Adaptation. El ladrón de orquídeas

Spike Jonze, 2002
Reparto: Nicolas Cage (Charlie Kaufman / Donald Kaufman), Meryl Streep (Susan Orlean / Madre de Orlean), Chris Cooper (John Laroche), Tilda Swinton (Valerie), Cara Seymour (Amelia), Rheagan Wallace (Kim Canetti), Jane Adams (Margaret), John Cusack, Agnes Baddoo, Paul Fortune, Paul Jasmin.
Guión: Charlie Kaufman y Donald Kaufman; basado en una obra de Susan Orlean.
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El profesor del curso de guiones tenía razón

Donald Kaufman tiene que adaptar la obra de Susan Orlean “El ladrón de orquídeas”. No se le ocurre nada y se rompe la cabeza frente a la hoja en blanco y su sentimiento de fracaso. Su timidez le hace fracasar en el amor como un adolescente, y también le impide acercarse a la autora. Su hermano gemelo, en cambio, tiene éxito y escribe un guión malo que gusta a todos.

Parece que el modo que Kaufman encuentra de romper el bloqueo es hablar del bloqueo. Y la solución que encuentra para hablar del libro es hablar de sí mismo adaptando el libro. Kaufman habla de todo lo que sabe de teoría creativa para demostrar que se está saltando las reglas. La teoría dice que no se puede hacer una historia donde el protagonista no tiene un móvil, una intención, pero él protagonista de Adaptation es un ser sin rumbo. Además nos ha explicado que quería hacer un ser sin rumbo para saltarse las teorías literarias, con lo cual nosotros, el público no podemos quejarnos.

Kaufman se niega a ir a un curso de guionistas donde sólo le van a explicar como hacer lo mismo que todo el mundo, pero Kaufman es original, él no sigue las reglas. Al final, sin embargo va al curso. Comenta su proyecto (el mismo que la película nos está largando) de hacer un guión sin móviles que se salta todas las reglas. El profesor del curso le dice que ese guión sería un churro. Ese profesor es un profeta dentro de la película: lo sería, y de hecho, lo es, por más que Kaufman quiera demostrar lo contrario.

El profesor también le dice que si está haciendo ese espanto de guión que no se preocupe, que puede ganarse al espectador con el final y así arreglarlo todo. Lo que importa es el final. Por eso, la película avanza hacia un final que es todo lo contrario de lo que hemos visto hasta ahora, o sea, convencional. Kaufman sigue a la autora y descubre un secreto amarillista de su vida privada. Ella lo descubre a él y hay una persecución, tiros, accidente de coches... ¿Consigue ganarnos? A mi desde luego no.

Kaufman no tiene imaginación porque sus premisas creativas no son buenas. Para encontrar un buen final tiene que seguir a la autora y husmear en su vida privada. ¿Es que una historia sólo le vale si es verdad? Menos mal que no era el guión de una película de marcianos, no quiero pensar donde hubiera tenido que ir a buscarlos.
Metrópolis | Alberto Bermejo ***
a nueva película de Spike Jonze empieza en el rodaje de Cómo ser John Malkovich, su trabajo anterior, y es que el protagonista de ésta es nada menos que una proyección del guionista de ambas, Charlie Kaufman, encarnado por Nicolas Cage, que se desdobla en dos caras de sí mismo y da vida también al hermano gemelo Donald Kaufman. No en vano, El ladrón de orquídeas, la película, cuenta desde dentro ­desde el punto de vista angustiado e impotente del guionista, el propio Kaufman, enfrentado al proceso de creación­ el proceso de adaptación de un libro titulado precisamente El ladrón de orquídeas, escrito por una prestigiosa periodista que en esa mezcla de ficción y realidad interpreta Meryl Streep con la deslumbrante solvencia que acostumbra. Se trata, por tanto, de dar cuenta de las dificultades de un guionista que proyecta sus frustraciones personales, su baja autoestima y su parálisis existencial sobre la construcción de un relato en el que no cree. El trabajo de los actores y la chispa incuestionable de un guión ágil e imaginativo propician que la película corra por rieles espléndidamente engrasados durante la mayor parte de su metraje, en un tono desinhibido pero intenso en el que lo cómico se superpone a la perfección al drama individual de ese escritor atascado en contraste con ese otro hermano iluminado por una facilidad insultante. En conjunto, El ladrón de orquídeas se presenta también como una decidida apuesta por la originalidad, pero aquí se queda un poco por debajo de aquella maravillosa y asfixiante planta siete y media que representaba el otro lado del espejo. Los mismos temas, o muy parecidos, la usurpación de personalidad, la fascinación por la fama, el merodeo en torno a una buena colección de tópicos psicoanalíticos o la materialización del fantasmagórico hilo que une lo real con lo fantástico se prolongan aquí y acaban conduciendo a sus autores al mismo callejón sin salida, a una especie de gatillazo final, a un ejercicio de estilo brillante, sin duda coherente con sus pretensiones, pero llamativamente egocéntrico y trivial.

