Escondidos en Brujas



Segundas oportunidades

Dos asesinos a sueldo son enviados a Brujas por su jefe después de meter la pata en el último encargo. El más viejo adora la cultura que esconden las paredes de la vieja ciudad medieval, el más joven se aburre de muerte.

No sé hasta que punto esta introducción está bien elegida

Martin McDonagh, 2008
Reparto: Colin Farrell (Ray), Brendan Gleeson (Ken), Ralph Fiennes (Harry), Clémence Poésy (Chloë), Jérémie Rénier (Eirik), Thekla Reuten (Marie), Jordan Prentice (Jimmy).
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. Muchos espectadores puede que no se preparen para la comedia salvaje que va a estallar en la segunda mitad de la obra. Se trata de media hora de conversaciones sobre ciudades, cultura, intereses que pueden aburrir o desconectar; pero, en realidad, se trata de un camino de migas de pan. Nadie debería olvidar ni una sola de las conversaciones insustanciales que tienen los dos sicarios.

Kundera dice en “El arte de la novela” que no hay cosa que le cueste más transmitir al lector que la coña. Muchos de sus capítulos son una burla, igual que el enfrentamiento de estos dos seres extraños vagando por las calles de Brujas. El duelo chispeante de argumentos entre los tres protagonistas trata de la existencia de un código que rige incluso la vida de los asesinos a sueldo. El jefe (Fiennes) lo lleva a sus últimas consecuencias. El mayor de los dos amigos mira las cosas con la transigencia de su sabiduría, que le hace enarbolar la bandera de las segundas oportunidades “el chico puede cambiar”. El joven (Farrell) vive el conflicto desde dentro como algo parecido a la culpa.

La maestría de McDonnagh ha consiste en hacerlos a todos entrañables, y aprovechar cada trocito de conversación, hasta el más mínimo tiempo muerto, para hacer avanzar la historia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusto tu reseña, si podes entra a mi blog. Chauu

Alex dijo...

Ea pelicula es la sorpresa del año, una autentica joya que por desgracia en este pais pasará totalmente desapercibida.

Solo tiene un problema, sus espectadores. Me he encontrado una cantidad inmensa de ellos que no la entiende, que no entiende su final, que no entiende la grandeza de lo esperpentico que es.

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