Kinsey

Bill Condon, 2004
Reparto: Liam Neeson (Alfred Kinsey), Laura Linney (Clara McMillen), Chris O'Donnell (Wardell Pomeroy), Peter Sarsgaard (Clyde Martin), Timothy Hutton (Paul Gebhard), John Lithgow (Alfred Sequine Kinsey), Tim Curry (Thurman Rice), Oliver Platt (Herman Wells), Dylan Baker (Alan Gregg), Lynn Redgrave (Entrevistadora).
*
Es fácil tener razón

Toda la película está salteada de escenas que muestran como Kinsey entrenaba a sus entrevistadores para que llegaran a la información secreta de los encuestados. El proceso de recogida de datos marca el ritmo, y parece decirnos: esta es la historia de un científico y de sus métodos.

En los cuarenta y cincuenta Alfred Kinsey publicó una serie de trabajos sobre la sexualidad de los norteamericanos, que, como es natural, estuvieron rodeados de polémica. Quizá él mismo la buscó. Abordó la homosexualidad no como un problema de blanco o negro, sino como una escala de uno a seis donde cada cual tiene un grado variable. Habló del sexo marital como una sola de las muchas posibilidades del americano, y no la más frecuente. Quiso hacer un estudio ajeno a la moral, y en algún momento la película apunta que también opuesto a ella. La biografía de Kinsey es la de un muchacho oprimido por un padre puritano y castrante que tiene que vencer muchas barreras para tener su propia vida sexual. Si la película es veraz venció más barreras incluso de las que son tolerables para el público de nuestro tiempo. Durante veinte años estudió una avispa de su continente que tenía infinidad de variedades, llego a recopilar más de un millón de ejemplares. La comunidad científica científica le dio una palmada en la espalda y se abstuvo de leer el aburridísimo trabajo, así que vistos los resultados Kinsey decidió consagrarse a otro campo que le ofreciera menos aplausos y más lectores.

Kinsey es una película de juicio. Sus estudios podían ser científicos, exactos o rigurosos, pero en el cine sólo hay espacio para la moral, para el blanco y negro, para la condena o la exaltación. Kinsey es criticado por la sociedad de su tiempo, por sus patrocinadores de la Fundación Rockefeller, por el claustro de la facultad. Se nos invita a pensar que injustamente. El héroe incomprendido es absurdamente atractivo.

Cada día tiendo más a pensar que la comedia es un género superior al drama. Kinsey es el mismo personaje que el de la familia Follen (Focker), sólo que incómodamente solemne. Si el estilo fuera honesto entenderíamos a sus rivales, o nos reiríamos de ellos, la caza de brujas, los pudores sexuales. En vez de ello, Condon ha entendido que su discurso debía encerrar un sermón contra el puritanismo y la América de Hoover que nadie pretende defender a estas alturas.

Spaulding: La otra visión de la película de Condon se centra en la respuesta negativa con la que los sectores más reaccionarios y moralistas recibieron el libro de Kinsey y las trabas que pusieron, ciertos grupos denominados cínicamente culturales, para que no se llegara a publicar un segundo volumen bajo el título de La Conducta Sexual de la Mujer. Y esta parte, la que a priori prometía ser la más interesante, está trazada de manera dispersa y sin profundizar en absoluto. Una lástima.
Stipey: Una muy buena manera de ver un tema como el sexo en el cine de otra manera, diferente a como estamos acostumbrados... Sorprende de principio a fin.
Alberto Bermejo **: Condon contempla a su personaje con veneración, reforzando desde todos los ángulos su opinión positiva sobre él. En esto tienen mucho que ver los actores, la brillante Laura Linney como la esposa y en primer término el espléndido Liam Neeson, que sustenta con precisión la imagen de profeta y la vehemencia honesta e irreductible del verdadero Kinsey, aunque a ratos el director subraye en exceso su faceta de mártir.
Méndez-Leite @@: Como 'El aviador' y, en menor medida, 'Ray', esta segunda película de Bill Condon, autor de la excelente 'Dioses y Monstruos', se debate con los graves problemas de contar toda una vida en un metraje insuficiente.
David Broc ***: Kinsey huye con firmeza tanto de cualquier concesión morbosa como de una mirada aséptica y discursiva. No es cursi, quizás puntualmente light, pero tampoco carga tintas. Y en ese envidiable terreno neutral, incluso dispone de fuerza para lanzarle, mediante la hipérbole paródica, una feroz diatriba al puritanismo yanqui.
Begoña del Teso: Kinsey, biografía de aquel científico que ya en mil nueve cuarenta y ocho publicó un libro titulado El comportamiento sexual del hombre, se empeñó luego en demostrar que las mujeres eran criaturas con vida, necesidades y apetencias sexuales propias, y más tarde luchó por hacer entender al mundo de que perversiones, lo que se dice perversiones sexuales, hay pocas y lo demás son magníficas fantasías de cada quien, no tendría por qué ser la tontada que realmente es como película.
Y que sea precisamente eso, una tontada, una pelmada, un lo de siempre: ascensión y caída de un visionario, da realmente pena. Pena de la grande. Kinsey es muy tontina y toda la fuerza se le va por la boca. Hablan demasiado en esa película. Hablan demasiado de sexo. No es que nos parezca que no se deba hablar de sexo pero sí que, excepto en sus diálogos, la película es de un recatado absoluto.

Famous Kinsey Sex Statistics
Some key findings of the Kinsey Report (from interviews conducted in the forties and fifties):
92% of all males and 62% of females reported masturbating (Kinsey, 1953)
46% of the male population had engaged in both heterosexual and homosexual activity
40% of men preferred to have sexual activity with the lights on, versus 19% of women
89% of men and 64% of women used sexual fantasy to masturbate
49% of men had performed cunnilingus in their marriages, 45% of women had performed fellatio
68% of men and 50% of women had engaged in premarital sex
14% of women reported being multiply orgasmic, between 15-20% of men were multiply orgasmic in their early twenties, but lost the ability by 30 or 40
68% of men and 40% of women had their first orgasm through masturbtion.

The Kinsey Scale
The Kinsey scale is probably one of the most well-known outcomes of the the Kinsey Report, but it is often mistakenly cited as a way to identify sexual orientation. In fact, the scale helped Kinsey and his subjects describe their sexual histories, on a scale of zero to six, with zero being exclusively heterosexual, and six being exclusively homosexual. Since many of his subjects had had same sex experiences, this allowed Kinsey to more accurately reflect the complexity of human sexual behavior.

About | Kinsey Institute



Rotten Tomatoes 87% $10m

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