Estambul y Madagascar
Woody Allen, 2001.
Reparto: Woody Allen (C.W. Briggs), Dan Aykroyd (Chris Magruder), Elizabeth Berkley (Jill), Helen Hunt (Betty Ann 'Fitz' Fitzgerald), Brian Markinson (Al), Wallace Shawn (George Bond), David Ogden Stiers (Voltan), Charlize Theron (Laura Kensington).
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En Gattaca Andrew Niccol nos propone un futuro donde los hombres son seleccionados desde su nacimiento por su perfección genética. El protagonista (Vincent Freeman) no tiene los genes ideales, pero consigue su propósito de participar en la carrera espacial porque suple con creces la falta con su voluntad férrea. Llega al extremo de sustituir por completo la identidad de otro hombre. Gattaca no es más que un perfecto manual para volverse un monstruo maniático y perfeccionista. Gattaca no enseña otra cosa que el arte de no ser uno mismo. A todos los que disfrutaron de Gattaca les propongo una cura de desintoxicación, ¡vayan ahora mismo a ver "La maldición del escorpión de jade"!
Woody Allen nos presenta a un personaje que, como siempre, es él mismo con una suerte en la lotería genética mucho peor que la de Vincent Freeman. ¿Como sobrevivir en un mundo hostil en el que tienes que ganar una partida de poker sin una miserable pareja de doses? esa es la respuesta que él se empeña en responder. La excusa de este argumento es resolver un caso, el gran reto es ser querido en un mundo donde la tecnología nos hace prescindibles.
C.W. Briggs es un detective privado de una compañía de seguros. Su gran rival, Betty Ann Fitzgerald, amenaza su sistema de trabajo y también su trabajo cuando es nombrada ejecutiva y trae nuevos métodos a la empresa. Juntos son hipnotizados en un club nocturno, y el autor consigue ponerlos bajo su influjo para que cometan robos en su nombre. Así, C.W.Briggs investiga de día los robos que él mismo ha cometido en estado de inconsciencia durante la noche. Las palabras con las que los devuelve a la hipnosis, Constantinopla para él, Madagascar para ella, les hace también creer que están enamorados el uno del otro.
Diego Calleja y María Villalva [SECCIÓN OFICIAL] La crítica hace un recorrido por toda la filmografía del director. Ha perdido su frescura inicial, debido seguramente a la tremenda huella de Bergman.
Francisco Javier Sánchez [CRÍTICAS DE CINE] Briggs, está viejo, tiene métodos de investigación anticuados, un caso en el que su enemigo es él mismo y en sus ratos de ocio se dedica a hacer solitarios con una baraja de mujeres desnudas. "Yo salí con el siete de picas"
Como siempre, Allen dibuja la parte cómica sobre una base trágica. Ahí está el éxito de sus comedias y la clave para entender por qué tanta gente le sigue, le seguimos, siendo fiel.
Se presenta en la historia con sus credenciales, dispuesto a descubrir si en ese nuevo decenio hay sitio para él.
En esta situación, a Allen sólo le queda echar mano de la palabra y demostrar que sus frases tienen la agilidad de quien todos los días se entrena con ellas. Bien en un diálogo interior, bien en su relación con los demás. Toda la fuerza de esta película está, de nuevo, en los diálogos.
No van los personajes empujados por la trama porque la trama, sencilla, puede resolverse en cualquier momento. Es una excusa simple para que puedan hablar.
Así que, si uno afina un poco la atención, descubrirá que lo que Allen hace es mostrar un manual de supervivencia para momentos en los que todo parece venirse abajo.
Voltan es capaz de conseguir que los demás hagan lo que él quiere sólo con dos palabras : Madagascar y Constantinopla . Allen tiene, para conseguir lo mismo, que exponer ingenio y trabajo. En el hipnotizador la base es la trampa, el engaño. En Allen, la seducción y el humor.
El mundo está lleno de hipnotizadores de dos palabras como Voltan a los que se les presta demasiada atención. Los hay, incluso, que sólo tienen una palabra y sobre ella no tienen reparos en crear una campaña de terror.
Jay Carr *** [Movie Showtimes] 'The Curse of the Jade Scorpion'' is lightweight fun, a spoonful of meringue from Woody Allen's dessert cart.
As the subsequent investigation of the thefts proceeds, neither has any knowledge that he or she is the one doing the stealing. Nor is either aware that each loves the other. That's Allen's little joke on himself. It's as if his crumpled and wrinkly protagonist is looking at himself as a romantic lead and saying, in effect: Only in your dreams.
Roger Ebert **,5 When "Fitz" has her wits about her, she describes CW with an impressive array of insults ("mealy-mouthed little creep," "inch-worm," "snoopy little termite," "squirming little trapped rat"). They hate each other. "I love where you live," she tells him. "A grimy little rat hole. I find it strangely exciting standing here in a grungy hovel with a myopic insurance investigator." Then the hypnotic trigger is pulled, and they think they're in love.
To this inspiration Allen adds another; they have separate cue-words, so that one can be under the hypnotic spell while the other isn't.
All of this sounds like the setup for a wicked screwball comedy, but somehow "Curse of the Jade Scorpion" never quite lifts off.
Desson Howe [WASHINGTON POST] It's clear, according to the screwball rules governing this picture, they're destined for a long war and an eventual romance.
To say there's an absence of chemistry between Allen and Hunt could be the understatement of the year.
San Francisco Chronicle So it pays to realize that this is a man who has made more good or great movies than any other writer-director ever to work in America -- including Sturges, Welles, Chaplin and Keaton. He is already an immortal, though, alas, not in a way that might allow him someday to do love scenes with women, say, 800 years his junior.
Though for most of "The Curse of the Jade Scorpion" the two are fighting, this is a pattern as old as Beatrice and Benedick in "Much Ado About Nothing." We know it's a romance.
Allen seems to grasp that he's running the risk of making an entire audience barf, so he has Hunt call him "worm" and "insect." Allen adopts the same strategy with Charlize Theron, who's about the prettiest woman in movies now. She plays a spoiled rich girl, a kind of Lauren Bacall with a Veronica Lake haircut, and -- brace yourself -- she finds CW attractive, though she goes into a litany of reasons why she shouldn't.