K-PAX

¿Quien es Prot?

Prot (Kevin Spacey) aparece en la estación de Nueva York y afirma que es un visitante del planeta K-pax que ha venido a la tierra a pasar una temporada. Mark (El Dr. Mark Powell) es un psiquiatra que estudia su caso y se implica con su paciente.
Iain Softley, 2001.
Reparto: Kevin Spacey (Prot), Jeff Bridges (Dr. Mark Powell), Mary McCormack (Rachel Powell), Alfre Woodard (Dr. Claudia Villars), David Patrick Kelly (Howie), Saul Williams (Ernie), Peter Gerety (Sal), Celia Weston (Sra. Archer), Ajay Naidu (Dr. Chakraborty), Tracy Vilar (Maria), Melanee Murray (Bess).
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Prot habla de su planeta con una seriedad y tranquilidad que desconcierta al psiquiatra y al espectador. Sus conocimientos de astronomía desarman a un grupo de científicos. Pero a la misma vez, las pesquisas del médico lleva a descubrir el pasado del hombre que tiene en su clínica. ¿Qué hipótesis debemos creer? ¿Se trata de un marciano o de un ser humano traumatizado? Los internos de la clínica están seguros de que Prot es un extraterrestre, olvidan su locura y se dedican de lleno a conquistar un puesto, porque Prot les ha prometido que cuando vuelva a su planeta se llevará a uno de ellos. Esta es la parte que mejor funciona de la película. Por desgracia no es la que recibe más atención. Lo que peor funciona es la reunión del marciano con los astrónomos y la explicación minuciosa de las coordenadas de su planeta, porque eso inclina la balanza de un modo amañado sobre la posibilidad de que el marciano diga la verdad. Y el público como yo acepta cualquier posiblidad que se le plantea desde unos parámetros de hipótesis y de fantasía, pero se revela cuando se le quiere convencer de algo.

El segundo peligro que plantea una creación tan emocionante como un marciano insertado en mitad de una ciudad, y comiéndose las frutas de un psiquiatra a la vez que exclama «por esto merecía la pena venir a este planeta» es que los creadores lo manipularan para que enuncie grandes palabras a lo Hare Chrisna o consejos para hacernos más felices, mejores, más sanos y delgados, eficientes vendedores de aspiradoras, o triunfadores. Tengo que advertir que a esta tentación tampoco escaparon los creadores. De haberlo hecho no les hubiera quitado la cuarta estrella.
Calendar Live - Stars Keep 'K-PAX' Aloft Keneth Turan

Where "K-PAX" finally falls down is in its attempt, almost inevitable for a studio picture, to have it both ways. In its determination to be convincing about each side of the "is he or isn't he?" question, the film ends up going too far in both directions, so much so that, paradoxically, it finally doesn't seem to be playing fair at all.

But if "K-PAX's" conclusion is a bit too glib, too pat for what it's trying to do, it's an honorable attempt to create a thoughtful entertainment, and it's got the kind of acting worth visiting from another planet to experience.

[Mi opinión es justo la contraria. El filme fracasa porque no mantiene ese equilibro de perspectivas.]

K-PAX James Ebert ***

Prot describes his intergalactic travels, dismisses Einstein's theories about the speed of light and amazes a group of astronomers in a scene that suggests, as it is intended to, Christ addressing the elders in the temple.

His sessions with Prot turn into two-way experiences, with Prot offering advice and insights and seeming intelligent and normal--all except for his impression that his home is 1,000 light years away. There is also the matter of how he eats a banana. "K-PAX is a planet,'' he explains to his doctor, ''but don't worry--I'm not going to leap out of your chest.''

The movie populates its ward with the usual job lot of colorful eccentrics, who behave as if they have intensely studied ''One Flew Over the Cuckoo's Nest.'' The most intriguing, because she never speaks, is Bess (Melanee Murray).

A final answer is unprovable on the basis of what we're told, and I like it that way. I admired how the movie tantalized us with possibilities and allowed the doctor and patient to talk sensibly, if strangely, about the difference between the delusional and that which is simply very unlikely. Whether Prot is right or wrong about where he comes from is not as important as what he does with his conviction.

