Inciso intimista


"City of Ember" **

Mantener una bitácora durante años requiere un tipo especial de fondo. Durante este tiempo he visto surgir cientos de proyectos y extinguirse poco tiempo después. Estoy seguro de que nunca se arrepintieron de su intento, pero ahí quedó la cosa. También he visto éxitos, todos los conocemos.

Mi caso tiene algo de especial, y no poco de absurdo, porque en tantos años no he forjado un público. Cada semana encuentro algunos comentarios nuevos: son bisoños que vienen a hacer publicidad de sus nuevos intentos, y yo les invito a seguir haciéndolo. Aterrizan en mi blog, probablemente, porque, gracias a su longevidad, ostenta la palabra cine en la dirección. Google apenas me anota visitas, tengo muy pocos lectores habituales, colegas o amigos bloggeros.

A veces me consuelo igual que la zorra de las uvas pensando que no quiero visitas, o lectores. Lo cual es mentira. Pero sí es verdad que no atiendo a las demandas de nadie, y que eso ofrece una cierta libertad. No sirvo a ningún otro interés que mi propio deseo de contar cosas.

Mi aventura en cine.blogspot tiene a veces los visos de una travesía en el desierto. Imagínense siete años escribiendo para un público que no les lee. La respuesta es bien simple: si no me leen es que no importa. Al fin y al cabo cuento emociones, impresiones, subjetividades de unas obras que cualquiera puede ver por sí mismo. La pregunta que me hago, la que dicta este post, es si sobra una andadura solepsista como la mía.

Y la respuesta es difícil. Puede que sí. Puede que no hagan falta más medios que aquellos mayoritarios, que aquellos que triunfan. Pero también me digo que no. Y llevo años diciéndomelo. Es como una pregunta que me hizo una vez un profesor de escritura creativa: “Si estuvieras en una isla desierta sin esperanza de salir de alli, ¿escribirías?”

¿Tiene sentido escribir para uno mismo? ¿Para construír tu propio universo de ídolos y de símbolos? ¿Para trazar un camino de migas de pan en tu experiencia? ¿Para encontrar tu propia voz entre tantas voces, aunque suene un poco débil o un poco ronca? ¿Para llevar tu propia cuenta, tu propio recuento? Puede que sí, pero no estoy, todavía, muy seguro.

He visto, estas semanas, dos películas olvidables. “The Spirit” tiene el mérito, poco meritorio, de sorprendernos con cada uno de sus planos. Recuerdo que Lázaro Carreter, un lingüista, intentó convencer a mi generación de que la literatura era adorable por causas lingüísticas. De haber sido músico nos hubiera demostrado que los clásicos lo son por su ritmo. Algo parecido le ocurre al dibujante Frank Miller. Después de convertir la viñeta en un arte, es difícil que llegue a entender que un encuadre maravilloso no va a salvar su película.

City of Ember” parece extraido de las lecciones un curso de management empresarial. Una ciudad enterrada en el subsuelo hace siglos olvida que la medida era provisional y cae en todo tipo de malas prácticas, dejadeces y corruptelas. Una empresa como esa hubiera sucumbido a la competencia, un régimen político como ese se hubiera hundido en la miseria. La ciudad sólo puede ser salvada por el espíritu emprendedor y la curiosidad de los jóvenes. Mover las bisagras oxidadas de la vieja máquinaria consiste en seguir un manual ilegible. Algo parecido a los tutoriales inescrutables de un sistema operativo. La juventud y linux tienen la llave del futuro.


"The Spirit" **

8 comentarios:

Emilio Calvo de Mora dijo...

