Manuel Gómez Pereira, 2004
Reparto: Ana Belén (Hortensia), Eduard Fernández (Jorge), José Sacristán (Juan), María Pujalte (Ángeles), Rosario Pardo (América), Fernando Colomo (Encargado Chiquijuegos).
Guión: Joaquín Oristrell y Yolanda García Serrano; en colaboración con Carlos Molinero y Luis Piedrahita.
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Hay vida después de la estadísticaReparto: Ana Belén (Hortensia), Eduard Fernández (Jorge), José Sacristán (Juan), María Pujalte (Ángeles), Rosario Pardo (América), Fernando Colomo (Encargado Chiquijuegos).
Guión: Joaquín Oristrell y Yolanda García Serrano; en colaboración con Carlos Molinero y Luis Piedrahita.
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Hay muchas reflexiones que vale la pena escuchar o leer. Pero en el cine sólo hay lugar para la urgencia. Toda la belleza que consigue Gómez Pereira se vendría abajo si no fuera porque el protagonista necesita que el cuento acabe en un mismo día.
Los protagonistas de la película no viven la vida, la analizan estadísticamente. Él está en el paro, igual que el 12% de los madrileños, ella está divorciada, igual que el 38% de las mujeres de su edad, y toma pastillas para dormir, igual que todo el mundo. De alguna manera, él y ella han intentado arreglar sus vidas sin éxito. La estadística es para los dos una especie de religión que les orienta en el vacío, es un consuelo, una especie de palabra rectora. En la película, igual que en teatro de Shakespeare, se abusa de los monólogos. Los personajes hablan consigo mismos porque no saben encontrar un rumbo, comparten con nosotros sus valoraciones, sus expectativas. El terreno que pisa Gómez Pereira está lleno de peligros, se puede caer en el intimismo, la bobería, el ombliguismo, y sobre todo el ridículo. Pero el resultado es sólido. Poco a poco el director consigue que los personajes hagan lo que también tiene que hacer el público, consigue que entren en sus propias vidas y las vivan, en vez de pensarlas y calcularlas. Es cierto que lo consigue con una urgencia, igual que las películas americanas de toda la vida, pero también es cierto que ha movido a todo el mundo desde ese limbo donde estaba hasta ponerlo en movimiento, y que al final el más movido es el espectador, o sea, conmovido.
E Rodríguez Marchante: Fiel a su estilo serio de hacer comedia, Manuel Gómez Pereira está a punto de darle aquí la vuelta al género como si fuera una tortilla y bate, con dos huevos, una historia por un lado muy, muy dramática, pero, por el otro, tan jocosa, esperanzadora y optimista que uno, al verla, no puede evitar el preguntarse el cómo y el cuándo se volteó aquello ante nuestras narices
Mirito Torreiro ****: El resultado es un film siempre interesante, con un crescendo narrativo muy bien modulado y unos personajes que, además de creíbles y cotidianos, terminan por hacerse cercanos y compartibles. Y, por si faltara algo, la mirada sobre nuestra realidad no tiene desperdicio.
Enrique Colmena *: Un sin fin de porcentajes que terminan siendo más protagonistas que los dos desgraciados que, teóricamente, lo son. Para terminar el desaguisado, los dos popes de la radio progre española, Gabilondo y Nierga, recitan algunas decenas de "cosas que hacen que la vida valga la pena"
Mirito Torreiro ****: El resultado es un film siempre interesante, con un crescendo narrativo muy bien modulado y unos personajes que, además de creíbles y cotidianos, terminan por hacerse cercanos y compartibles. Y, por si faltara algo, la mirada sobre nuestra realidad no tiene desperdicio.
Enrique Colmena *: Un sin fin de porcentajes que terminan siendo más protagonistas que los dos desgraciados que, teóricamente, lo son. Para terminar el desaguisado, los dos popes de la radio progre española, Gabilondo y Nierga, recitan algunas decenas de "cosas que hacen que la vida valga la pena"
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