Movie: K-Pax Bruce Newman

This is a movie that works hard to be a fable, and like most fables it has a moral: Get your life right this time because this is the only time you have.

"K-PAX'' succeeds most often when it isn't blinded by the light of its own cosmic message. Its creators have apparently decided to embrace that message, seizing the moment -- and full credit -- with both hands. They have denied that ``K-PAX'' is a remake of any movie that ever existed in this, or any parallel, universe.

LA BUTACA - K-Pax Joaquín R. Fernández

Desgraciadamente, la trama se vuelve menos consistente en la segunda mitad del metraje. Cierto que ya antes se visualizan pasajes mal llevados e incluso prescindibles de tan trillados (la relación de Powell con su familia), pero lo que sucede a continuación es un viaje hacia las ansiadas respuestas que, sinceramente, no resulta convincente. Así, las sesiones de hipnosis se hacen un tanto aburridas (aunque algunas de ellas sirven para que el señor Kevin Spacey se luzca), y, cuando las incógnitas se desvelan por completo, a uno se le queda cara de tonto al darse cuenta de la burda manipulación a la que ha sido sometido.

K-Pax [CRITIACALIA] Enrique Talaberón
En la cinta del siempre gris Iain Softley lo que hay es una blandengue aproximación a un presunto alienígena y cómo su vuelo por el cuco del manicomio incide en la vida de los locos allí confinados. Pero nunca llega a inquietar verdaderamente, en una ramplona mimetización de otros clásicos de los extraterrestres amistosos, como E.T o Starman.

Morena Clara

Florian Rey, 1936.
Reparto: Imperio Argentina (Trini) María Brú (Doña Teresa) José Calle (Don Elías) Manuel Dicenta (Rafael) Guillermo Figueras (Pepe Rosales) Emilia Iglesias (Juanita Céspedes) Miguel Ligero (Regalito) Carmen Lucio (Regalito) Carmen de Lucio (Frasquita) Manuel Luna (Prosecutor) Francisco Melgares (Currillo)
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Entre Lorca y Bernard Shaw

El planteamiento más interesante que propone Florian Rey, en la esetela de Lorca, es su vindicación del gitano. Los protagonistas, Trini y su hermano Regalito, viven del timo y del sable y piden a gritos comprensión y simpatía con su gracia.

La película empieza con un episodio picaresco. Los dos gitanos roban unos jamones al dueño de una venta y se los devuelven cobrando por ellos. El juicio de los rateros es un momento memorable de nuestro cine clásico. Los gitanos se burlan del lenguaje judicial que no entienden, y el fiscal critica la raza gitana. En un momento de sentimentalismo acaba afirmando que si él conociera a un gitano sin techo le ofrecería el suyo, lo cual da pie a la protagonista para vincularle a su promesa.

Este arranque de la película es sencillamente soberbio. La idea de la joven humilde residiendo en casa del hombre de clase alta puede remitir a Pygmalion, de Bernard Shaw. El dibujo de los gitanos, sus tics, su humor y su frescura es increíblemente exacto para estar interpretado por una paya. Aquellos modales no han cambiado, si bien hoy no están bien vistos entre la clase media y alta. El tema que plantea sobre su utilidad para la sociedad es actual.

Trini se queda a vivir en casa en fiscal y allí va ganando poco a poco el corazón de toda la familia. Todos tienen algún lío, en general relacionado con el dinero y ella enreda a unos y otros hasta demostrar su buen corazón. Por desgracia esta parte de la película no está trabajada, y el dinero que arregla las situaciones no es limpio.

