Realizarse
"Revolutionary road"
Sam Mendes
Reparto: Leonardo DiCaprio (Frank Wheeler), Kate Winslet (April Wheeler), Michael Shannon (John Givings), Kathryn Hahn (Milly Campbell), David Harbour (Shep Campbell), Kathy Bates (Helen Givings), Zoe Kazan (Maureen Grube), Dylan Baker (Jack Ordway), Richard Easton (Howard), Jay O. Sanders (Bart Pollock).
Guión: Justin Haythe, basado en una novela de Richard Yates, de 1962
* * *
La esposa, Winslet, quiere ir a vivir a Paris, quiere que el marido deje su puesto de comercial en una empresa donde no es nadie y que los dos se realicen. Paris significa vivir, quedarse significa ser como los demás. El marido, DiCaprio, anuncia a todo el mundo que quiere irse. Pero le ofrecen un ascenso, y él sigue queriendo irse, sí, pero no estamos seguros.
La película comienza con otro de sus sueños. Ella quiere ser actriz, pero su primera obra de teatro es un fracaso. Cuando vuelven a casa discuten duramente. Parecen echarse culpas, pero el fondo no es ese: el fondo es que él está contento de que ella fracase.
La novela está contada desde él, la película también. Él cree que su infidelidad es importante, pero no importa un comino. Su verdadera crueldad no está en que se tome un respiro. Su crueldad consiste en enterrar los sueños de otra persona sin que ella se de cuenta. El dice que sí, pero conspira; él es el enemigo en casa, el beso traidor, el sexo y los hijos como jaula.
La otra jaula es la cordura. El marido amordaza cuando habla de locura. Por eso el verdadero loco lo saca de quicio. El hijo de los vecinos acaba de salir de un manicomio. Es libre como los bufones de la corte para decir lo que ve. Si no hablara quizá no sabriamos muchas cosas. Sólo él entiende los sueños de la esposa. Y quizá algún espectador.
La sutileza de Yates no llega con fuerza que conoce el cine. Hubiera sido mejor transformarla en una metáfora. Una invasión de alienígenas que tienen abducido al marido y quieren convertirla a ella, hubiera sido un vehículo más expresivo para hacernos sentir el calvario de la esposa.
Carlos Boyero. El País: Pero en Revolutionary road, a diferencia de American beauty, no hay sátira, no hay esperpento sobre las miserias en ebullición, no hay motivos para la risa sarcástica observando y escuchando la repentina y volcánica transgresión de los que habían construido su vida intentando estar de acuerdo con ella y ateniéndose a las reglas sociales. Aquí sólo hay tragedia de primera clase.
Mirito Torreiro. Fotogramas ***: esa predisposición suya a dejarse llevar por la letra impresa para estructurar sus películas. Sobre todo, porque hay en ellas un engañoso gusto por pulir todas las aristas de la puesta en escena, hasta convertir a sus criaturas en relumbrantes artefactos con mucho diálogo y con temáticas fuertes, como el fracaso, que en realidad solo gustan, me temo, a públicos despistados.
Francisco Marinero. Metropoli **: La mujer (Kate Winslet), de ambiciones vitales y artísticas frustradas, exige al marido (Leonardo DiCaprio) que desempeñe el papel de creador o aventurero, sin que él haya demostrado talento ni voluntad de serlo sino más bien lo contrario, y al precio de sacar adelante ella sola a toda la familia.
El problema de este largometraje, aparte de lo reiterativo de la narración, parece ser la intención de hacer de esta ama de casa una heroína trágica pero disimulando que sus exigencias tienen un componente perturbado: hay poca emoción y las pretensiones de crítica social se estancan en lugar y espacio lejanos.
Ivan Thais. Moleskine literario: Yates, realmente, odiaba a los psiquiatras (loqueros los llama) y a los manicomios; quería vivir establecido en aquella locura lúcida que le permitía escribir. Yates es Givings, eso es obvio.
New York Times Book Review: Richard Ford reviews Revolutionary Road (April 9, 2000)
The novel.
Mirito Torreiro. Fotogramas ***: esa predisposición suya a dejarse llevar por la letra impresa para estructurar sus películas. Sobre todo, porque hay en ellas un engañoso gusto por pulir todas las aristas de la puesta en escena, hasta convertir a sus criaturas en relumbrantes artefactos con mucho diálogo y con temáticas fuertes, como el fracaso, que en realidad solo gustan, me temo, a públicos despistados.
Francisco Marinero. Metropoli **: La mujer (Kate Winslet), de ambiciones vitales y artísticas frustradas, exige al marido (Leonardo DiCaprio) que desempeñe el papel de creador o aventurero, sin que él haya demostrado talento ni voluntad de serlo sino más bien lo contrario, y al precio de sacar adelante ella sola a toda la familia.
El problema de este largometraje, aparte de lo reiterativo de la narración, parece ser la intención de hacer de esta ama de casa una heroína trágica pero disimulando que sus exigencias tienen un componente perturbado: hay poca emoción y las pretensiones de crítica social se estancan en lugar y espacio lejanos.
Ivan Thais. Moleskine literario: Yates, realmente, odiaba a los psiquiatras (loqueros los llama) y a los manicomios; quería vivir establecido en aquella locura lúcida que le permitía escribir. Yates es Givings, eso es obvio.
New York Times Book Review: Richard Ford reviews Revolutionary Road (April 9, 2000)
The novel.
3 comentarios:
una produccion realmente decepcionante, me esperaba mucho mas de Mendes pero la pesima adaptacion juega en su contra. Excelente blog....
pues a mi me ha encantado!en las peleas de la pareja se ve la realidad y cómo son cada uno. Me encantan los diálogos. Y me encanta la última escena
Yo la vi ayer, me gustó muchísimo, me confirmó lo buen director que es Sam Mendes, he visto todas sus películas y todas me han dejado con sensación de haber visto buen cine. Pero sin duda, su obra cumbre es American Beauty, con la que tiene bastante en común Revolutionary Road, en el fondo es la misma historia aunque en otra época.
La escena final es simplemente brillante.
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