El rey de la montaña



Cacerías

Un año antes de pasar a la historia del cine con su "King Kong", Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper habían rodado una historia sobre la caza del hombre. "El Malvado Zaroff" propone al espectador la idea de vivir la sensación de una cacería desde el punto de vista de la presa. En una escena inicial, los guionistas cometen la ingenuidad de explicarnos la trama. Más eficaz que este primer intento son las películas de terror como "La matanza de Texas", y, sobre todo, las de zombies, que nos lanzan de lleno a la angustia sin explicarla.


Gonzalo López-Gallego, 2007
Reparto: Leonardo Sbaraglia (Quim), María Valverde (Bea), Pablo Menasanch (guardia joven), Francisco Olmo (guardia mayor), Manuel Sánchez Ramos (empleado gasolinera).
Guión: Javier Gullón y Gonzalo López-Gallego.
* * *
"El rey de la montaña" empieza con una escena de sexo entre dos jóvenes que no se conocen para llevarnos a una cacería interminable en medio de una sierra deshabitada. En el primer desvío de la carretera, el protagonista no sabe si continuar su camino o seguir a la chica. Toda la película está llena de elecciones que nos van a hacer ponernos en su lugar queramoslo o no. ¿Habríamos cogido esa carretera? ¿Entraríamos en la casa abandonada? Perdidos en un camino vecinal, los dos son víctimas de un francotirador invisible. La ansiedad de la huida deja poco espacio para la reflexión. Los incidentes caen raras veces en el tópico y hacen avanzar la acción como una barrena. El director sabe alternar la ansiedad de los disparos con la calma de los refugios.

Los cánones del thriller imponen siempre el mismo desenlace. Los dos pacíficos ciudadanos tendrán que aprender a pelear o morirán. Es el canon heróico de Hollywood. Pero, por suerte o por desgracia, nuestros creadores no tienen que colar sus guiones a productores avaros. Es una pena no poder discutir los desenlaces en una página de cine, porque, en casos como este, son lo más suculento. "El rey de la montaña" tiene un giro inteligente. Nos hace pensar en el asesino sin simplezas, y, a diferencia de la tradición española, no aprovecha la ocasión para unir el mal con ningún credo ideológico. Las cataris deberían ser siempre así de complicadas.
Jordi Costa. El País: su extrema singularidad se ha perdido por el camino y, en el resultado final, la eficacia gana el pulso a la heterodoxia.
Mirito Torreiro. Fotogramas: la salva una puesta en escena contenida, la creación de un aire amenazante, lo abstracto de la propuesta.
Roberto Piorno. Guía del Ocio ***: Es ella, y no él, la heroína de la fábula, capaz de sacrificarse por el objetivo común en contraste con los intereses individualistas y cobardes del personaje masculino. [...] La identidad de los verdugos sobrecoge y la película asume un cariz sociológico pronunciado.

IMDB

2 comentarios:

Jordi Revert dijo...

Uno de los estrenos que más ha llamado mi atención últimamente. Espero poder verla antes de que la retiren de cartel.

Un saludo

Jordi Revert

Jordi Revert dijo...

Interesante película, sin duda. Resulta de lo más estimulante que propuestas así consigan abrirse paso y llegar hasta nuestras salas, aunque sea en pocas. Sentí ver como mi sospechas se confirmaban: que la resolución de la trama no podría estar nunca a la altura de la inmensa expectativa creada en la primera parte de la película. No me parece el contexto más efectivo para realizar la crítica que se pretende. Por lo demás, recomendable a todas luces. Thriller intenso, angustioso, de los que no dejan respiro.

Un saludo

Jordi Revert

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