Troya

Troya, Según Cristina
La recién estrenada película de Troya ha suscitado todo tipo de comentarios: desde aquellos que alaban el film en sí y los efectos especiales hasta aquellos que la consideran inapropiada desde el punto de vista argumental.

Es por ello que para ir a verla conviene olvidarse por un momento de la obra de Homero y del mito completo de la guerra, pues ello obliga al telespectador a no tener una visión objetiva de lo que Petersen pretendió hacer.

Al margen de las consideraciones históricas y míticas a las que me referiré seguidamente, la película es interesante. Podría incluso calificarse de impresionante por los medios desplegados y por algunas secuencias de la película, como los combates o la lírica despedida entre Héctor y Andrómaca.
Sin embargo, valgan algunas consideraciones histórico-míticas sobre la famosa guerra que enfrentó a aqueos y troyanos:

- Aquiles era hijo de Peleo, rey de los mirmídones de Tesalia; nunca combatió contra su propio pueblo.

- Esparta, ciudad del sur del Peloponeso, no tiene puerto de mar, por tanto es imposible que la flota saliese de allí.

- Agamenón, rey de Micenas y hermano del humillado Menelao, regresó a su tierra una vez finalizada la guerra. En su casa le aguardaba su mujer y el amante de ésta con siniestras intenciones. Lo asesinaron vilmente; a él y a Casandra, la princesa troyana que profetizaba en vano el futuro.

- Menelao regresó a Troya con una arrepentida Helena una vez finalizada la contienda.

- Aquiles jamás contempló el final de Troya; murió a manos de Paris antes de que Odisea tuviese la brillante idea de construir un caballo de madera. Y Paris no pudo huir de su ciudad: las flechas de Filóctetes acabaron con su vida.

Petersen ha querido hacer de su película una epopeya. Es loable el intento que ha hecho de llevar a la gran pantalla el más famoso mito clásico, pero no creo oportuno destripar dicho mito cambiando un argumento ya de por sí interesante, entretenido y con las suficientes dosis de adrenalina necesarias para mantener la atención del espectador. Las incoherencias y los grandes fallos geográficos son otros de los fallos de la película. ¿Se imaginan una película sobre la vida del Cid donde Madrid es puerto marítimo?.

A mi juicio, la película carece de rigor.

Cristina es la autora de I Elada Oudepote Pethanei

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