El final quedó precipitado. Hace pensar que algo les obligó a acabar la obra a prisa y corriendo.
Steven Soderbergh, 2001.
Interpretación: George Clooney (Danny Ocean), Brad Pitt (Dusty Ryan), Julia Roberts (Tess Ocean), Casey Affleck (Virgil Malloy), Scott Caan (Turk Malloy), Don Cheadle (Roscoe Means), Matt Damon (Linus Caldwell), Andy Garcia (Harry Benedict), Elliot Gould (Ruben Tischkoff).
Guión: Ted Griffin; basado en el guión de 1960 de Harry Brown y Charles Lederer; a su vez basado en una historia de George Clayton Johnson y Jack Golden Russell.
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Los que tienen y los que merecen tener

Ocean's Eleven tiene ingredientes más que de sobra para garantizar que un espectador salga contento del cine. Un reparto de lujo que cobró por debajo de su caché y que según la prensa se lo pasó bien rodando, un robo al estilo «Misión Imposible» con todo tipo de artilugios y triquiñuelas, un guión que comprime en hora y media material para cuatro, golpes de humor muy acertados, y una galería de personajes, los once compinches de Ocean, que muestran su historia con brevísimas pinceladas.

Ocean acaba de salir de la carcel porque lo pillaron con unas figuras mayas que no pudo colocar después de robarlas. Su exmujer es ahora la amante de un millonario que posee tres casinos de Las Vegas. Ocean se propone recuperarla, y robar a su contrincante todo el dinero que guarda en una caja fuerte tan protegida como una lanzadera de misiles. Para su plan necesita un experto en explosivos, un pirata informático, un carterista, un timador, un hombre de goma, matones y más expertos hasta llegar al número del título. Soderberg, a diferencia de John Woo se entretiene más con los duelos verbales de los personajes que con los detalles y las trampas del plan. A diferencia de otros incursores en el género, tampoco muestra mucha inclinación a hacer sufrir al espectador con los percances. Soderberg elige la comedia, no el suspense.

La película habla de los millonarios que poseen un puesto que no se merecen, como esos jefes que hay que obedecer pero no han hecho nada para ser jefes y de los exconvictos que se merecen más de lo que tienen. Es un fondo de redistribución de la riqueza y de la suerte, un ejercicio de equilibro y de justicia pero en clave americana, es decir, con una lectura absolutamente individualista. El fondo de la película no es: «un hombre tiene demasiado dinero y no es justo que un hombre tenga tanto» el fondo es: «lo injusto es que ese hombre tenga tanto, pues es este otro quien se lo merece». Ningún capitalista va a salir ofendido del cine porque lo que viene a decir, en otras palabras es que al final las fortunas van a parar a quien realmente las merece, por tanto el dinero del mundo está bien repartido.

Un lugar donde estuvo el paraíso

Gerardo Herrero, 2002.
Reparto: Federico Luppi, Elena Ballesteros, Paulina Gálvez, Gastón Pauls, Gianfranco Brero.
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Creo que una de las escenas no era lamentable

Las razones que a mi me permiten juzgar película suele venir formulado por la propia película. Si un director y unos actores te preparan para unas escenas climáticas de catarsis y emoción, hay un criterio aplicable a la buena ejecución de la obra: ¿consigue o no consigue arrastrarte? Me limito a aplicar este criterio cuando digo que estas dos horas de selva y termitas son basura.

Busco más ejemplos (el relato es un manual) de cosas que no funcionan. Parece fácil crear un malo, el cine está lleno de ellos. En esta película aparecen dos, el oficial del ejercito y el otro cónsul. ¿Por qué son malos? No tienen más que algún tic, y aparte de eso, los protagonistas no dejan de zaherirlos en sus conversaciones. Es decir, son malos porque los protagonistas de repente lanzan su dedo acusador con un insulto y yo como espectador tengo que sumarme a su odio.

La protagonista, la hija del cónsul, odia, con igual sinsentido a la amante de este. Su voz en off nos explica que se equivocó. Si bien no hay una sóla escena que justifique su odio. Tampoco las hay que justifiquen su error.

Para culminar el despropósito, la historia de acción que justifica la trama, se descubre como insignificante. Lo que al principio era una locura se vuelve un chiste. Y usted ha pagado y ha aguantado dos horas para que se lo cuenten.

Decía que una de las escenas no era lamentable. Me refería al principio de la película, un hidroavión con la hija del cónsul llega a la selva. El padre la recibe y en un paso de fronteras donde llueve a cántaros, él soborna a un funcionario.

