En Misión Imposible I, Ethan Hunt se juega la vida por un archivo que contiene todos los agentes dobles del servicio secreto. En Misión Imposible II tiene que detener al villano que tiene un virus mortífero. En Misión Imposible III lo hace todo por una pata de conejo. ¿Qué es esa pata de conejo? le pregunta a su jefe. Un McGuffin, dice Ebert, lo mismo que el archivo y y el virus.
Se trata de buscar una excusa para la acción trepidante, para la tecnología sofisticada y para el turismo de lujo. Esta vez le toca a Berlín, Ciudad del Vaticano, Shanghai y el puente de la Bahía de Chesapeake.
Roger Ebert
1 comentarios:
Aunque el principio que mueva a estas películas sea más o menos el mismo, creo que la filmada por Brian De Palma (la I) contaba con un guión mucho más sólido; tenía explosiones y acción trepidante, cierto, pero también se notaba que la había rodado alguien con bastante oficio y no un tipo fascinado por congelar la imagen para mostrar mejor su virguerías (John Woo) mientras olvidaba documentarse para no confundir la Semana Santa española con una verbena donde las Fallas se colaban de rondón y los santos eran quemados en plena calle.
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