El club de los suicidas



Paradojas


Roberto Santiago, 2007
Reparto: Fernando Tejero (Antonio), Lucía Jiménez (Ana), Luis Callejo (Manuel), Juanma Cifuentes (Javi), Cristina Alcázar (María José), Clara Lago (Laura), Joan Dalmau (Pedro), Alberto Jo Lee (Tsu Wen).
Guión: Juan Vicente Pozuelo, Curro Royo y Roberto Santiago; basado libremente en el relato "El club de los suicidas" de Robert Louis Stevenson.
* * *
La prensa habla y habla del cine español con la esperanza de tocar alguna fibra sensible a costa de mi compasión por las malas cifras o de mi patriotismo. Yo siempre he ignorado por qué el adjetivo español añadido a un título de una película tiene que provocarme alguna emoción que no arranque, de por sí, el espectáculo que estoy consumiendo. Y puestos a cuestionar mi patriotismo, que es del todo dudoso, tengo que decir que me inquieta tanto el declive del cine español como el resurgir de la poesía nepalí. A mí denme buenos títulos, como este de "El club de los suicidas", y no me molesten mucho con las banderas.

Una buena parte de las películas que quieren endosarme con la excusa del adjetivo patrio no ascienden de la clasificación de sainetes. Los productores no se ponen a trabajar cuando tienen una buena historia, se ponen a trabajar cuando tienen un par de nombres simpáticos cuyos tics han conquistado al público. Conscientes de ello, muchos actores aprenden a sostener funciones enteras a costa de su propia vis cómica. El Actor's Studio de Madrid es una fábrica de histriones. El espectador va a ver películas de Fernando Tejero porque le cae bien, y no hace falta saber el nombre de los directores. Menos aún el de los guionistas.

"El club de los suicidas" parte de una buena historia, así que los amantes de Tejero tendrán el doble placer de verle hacer de tío enrollao y de sufrir con su historia. Lucía Jiménez ayuda menos, no porque no haga bien el papel de suicida ciclotímica que le toca, sino porque no es capaz de hacer otra cosa.

La película redescubre lo mejor de nuestro cine de los años cincuenta, Jardiel Poncela, Edgar Neville, con una historia de lo absurdo llena de ternura. Un grupo de terapia decide poner fin a sus problemas con un pacto. Se reunirán todos los martes para decidir en una partida de cartas quien va a tener el placer de morir y quien va a ser el ejecutor, siguiendo el ejemplo de la novela de R. L. Stevenson.

El fino humor viene de la ironía del planteamiento, de la paradoja de las situaciones, porque es una suerte si acaban mal y una frustración si sobreviven. Pero la mayor inspiración está en el constraste de los personajes. El gordito, quizá el más logrado, es un chapuza para matar, y eso lo hace entrañable. Hay una escena memorable en la que Fernando Tejero quiere apoyarle y va a su hamburguesería con la ambulancia del trabajo. Cada personaje de la escena está entendiendo una historia distinta, a cual más alocada, el espectador, que las entiende todas, no sabe donde meterse. Es una secuencia digna de figurar en la breve lista de ejemplos de la alta comedia.

4 comentarios:

Matías Cobo dijo...

Tienes toda la razón en la introducción de tu comentario. Señores productores, actores, guionistas y demás profesionales del cine español, dejen de 'animarnos' a que les apoyemos apelando al paisanaje y ofrézcannos buen cine. Como bien dices, a mí me la sopla si la revelación cinematográfica del año la ha dirigido uno nacido en Burgos o en Cincinnati. Me alegraré de haber presenciado arte de primera clase y, si de rebote quienes han creado tal magna obra son de por aquí, pues mejor que mejor. Pero no me digan que les defienda de una industria todopoderosa: las armas las tienen ustedes, siempre que tengan buenas historias para trasladar a las pantallas, y lo hagan bien.

En cuanto a la peli, pues era una que barajaba para ir a ver por estar basada en la retranca de Stevenson y porque me seducía la idea de su argumento. Me has animado, e iré a verla.

Un saludo.

Hibris. dijo...

No estoy a favor de ponerle apellidos al cine. Es cierto que en España no se hacen grandes películas, o, mejor dicho, no se hacen muchas grandes películas. Pero no creo que todo sea culpa de los cineastas, los propios espectadores rechazan (no me incluyo en este grupo) una película española por el mero hecho de ser española.
Hay que darle una oportunidad y no rechazarlo de antemano, de ésta manera jamás puede progresar. He visto películas españolas horrendas al igual que he visto verdaderas obras maestras. Lo mismo que ocurre con el cine americano, alemán, francés etc etc

Creo que tenemos grandísimas películas que se ven eclipsadas por el cine de fuera, que, por supuesto, también tiene cabida.

No he visto la película que tu mencionas, la añadiré a mi lista :)

Un saludo, buen blog.

Hibris

Pensando la Bronca dijo...

los españoles tienen buen cine y tambiel malo, como es el cine en todos los paises.y la verdad lo que llega de u,s,a, ya me tiene cansado, mucho fx y cada vez menos argumento y actuacion.los chilenos tambien reniegan de su cine y no se dan cuenta que tienen buen cine.
en argentina hay cine bueno y del malisimo y del pseudo intelectual.
pero las buenas son buenas

un saludo
mi blog
http://pensandolabronca.blogspot.com/

Sergio Eduardo dijo...

quiero unirme a tu blog
o tu a uno de los mios
sergio_51_elm@hotmail.com

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