Criticalia | Enrique Colmena *
Spike Jonze, como director, y Charlie Kaufman, como guionista, consiguieron hace unos años un notable éxito de crítica con "Cómo ser John Malkovich", brillante y divertido experimento sobre la posibilidad de habitar otras mentes y otras vidas. Pero parece que aquel gran debú les ha debido empachar, porque esta su segunda colaboración dista mucho de dar en la diana. Ahora el propio guionista Kaufman, junto con un inexistente hermano gemelo, se erige en protagonista del filme, en el que habrá de escribir el guión de la novela de una periodista neoyorquina sobre un experto botánico de Florida aficionado a las flores exóticas y a su polvo alucinógeno. El miedo ante la página en blanco es uno de sus temas principales, aunque no el único; el personaje central resulta ser un panoli, un memo de gran creatividad pero incapaz de preguntar la hora, y pronto nos encontramos inmersos en un filme que trata de su propio proceso creativo; la originalidad de esa cualidad casi masturbatoria (la alusión no es ociosa...) del argumento es su mejor baza pero también su talón de Aquiles.
La aparición al frente del reparto de dos estrellas como Nicolas Cage (tan esforzado como siempre, y también tan poco creíble como es habitual) y Meryl Streep (en un papel distinto al que nos tiene acostumbrados, aquí una escritora enganchada al psicodélico polvo de la orquídea fantasma) le da una apariencia de comercialidad que, realmente, no tiene por su argumento ni por su desarrollo, en una historia tan deshilvanada como el propio proceso creativo, sin una unidad temática ni estética, aunque (es verdad) con algunos aciertos aislados, como ese hermano gemelo, botarate y siempre con buen rollo, que ofrece la frase definitiva: "uno es lo que ama, no lo que le ama". Poco bagaje, no obstante, para tanta expectación.

Miradas | Jorge Mauro de Pedro (1,5/5)
Vacío, carente de ideas. Estúpidamente autocomplaciente. Egocéntrico, narcisista. Como todo aquél que considera que un artista es una especie de vedette, de superstar, de héroe intocable susceptible de trascender con creces su propia obra por el mero hecho de trabajar con una pluma, un pincel o un cincel. No. Lo que te convierte en creador es el HACER algo. Presumir de tener la "voluntad" o la "capacidad" para hacerlo... no basta. Vamos allá. Innovemos. Impresionemos al personal con nuestra genialidad. ¿He dicho nuestra? Mía, se entiende. ¡Qué importa el mundo! Enarbolemos nuestra condición de gurús, de AUTORES, de iconoclastas de patio de colegio. Presumamos de estar rodeados de mediocres.

Mr Cranky (-4)
Screenwriter Charlie Kaufman is following the exact path of Allen and Lewis by turning his personal demons into a first-person screenwriting exercise in culling themes from neuroses. While "Adaptation" appears to be about Kaufman's struggle to adapt Susan Orlean's book "The Orchid Thief" for the silver screen, it's really just about Charlie, Charlie, Charlie and the battle going on in his head about all things Charlie. I'm sure his rationale for scenes like the opening one go something like this: "Since I'm unsure about whether people really like me, I will use that neurosis so people will laugh at me. As they're laughing they'll come to the conclusion that I'm really likable, but won't see through the facade of this misdirection."

Undoubtedly, Kaufman (Nicholas Cage) creates an imaginary twin brother, Donald, and all the other fanciful, quirky things in "Adaptation" because he cannot, in fact, properly adapt Orlean's book. It is a lot easier to write a freakishly offbeat screenplay about your own struggles to adapt a book than to actually adapt a book. Adapting a book qualifies as actual work, while making up random crap like Orlean (Meryl Streep) having an affair with her main character, John Laroche (Chris Cooper) is nothing more than procrastination. While there's a certain level of reality in the original work, Kaufman appears unable to face any sort of reality, so he creates a new one. This isn't creativity so much as escapism.

2 comentarios:

x-Kitty dijo...

Creo que el modo en que describes la película está muy errado, sin mencionar que ni lograste poner bien el nombre del protagonista bloqueado. No es tan difícil diferenciar a uno del otro, ¿o sí?. El protagonista es Charlie, no Donald. El exitoso es Donald, no su hermano gemelo... ¿Ves qué fácil?

Alberto Verdú dijo...

En cualquier caso, la película me encantó... Y no me desagradó verla las tres veces que me hicieron falta para entenderla al cien por cien.

Saludos, y un blog bien interesante, sí señor.

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