la radio a su aparición, seguro de que -aunque con retardo-, hoy volverá a verla. Incapacitado para la emoción, estéril para la pasión. Pero acostumbrado a ella, a su descanso para echar un cigarrillo, a su "permiso", a sus ojeras, su distante familiaridad. Y sabedor de que su gesto final -sublime y algo quijotesco- lo emparenta con el bueno de Humphrey, atontado en el hangar, viendo como despega el avión con todo aquello que quiso en este mundo.
Alberto Fijo: Stoll y Rebella saben explotar la repetición como metáfora de unas vidas encarriladas y sin alicientes. Esa opción es arriesgada cuando se adopta de manera radical y la película lo acusa. Las magníficas interpretaciones y un guión inteligente compensan el espartano diseño visual de una interesante propuesta hecha con muy pocos medios, que fue bien recibida en el último festival de San Sebastián.
Méndez-Leite @@@@: La austeridad de la planificación nada tiene que ver con estilos aparentemente similares de tantos directores postmodernos y pretenciosos que acostumbran a darnos la tabarra con sus petulancias en los más prestigiosos festivales del mundo.
Mirito Torreiro *****: Es posible la aclimatación del cine de Aki Kaurismäki a una realidad tan distante de la finlandesa como es la uruguaya? Tal pregunta, y con respuesta afirmativa, se encargan de contestarla dos jóvenes talentos rioplatenses, Rebella y Stoll, con una película modélica, una preciosa joya a la que no le sobra un solo plano, que ostenta modos de puesta en escena que firmaría el mismísimo finlandés, y con un soterrado, brillante sentido del humor que la hacen, si el espectador es tan atento como para ello, llegar al borde mismo de la carcajada.
Francisco Marinero ***: todos los personajes conservan su personalidad, pero el humor se desliza en pequeños gestos que ponen de manifiesto tanto lo absurdo de las situaciones en las que se pone el avaro Jacobo como el cambio en las relaciones entre estos personajes en los que quizá nadie más habría pensado como protagonistas de una película.
Rotten Tomatoes
Entrevista en El cultural:
Juan: Pablo no lo nota, pero para mi, que soy una persona excesivamente poco lectora, en nuestra enorme admiración por Raymond Carver, aunque sea en cosas mínimas, está presente en Whisky.
Pablo: Alguna gente comparaba el guión con algo de Onetti, especialmente El Astillero y si bien me encanta Onetti sólo puedo tomar eso como un cumplido. Tal vez la influencia más literaria que tenemos nos venga del cómic, no en cuanto a temática pero sí en cuanto a la forma de narrar.
Jorge-Mauro de Pedro (Miradas) ****: La silenciosa desesperación de quitar el candado, volver a alzar la puerta metálica, encender las luces, poner en marcha la máquina, esperar un té caliente y tratar de arreglar el carrete de una persiana que nos obliga a trabajar entre tinieblas.
Jacobo supeditando la sintonía de la radio a su aparición, seguro de que -aunque con retardo-, hoy volverá a verla. Incapacitado para la emoción, estéril para la pasión. Pero acostumbrado a ella, a su descanso para echar un cigarrillo, a su "permiso", a sus ojeras, su distante familiaridad. Y sabedor de que su gesto final -sublime y algo quijotesco- lo emparenta con el bueno de Humphrey, atontado en el hangar, viendo como despega el avión con todo aquello que quiso en este mundo.
Alberto Fijo: Stoll y Rebella saben explotar la repetición como metáfora de unas vidas encarriladas y sin alicientes. Esa opción es arriesgada cuando se adopta de manera radical y la película lo acusa. Las magníficas interpretaciones y un guión inteligente compensan el espartano diseño visual de una interesante propuesta hecha con muy pocos medios, que fue bien recibida en el último festival de San Sebastián.
Méndez-Leite @@@@: La austeridad de la planificación nada tiene que ver con estilos aparentemente similares de tantos directores postmodernos y pretenciosos que acostumbran a darnos la tabarra con sus petulancias en los más prestigiosos festivales del mundo.
Mirito Torreiro *****: Es posible la aclimatación del cine de Aki Kaurismäki a una realidad tan distante de la finlandesa como es la uruguaya? Tal pregunta, y con respuesta afirmativa, se encargan de contestarla dos jóvenes talentos rioplatenses, Rebella y Stoll, con una película modélica, una preciosa joya a la que no le sobra un solo plano, que ostenta modos de puesta en escena que firmaría el mismísimo finlandés, y con un soterrado, brillante sentido del humor que la hacen, si el espectador es tan atento como para ello, llegar al borde mismo de la carcajada.
Francisco Marinero ***: todos los personajes conservan su personalidad, pero el humor se desliza en pequeños gestos que ponen de manifiesto tanto lo absurdo de las situaciones en las que se pone el avaro Jacobo como el cambio en las relaciones entre estos personajes en los que quizá nadie más habría pensado como protagonistas de una película.
Rotten Tomatoes