Sam Raimi, 2007
Reparto: Tobey Maguire (Peter Parker/Spider-Man), Kirsten Dunst (Mary Jane Watson), James Franco (Harry Osborn), Thomas Haden Church (Flint Marko/Hombre de Arena), Topher Grace (Eddie Brock/Venom), Bryce Dallas Howard (Gwen Stacy), James Cromwell (capitán George Stacy), Rosemary Harris (tía May), J.K. Simmons (J. Jonah Jameson).
Guión: Sam Raimi, Ivan Raimi y Alvin Sargent; basado en un argumento de Sam Raimi e Ivan Raimi; sobre el cómic de Marvel de Stan Lee y Steve Ditko
* *
Raimi ha confundido la complejidad con el exceso. En vez de una hora y media ha rodado más de dos, en vez de un villano ha reunido a tres. Sandman persigue a Spiderman porque es un padre indignado. Su amigo Harry Osborn es un hijo en busca de revancha que no puede dejar de cumplir la voluntad de su padre. Venom es un fotógrafo que compite con Peter Parker y odia a Spiderman porque cree que le quitó la novia y el puesto. Casi todos los malos son víctimas de alguna confusión, igual que la chica. Eso les da la posibilidad de despertar de su autoengaño pero nunca antes de hacerle alguna trastada a Spiderman que alimente su autocompasión infinita y justifique alguna escena de acción.
Spiderman es una serie donde el tránsito entre el bien y el mal no resulta particularmente complicado. Aparte de los errores que todo el mundo se empeña en cometer, están las fuerzas externas. Los malos inventan cosas que acaban dominándolos, como el Duende Verde, o Doc Oc. En esta tercera entrega aparece una plastilina negra que se adhiere a la víctima y saca lo peor que lleva dentro. El fondo de “Spiderman” es que nadie es malo, lo que ocurre es que una mano negra, ya sea en forma de fórmula química, o en forma de alquitran pegajoso tiene la culpa de que se porte mal. A los niños pequeños les valen esas explicaciones para ir tirando; a los políticos les encantaría tenerlas para justificar sus meteduras de pata (¿quién duda que Aznar estaba abducido, o bien narcotizado por el puro de Bush, cuando firmó el pacto de las Azores?); pero los aspirantes a creadores de héroes complejos deberían estrujarse un poco más los sesos.
Cuando el alquitran estelar se adueña de Spiderman y tiñe de negro su traje, y su alma, el héroe se transforma en un tipo malo. Lo cual entraña explicar a los lectores/espectadores en que consiste un tipo malo. El mal consiste, según Lee/Raimi, en un flequillo provocativo y un caminar casquivano, al estilo de Travolta. Consiste en desfilar por un local de moda abrazando a las vampiresas y bailar con frenesí como un ligón que lleva toda su vida en esos tugurios. El bien consiste en la mirada compungida de Peter Parker, fiel como un cordero. Jerry Lewis sufría la misma dicotomía en “El profesor chiflado”, cuando el patoso profesor inseguro se transformaba en Buddy Love. Jim Carrey la sufría, o bien la disfrutaba, en “La máscara”. Los tres comparten la misma repugnancia hacia ese tipo de heroes que en otras salas de cine, un par de calles más abajo, hacen las delicias de todo el mundo.
3 comentarios:
Una pena que Raimi se haya confundido porque parece que esta la dejo para el dvd. Son más las críticas negativas que las buenas. Felicitaciones por el blog.
Lo cierto es que las criticas negativas abundan sorprendentemente cuando parecia que iba a ser la definitiva entrega. A mi no me sorprendio, pero me entretuvo.
Jeje, qué acertada es la comparación que haces con el El profesor chiflado. Y si de hecho se identifica el bien con la mirada compungida de Parker, uno piensa que tan mal no le van las cosas cuando se echa el flequillo a la frente y comienza a ejercer de 'gigoló' por el barrio.
Un saludo
Publicar un comentario