En este bando de escribas estamos muchos, amigo. Estamos los que tenemos ganas de contarnos (tal vez) la historia, aunque luego la historia contada, tal como la contamos, pueda interesar a quienes casualmente entran en el recipiente que hemos preparado y dejan unos minutos en el trasiego del día para leer, mira tú qué cosa.
Recuerdo haberte escrito, a tu e-mail, pidiéndote consejo, en páginas, en el lugar al que ir para encontrar fotos de películas. Eso cuando mi página era de cine. Ahora es un cajón de sastre, que se dice. Desastre. Escribo de una paloma que se posa en mi ventana y de la izquierda abertxale si sale al paso. Y tampoco tengo muchos lectores fijos, digamos. Cinco o seis, que sepa. Y para ellos escribo, aparte del vicio personal de escribir, que de eso se trata. Los blogs son, José, travesías, claro. En el desierto, a veces; otras, a la luz, con amigos, con cervezas en el jardín y música de los Beach Boys de fondo. Depende del día. Depende del post. De quien entra y escribe un comentario que te hace sentirte bien. Si estuviera en una isla, escribiría. La vida, en el fondo, es la isla. Años estuvo sin dar una línea a nadie. Cajones llenos de textos. El universo de símbolos y de ídolos, ya. Así que feliz año, my friend. Démosle caña a las neuronas. Así igual el puñetero alzheimer nos pilla viendo una de Bergman con los ojos abiertos como platos de gambas.

Dani López dijo...

Yo descubrí hace poco tu blog (sorpresa la mía al ver que llevaba tanto tiempo activo) y me gusta mucho, especialmente porque es distinto.
Te animo a que sigas con él y a que pienses que, por lo menos desde mi punto de vista, sí se escribe para uno en muchos casos, aunque te lea más gente, porque un blog, una bitácora, es lo que es, un diario que seguro que será un documento genial que leer dentro de muchos años.

Ánimo y sigue así.

EL INDIO JOHN dijo...

Yo creo que tienes un blog estupendo, y somos muchos los que te leemos. Se aprende mucho de tí, a veces das ideas verdaderamente originales sobre determinadas películas. Espero que sigas muchos años más. Por cierto, me encantaron tus relatos, y a ver si quedamos un día, ¿no??

Un saludo

Anónimo dijo...

Aquí tienes el típico "bloggero bisoño" que comentas en tu entrada. Osea Yo.

Tienes siete años en esto, así que es risible que te recomeinde algo, pero lo voy a hacer: Ve la pelìcula "Elsa y Fred". puse un comentario en "tigrero" también te recomiendo que revises mi sección de cine.

Sandra M. dijo...

Que no dejen comentarios no quiere decir que no te lean, o yo por lo menos sí lo voy siguiendo. Admiro tu perseverancia en hacer una reseña de cada película que vas a ver, algo que a mí me gustaría hacer pero que me cuesta muchísimo. El tema de las visitas funciona dándose a conocer, claro está... algo que exige una dedicación más allá de actualizar. En mi caso, actualizo poco, pero tengo claro que ante todo escribo para mí, para poner en orden mis ideas, practicar la escritura y sobre todo para no olvidar los detalles de aquellas cosas que he visto cuando aun son recientes. Por cierto me ha gustado mucho la reflexión que te hizo el profesor.

Sandra M. dijo...

Lo que no quiere decir que no agradezca que me escriban, que eso por supuesto siempre anima a seguir.

Cinéfilo dijo...

Bueno, gracias a todos por las palabras. Creo que a partir de ahora voy a dejar de hacer comentarios de cine y me voy a dedicar a abrir incisos intimistas.

Matías Cobo dijo...

En más de una ocasión también me he preguntado eso mismo: si tiene sentido escribir casi para uno mismo. Y creo que sí, pues, como dice el propio Emilio, sólo el mero esfuerzo mental de juntar unas letras con cierto sentido te hace no perder una saludable rutina intelectual.

No obstante, si tras siete años sigues aquí, al pie del cañón bitacoril, es que algo de disfrute y sentido has debido encontrar en tu labor de escriba. Yo te descubrí hace ya un tiempo (quizá, como comentas, por la propia relevancia de la palabra "cine" asociada al dominio de blogger) y, desde entonces, no he dejado de visitar tu espacio porque casi siempre he hallado originalidad y agudeza en cuanto aquí se escribe.

Un saludo.

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