The hole

Nick Hamm, 2001.
Reparto: Thora Birch (Liz Dunn), Desmond Harrington (Mike Steel), Daniel Brocklebank (Martin Taylor), Laurence Fox (Geoff), Keira Knightley (Frankie Smith), Steven Waddington (Howard), Embeth Davidtz (Dr. Philippa Horwood), Emma Griffiths Malin (Daisy), Gemma Powell (Minnie), Gemma Craven (Sra. Dunn), Anastasia Hille (Gillian), Kelly Hunter (Chapman).
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Maldad ficción

The hole se inicia con la protagonista llena de sangre y magulladuras pidiendo ayuda, la prensa y la policía investigando lo que ha ocurrido. Cuatro universitarios se encerraron en un bunker de la guerra para pasar unos días. Lo que ocurrio se nos irá mostrando desde distintas perspectivas contradictorias.

El mayor interés de la película está en lo que no muestra. Tiene una trama detectivesca bastante predecible donde no sabemos quien es culpable de los hechos, y también tiene una trama terrorífica porque no sabemos cuanto duró la reclusión o qué daños sufrieron.

Lejos de quedarse en la sugerencia, verdadera inspiradora de terror desde un principio, este producto quiere ilustrar con demasiado lujo de detalle lo que es la maldad. Pero Shakespeare ya descubrió que si uno profundiza demasiado en los malos es difícil que el público los odie sin miramientos. El carácter perverso de este invento tiene en su contra otro punto, uno puede entender la ira, la insidia, en un gesto brusco, pero esa prolongadísima espera no se sostiene.

El problema del cine español

El problema de nuestro cine, el de nuestra literatura es el mismo que el de tantos otros cines nacionales. Los españoles sólo hacemos cine para nosotros.

El extremo de cine para consumo interno eran las indigeribles comedias de los O’zores, donde el chiste estaba en colar en el guión el nombre de Fraga o algún tema de actualidad, aquello era sólo para estómagos nacionales.

Pero el cine que se hace sigue sin ser universal. El gran éxito de taquilla, Torrente, es también demasiado casero. Almodóvar también vendía verduleras, pero hizo gracia en el extranjero.

Yo siempre he visto dos tendencias en nuestro cine y las dos con poco futuro. La arrabalera, que consiste en asumir que no podemos hacer algo decente y quedarse en el chascarrillo y el chiste verde. Y en el otro lado, la pretenciosa, que consiste en olvidarse del espectador y creer que hacer buen cine consiste en meter un ladrillo de la literatura o un manual de fotografía, historia o matemáticas, en las dos horas de un metraje. Al primero pertenecen Almodóvar y Santiago Segura como lo más saboreable, al segundo engendros tales como Juana la Loca y Silencio Roto.

Por suerte, nos queda Amenábar. Y yo sigo soñando con que vuelva Victor Erice.

Toy Story 2


John Lasseter, 2000.
Voces: Tom Hanks (Woody) Tim Allen (Buzz Lightyear) Joan Cusack (Jessie) Kelsey Grammer (The prospector) Don Rickles (Don potato) Jim Varney (Slinky Dog) Wallace Shawn (Rex) John Morris (Andy) Andrew Stanton (Emperador Zurg).
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El amor de los coleccionistas y el de los niños

Toy story 2 narra las aventuras de unos muñecos para rescatar a su amigo Woody que ha sido robado por un coleccionista y los problemas de Woody para decidir que vida quiere seguir, si ser un objeto de una colección, o bien el juguete de un niño que lo quiere pero que tiene que crecer y abandonarlo. Alterna momentos de acción con otros de reflexión, como por ejemplo la canción de Jessie que nos habla de la tristeza que es perder el amor de un niño cuando crece.

Cuando Woody es robado hará todo lo posible por volver a su dueño y a su mundo con sus amigos, pero descubre que si se queda con su raptor puede empezar una vida nueva, ser un objeto preciado en una vitrina, lo cual lo convence durante un tiempo, no demasiado. Su elección es entre dos tipos de amor, el del coleccionista que le dará un cuidado impecable, un amor de vitrina, inmortal, pero ajeno, y el de un niño que juegue con él, un amor real, pero efímero.

