"Gone with the wind"
Victor Flemming, 1939
Reparto: Vivian Leigh (Scarlett O'Hara)
Clark Gable (Rhet Butler)
Olivia de Havilland (Melania Hamilton) Leslie Howard, (Ashley Wilkes)
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Los actores y el coroVictor Flemming, 1939
Reparto: Vivian Leigh (Scarlett O'Hara)
Clark Gable (Rhet Butler)
Olivia de Havilland (Melania Hamilton) Leslie Howard, (Ashley Wilkes)
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En la poética Aristóteles nos explica que la tragedia evolucionó con Esquilo a dos actores, ya que anteriormente sólo había un actor y un coro, y el peso de la obra recaía en el segundo. Y que debemos a Sófocles la invención del tercer actor. Es un buen tema para pensar. El teatro no nació con argumentos y luego buscó actores, había un actor y un coro y había que pensar un argumento para ellos.
En lo que el viento se llevó hay cuatro actores y un coro. La película puede ser vista a la vez como una narración histórica de los perdedores de la guerra civil ejemplificada en una heroína, o como la trayectoria vital de una mujer vivamente unida a un periodo histórico. Quiero decir que en la película el coro tiene algo importante que contar y la protagonista también, y los dos se necesitan mutuamente. Como en una sinfonía inolvidable, el instrumento solista no llegaría a donde llega sin la orquesta.
Escarlata, igual que Rett, vive su vida ajena a los tambores de guerra que resuenan una habitación más allá de la biblioteca donde ella galantea a su amado Ashley Wilkes. Escarlata es (igual que el Rick de Casablanca) una mujer egoísta “who doesn’t stick her neck out for nobody”. Por eso ella no entiende que Rett la ayude a escapar de Atlanta y se aliste en el ejército. Tampoco entiende que su padre hable de la tierra como un irlandes, o que Tara y los Siete Robles sean algo importante. Como todos los grandes personajes del cine, Escarlata va a evolucionar a lo largo del metraje y tiene mucho que decir.
Lo que el viento se llevó es un retrato de una época, de unos valores y de un bando de la guerra con el que Margaret Mitchel no oculta su simpatía. Los negros eran felices en su estado de esclavitud, y cuando el norte los liberó los convirtió en unos vagos maleducados. Recuerden la escena en la que mamita abre paso para que los negros no molesten a Escarlata. Ello demuestra que el cine no es mejor cuando defiende una moralidad razonable, o democrática o justa. Una buena película puede defender la esclavitud, la desigualdad y sigue siendo una buena película. La estética no está obligada a ser ética. Y por eso El nacimiento de una nación sigue gustándonos aunque nos escandalice. Por eso la paranoia fascistona de Terminator no nos impide disfrutar de la película.
Otro ingrediente que hace inmortal esta película está en el enfrentamiento que hay entre los cuatro protagonistas. Escarlata persigue toda la película a un inalcanzable Ashley Wilkes sin saber que un hombre como él no es para ella. Como todos los grandes personajes de la literatura, Escarlata vive un error que no comprende hasta el final. Rett la ama a ella y admira a la pareja de Melania y Ashley. Melania vive engañada sobre la buena intención de Escarlata y enamorada de su marido. Ashley miente a Escarlata porque no quiere herir sus sentimientos.
Rett traza en un momento de ebriedad la línea que separa el matrimonio Wilkes del suyo, ellos son caballeros y honestos mientras los Butler (Escarlata y él) no tiene principios. Los Butler ven a los Wilkes como la rectitud y la bondad. Melania y Ashley envidian de los Butler la fuerza, el fuego en el que ambos desearían tener el valor de arder.
Lo que el viento se llevó no termina con un final moralizante y pobre, como el que hubieran escrito los Wilkes. La obra está escrita por un Butler, por la fuerza, por la vida, por Rett o por Escarlata. Al final de la película Escarlata despierta de su sueño adolescente para descubrir que el hombre que ama no es el inalcanzable y etéreo Ashley, y también aprende que ella es una irlandesa y que la tierra es lo que importa. Tarra y Rett. Esas son sus grandes opciones.
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