Noche en el museo



Los museos son "divertidos"


Shawn Levy, 2006
Reparto: Ben Stiller (Larry Daley), Carla Gugino (Rebecca), Dick van Dyke (Cecil Fredricks), Mickey Rooney (Gus), Bill Cobbs (Reginald), Robin Williams (Teddy Roosevelt), Jake Cherry (Nick), Ricky Gervais (Dr. McPhee), Kim Raver (Erica Daley), Patrick Gallagher (Atila), Rami Malek (Ahkmenrah), Steve Coogan (Octavio), Anne Meara (Debbie).
Guión: Robert Ben Garant y Thomas Lennon; basado en el libro de Milan Trenc.
* * *
Películas como "Noche en el museo", o "Parque Jurásico" y libros como "El Código Da Vinci" quieren acercar el mundo de los gustos masivos y el de la cultura. Hacen algo parecido a la mamá que añade nata al yogur que no se quiere comer el niño. El peligro está en que el niño se quede con la nata y deje el yogur. Muchos se irán del cine sin acordarse de Atila, los romanos o el antiguo Oeste, y recordarán que el Tiranosaurio movía la cola como un caniche. Lo cual, por otro lado es un acierto increíble.

Quien haya visto el trailer de “Noche en el Museo” sabe ya toda la película. Ben Stiller trabaja de guardia nocturno y descubre que todo el museo vuelve a la vida cuando se hace de noche, miniaturas de cowboys, miniaturas de romanos, La figura de cera de Theodor Roosvelt, el esqueleto del Tiranosaurio, la estatua de la Isla de Java, una selva africana, guardianes de la momia de un faraón, Atila y cuatro de sus hunos. ¿Qué es lo que explica para nuestras mentes racionales semejante maravilla? A parte, claro está, de las ganas que a todos nos devoran de que algo extraño ocurra cuando nos vemos obligados a ir a un museo y nos morimos de aburrimiento. La película no ofrece la explicación hasta muy avanzado el metraje, parece confiar en que el espectáculo puede sostenerse mucho rato sin explicaciones, y tiene razón.

El espíritu bienpensante de la película consiste en convencernos de que los museos son valiosos, y que la cultura sirve para algo, en contra de toda la evidencia que ofrece la televisión para pensar lo contrario. El juego que propone para demostrarlo es ingenioso. Ben Stiller tiene que mantener en orden el museo si no quiere que lo despidan. Para que sus figuras no le destrocen la planta tiene que investigar sobre ellas: tiene que aprender historia, paleontología, ciencias naturales. La cultura se convierte, con esta fórmula en un kit de supervivencia. Se convierte en algo terriblemente concreto, una especie de tanda de preguntas y respuestas, más parecidas a un concurso de televisión, o a una partida de Trivial, que a un libro de verdad. Pero la idea funciona.

El protagonista tiene, incluso un arco dramático, una evolución. Con tantos accesorios, no me extraña que haya sido un taquillazo. Ben Stiller es un fracasado que no consigue un trabajo fijo y su hijo le pregunta por qué no puede ser como los demás. La peripecia supone, para él, demostrar que sí es especial. Los secundarios, reales o figuras, menudean llenos de quejas y problemas. Y el segundo acierto de construcción es el modo en que la trama tiene respuesta para todos. No deja ni uno sólo olvidado.

Quizá la película no sea un buen argumento para demostrar lo útiles que son los museos. A mi me reafirma en que son un tostón, porque todo lo que ocurre sólo ocurre en las películas. Pero lo que sí consigue es una instantánea de la sensación de impotencia que produce un alboroto, y la tranquilidad a la que se llega después de negociar con todo el mundo. Después de conectar.
RT.: $204 millions

2 comentarios:

Hicks dijo...

Una pelicula familiar más, aunque interesante, eso si. Muchas bromas son bastante evidentes o simplonas, pero aun asi, consigue no aburrir.
A mi, si soy sincero, si me pico para ir a visitar un museo; sobre todo si es tan grande y variopinto como el de Nueva York, aunque me temo que las noches si sean aburridas.

Cripto dijo...

Otra pelítula para olvidar....

Menuda basura

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