El éxito de las dos aventuras que de momento ha dado la idea está en la narración de las peripecias que sortean los muñecos para conseguir lo que quieren. Rescatar al pingüino Wheezy, ir en busca de Woody, llegar al hotel donde esta encerrado, burlar una puerta automática, y rescatarlo de una cinta transportadora y un avión, todos estos episodios son la verdadera atracción de la película.

La maestría de la narración está en las pruebas y trucos, en la aceptación de las normas del juego: los muñecos sólo están vivos cuando no hay humanos delante (lo están con los animales). Maestría es también la personalidad de los muñecos, a destacar el dinosaurio que quiere derrotar a Zurg. Y está en la perspectiva de mostrarnos nuestro mundo mecánnico de ascensores, carreteras, cintas transportadoras, videojuegos, tejados, automóviles, puertas automáticas, como un mundo visto desde la perspectiva de aquellos para los que no está fabricado, los pequeños muñecos.

Otro aspecto cuidado es el caracter repetitivo de varios motivos que vuelven una vez y otra llenando el relato de resonancias. La anilla que Woody tiene a la espalda es un detalle de construcción. Al tirar de ella, el muñeco habla. Ello le delata cuando lo descubre el coleccionista Al. Cuando Jessie juega con él le tira de la anilla, y al final sirve para saltar del tren de aterrizaje del avión.

Mucho más rico en significado es el nombre que Andy escribe ne los pies de sus juguetes que los hace suyos, y a la vez confiere identidad al juguete. La pastora le dice a Woody que mire la firma en su zapato cuando este se siente abandonado y cree que el niño no lo querrá. Buzz demuestra que es el juguete original enseñando la planta de su pie. El artesano que repara a Woody borra con pintura la firma, pero cuando él recapacita raspa con un gesto la pintura, un gesto que es igual que reconocer quien es en realidad. Y al final el caballo recien llegado al hogar del niño enseña orgulloso la firma que lo convierte en miembro de la comunidad jugando con el orden de las pezuñas/letras.

Ghost World

Terry Zwigoff, 2001.
Reparto: Thora Birch (Enid) Scarlett Johanson (Rebecca) Steve Buscemi (Seymour) Brad Renfro (Josh) Illeana Douglas (Roberta Allsworth) Bob Balaban (Padre de Enid) Stacey Travis (Dana) Charles C. Stevenson (Norman) Dave Sheridan (Doug) Tom McGowan (Joe) Debra Azar (Melorra)
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Jóvenes airados

El personaje más odioso para mi de «American Beauty» era sin lugar a dudas la hija repelente. La interpretaba una jovencita llamada Thora Birch que es también la protagonista de esta película. La actriz no ha hecho ningún esfuerzo porque interpreta exactamente el mismo personaje, sólo que ahora se llama Enid, y su amiga íntima, ya no es Mena Subari. Uno sale con la sensación que el director ha querido estirar el secundario.

Enid encarna la joven que acaba de graduarse y está incómoda en el mundo, no soporta la falsedad de la gente, ni la superficialidad de los chicos de su edad. Ha suspendido arte y tiene que recuperarlo en el verano, pero ni la profesora ni los compañeros le tienen simpatía. Ella sólo encuentra apoyo en una amiga, un viejo chiflado que espera el autobús en una parada por donde ya no pasa, y en un hombre maduro introvertido y coleccionista de jazz.

Enid es una inadaptada y sería más soportable si no despidiera tal tufo de acusadora. Por ejemplo cuando su cuadro, mal explicado, le vale el suspenso se nos está jugando a un victimismo tramposo.

Enid es una joven intransigente. No acepta a casi nadie, y no cede en sus prejuicios (la novia de su madre, y muchos otros no se merecen tal desprecio). Así que la silla en que se apoya tiene sólo tres patas. Algunas le fallan, y no sabe que hacer. La que la salva, y salva también la película es la que usted menos podría imaginarse.

