Elf

Jon Favreau, 2003
Reparto: Will Ferrell (Buddy), James Caan (Walter), Zooey Deschanel (Jovie), Mary Steenburgen (Emily), Edward Asner (Santa Claus), Bob Newhart (Papá elfo), Daniel Tay (Michael), Faizon Love (Elfo manager), Richard Side (Elfo maestro), Robin Mossley (Chuck).
Guión: David Berenbaum.
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Esta vez le enseñan Nueva York a un Elfo

Algunos directores de cine como los malos cantantes, piensan que es mejor cuando consiguen sacar al público de su asiento y subirlo al escenario, o que le acompañe con una canción. Elf nos propone ese conocido recurso para hacernos entrar en el espíritu navideño. El trineo de Santa Claus no funciona si nosotros, los espectadores no creemos en la navidad, así que cuando entre en la sala vaya bien provisto de buenas intenciones porque lo que es yo dejé a Santa tirado en Hyde Park bajo dos metros de hielo.

El protagonista de Elf es un humano que se cuela en la saca de Papá Noel y tiene que trabajar en el polo norte con los elfos fabricando juguetes. Un día descubre porqué él es tan diferente igual que el patito feo y decide ir a buscar a su padre en la ciudad de Nueva York. Para llegar a Nueva York atraviesa un bosque de palitos de caramelo y otro de no sé que chuchería, hasta que llega a la cruel urbe y se enfrenta a los burdos neoyorkinos con su bondad infantil y su dieta de sirope y emanems.

Esta es una película que nos han contado ya muchas veces, en Cocodrilo Dundee, o en ET, o en Starman, o en Trazan, etc. Un tipo inocente que se ha caido de un guindo, viene de la selva o de un planeta perdido se encuentra con los curtidos americanos y aprende lo que es la civilización. Supongo que debe haber en este tipo de relato algún escondido placer de anfitrión, un secreto orgullo de la civilización en la que viven y que como ya están aburridos de exaltar necesitan una mente virgen a la que mostrar de nuevo por primera vez. Los americanos son como los abuelitos, necesitan mostrar su colección de llaveros, y como ya la ha visto todo el mundo pues necesitan extraterrestres, campesinos, nativos salvajes, robots buenos como numero 5, o malos como Terminator, elfos, y demás criaturas para enseñársela.

Lo que ya no me encaja es que hace interpretando a este niño grande un cuarentón tan soso como Will Ferrer. ¿Es que el estudio le debía tanto dinero que sólo podía contratarlo a él?