Por fin se acabó la serie
Es difícil de explicárselo a los Wachowski, pero lo cierto es que sus dos secuelas son innecesarias y molestas, a pesar del esfuerzo y el original es irrepetible, aunque quizá ni siquiera se esforzaran mucho.
Reloaded y Revolutions se han esforzado en una misma imagen sin conseguir nada original. Han querido explicar lo irreemplazable que es para nosotros la persona que queremos, cuando muchas películas ya lo habían intentado y habían llegado más alto con mucho menos dinero. Por tanto las dos secuelas son excesivas y pomposas para algo que se podía decir mejor con menos palabras, o con menos millones.
La primera, la verdadera Matrix es irrepetible, porque viene a decirnos que todo podría ser virtual, y para demostrárnoslo juega a deformar con efectos especiale cada detalle que creemos sólido. En la primera no sobra ni un solo efecto especial porque lo que querían decir y el modo de contarlo son la misma cosa.
De las dos continuaciones me quedo con Revolutions porque tiene menos palabrerío y más acción.
Comienza en una estación de tren situada entre Matrix y la realidad de la que Neo no puede salir sin el permiso del Merovingio.
Neo Busca a Smith y Smith al oráculo y los espectadores se dan cuenta de que tanto Smith como el Oráculo son como los estribillos de los anuncios de televisión, que no dicen nada pero no deben ir separados.
La única secuencia que no es mortalmente aburrida es la guerra de las máquinas contra el puerto de Sión. Los humanos luchan con unos muñecos divertidísimos que esta Navidad me asediarán mis sobrinos para que se los compre, y las máquinas luchan con enormes rodillos que vienen protegidos por nubes llenas de un número infinito de rastreadores.
La batalla la decide Neo. Aunque no está nada claro porque hace falta un elegido o una lucha final. En las películas queda bien, igual que la batalla de las máquinas. Lo que ocurre es que los Wachowski pretendían hacer algo diferente de una película típica. En mi opinión deberían haberse dado cuenta de que no tenían una sola idea en la cabeza después de la primera. No se puede poner uno a avisar con que viene que viene, cuando en realidad se ha pasado estos años viviendo como un rey con los dividendos, esperando a que llegara una idea que no llegó.
El Neo de Matrix revolutions es un héroe anodino como el de cualquier serie de televisión. El Neo de la película original no lo era. Era un hombre extraordinario porque en 1999, el año que todos sueñan vivir en Matrix, Neo está por encima de todas las leyes. Neo habita, de repente, en una metáfora inolvidable, un espacio entre el hombre y el superhombre virtual. Entre la pequeñez de nuestro mundo y todas las posibilidades de la realidad virtual. Neo es lo que él quiere ser.
Cabía la posibilidad de que volviera para abrir las mentes de los que como yo siguen presas de su sueño y empeñados en que hoy es noviembre de 2003. Soñábamos con que Neo nos despertara a los demás, a los que aún dormíamos. Pero el Neo de las dos siguientes partes es un desgraciado como yo, sólo que atrapado por la realidad de unas máquinas divertidillas y en otro año allá por el 2200. Vale sí, se pueden pasar dos horas viendo eso. Pero ya lo he visto tantas veces. ¿Me entienden?
2 comentarios:
Vaya... Había leído tu crítica a Reloaded y luego he curioseado hasta dar con esta, a ver si finalmente habías visto La Luz... pero parece ser que no. :D
Bueno, si te place, échale un vistazo a la interpretación alternativa de la pinícula que tengo en el blog.
6 añitos para escribir el guión... Los Wachowski se han debido de estar echando unas buenas risas a cuenta de todos los críticos de pitifuá que en el mundo han sío... ;)
Saludos,
nosce
en matrix revolutions se ve la cara del diablo en la escena de la pelea final en el cuarto cuando neo salta hacia a atras para volar contra smith, si quieren le puedo pasar la imagen este es mi email pruebadecorreo001@hotmail.com
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