Zoolander

Ben Stiller, 2001.
Reparto: Ben Stiller (Derek Zoolander) Owen Wilson (Hansel) Will Ferrell (Jacobin Mugatu) Christine Taylor (Matilda Jeffries) Milla Jovovich (Katinka) Jerry Stiller (Maury Ballstein) David Duchovny (J.P. Prewitt) Jon Voight (Larry Zoolander) Judah Friedlander (Scrappy Zoolander). Interpretandose a si mismos: Donald Trump, Christian Slater, Tom Ford (VIII) Cuba Gooding Jr., Steve Kmetko, tommy Hilfiger, Natalie Portman, Fabio, Lenny Kravitz, Gwen Stefany, Heidi Klum, DJ Mark Ronson, Paris Hilton, David Bowie, Tyson Beckford, Fred Durst, Claudia Schiffer, Lukas Haas, Carmen Kass,
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Cameos y estupideces

El mayor peligro que corre Zoolander, igual que Torrente, es que alguien no se de cuenta de que lo que ve es exactamente lo contrario de lo que quiere decir. Pero si alguien no quiere hacer la operación mental de ver la película como lo contrario de lo que es no importa. En cualquier caso no hay por donde cogerla.

Zoolander es un modelo sin cerebro que sólo piensa en su cuerpo bonito y en prepara su mirada de metal. Su única preocupación es ganar el premio de modelo del año y para ello tiene que vencer a su rival, Hansel. La película tiene una segunda trama que habla del presidente de Malasia que es la clave para evitar el trabajo de los niños en el tercer mundo (no sabemos por qué), y de un complot organizado para asesinarle y así conseguir que los niños pobres sigan trabajando para vivir.

La parodia está clara porque el protagonista que hace de guapo, el propio Ben Stiller, no es precisamente guapo. Pero está menos claro cuando habla de dos temas tradicionales del cine, el de chico conoce a chica, y el de malos que quieren hacer daño a los niños del tercer mundo.

Personalmente no encuentro un sólo punto divertido en esta parodia. Tampoco encuentro inteligencia, o un contenido digno de tenerse en cuenta. Mi impresión es que el director perdió, en algún momento, los papeles, de modo que acabó dignificando lo estúpido que trataba de despellejar del mundo de los famosos tontos, y acabó también burlándose de lo poco que había de serio en la farsa, porque se dio cuenta de que no se la podía creer.

Stiller aborda el mundo de la moda, la estúpida búsqueda de una pose. Se pregunta si este mundo tiene un sentido, pero no da una respuesta. También aborda algunos trucos peliculeros, una chica, un malo. Pero no se los toma en serio. El resultado no va a ninguna parte.
Mr. Cranky Rates the Movies : Zoolander
It's as if Ben Stiller consciously sat down and tried to figure out how little work he could do and still get a film produced.

Most of the film's humor is derived from Zoolander making faces, which is funny for about two seconds

Princesa por sorpresa

Garry Marshall, 2001.
"The Princess Diaries"
Reparto: Julie Andrews (Reina Clarisse Renaldi), Anne Hathaway (Mia Thermopolis), Hector Elizondo (Joe), Heather Matarazzo (Lilly Moscovitz), Mandy Moore (Lana Thomas), Caroline Goodall (Helen, madre de Mia), Robert Schwartzman (Michael Moscovitz), Terry Wayne (Clark)
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No es tan duro hacerse princesa

Cuando Gary Marshall, el director de Pretty Woman coge este proyecto, ve claramente que no va a poder explotar mucho tiempo la sorpresa de la muchachca plebeya que descubre que es princesa, así que opta por revelarlo al principio. No renuncia, sin embargo a contarnos una historia que oímos constantemente, la del patito feo, quizá porque sabe que es una historia que no nos cansaremos de oír, todos tenemos debilidades, y todos debemos soñar secretamente con un día en que el mundo se entere de nuestro valor.

El patito feo de la película, la americana que resulta ser princesa tiene un problema con tu timidez para hablar en público, con su «invisibilidad». En su instituto hay muchachos que son famosos y otros que no son tan guapos pero nos caen bien: sus amigos.

La muchacha tímida tiene que aprender a ser princesa y lo que peor funciona de la película es su que trate de convencernos de que esa es una tarea dura, o que aceptarlo es un gran paso.
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