Hannah Montana: La película



Un golpe de suerte

Puede que muchos espectadores adultos no se acerquen a la serie Hannah Montana por el tufo Disney o bien por el tufo a estrella adolescente narcisista. Pero yo se la recomiendo a todo el mundo. Siempre, eso sí, que esté dispuesto a verla con las voces originales; el doblaje repipi que han hecho al castellano no ayuda mucho. De alguna manera, la conjunción de unos guionistas inspirados, una pareja de padre e hija en la vida real, y unos secundarios descacharrantes, han llevado este producto a la cima de lo que se puede pedir a 30 minutos de televisión. Si Billy Wilder levantara la cabeza creo que se alegraría de ver adonde ha llegado su testamento creativo. La serie es, en muchos sentidos, honesta, habla de problemas reales que tiene una adolescente famosa, o, a veces, una simple adolescente. Pero es en los excesos, las payasadas, y los enredos, donde los guionistas se han desmelenado de una manera que se puede hacer, quizá, más loca, pero no más divertida.

"Hannah Montana: The movie"
Dirección: Peter Chelsom, 2009
Reparto: Miley Cyrus (Hannah Montana/Miley Stewart), Emily Osment (Lilly Truscott), Jason Earles (Jackson Stewart), Melora Hardin (Lorelai), Vanessa Williams (Vita), Billy Ray Cyrus (Robby Stewart), Peter Gunn (Oswald), Mitchell Musso (Oliver Oken), Lucas Till (Travis), Barry Bostwick (Sr. Bradley), Margo Martindale (Ruby).
Guión: Dan Berendsen; basado en los personajes creados por Michel Poryes, Rich Correll y Barry O'Brien.
* *

La protagonista, Miley Cyrus se ha encaramado a uno de los altares más altos de la fama de nuestro tiempo. No sabemos si es una buena actriz o una adolescente representadose a sí misma. Parte del milagro consiste en lo que hay de real, como, por ejemplo, la relación con su padre. Quizá sea cosa de los tiempos que nos toca vivir, seguimos entronizando a aquellos que entraron en la casa de Gran Hermano.

La película no esta, ni remotamente, a la altura de la serie. Añoramos los decorados de cartónpiedra y los excesos televisivos. Faltan completamente los secundarios; los actores están todos pero faltan los personajes. Un argumento de hora y media necesitaba que Miley aguantara, por lo menos un acto sin engatusarnos. Un acto siendo repelente no es tan grave. Pero se ha acostumbrado a encandilarnos con su sonrisa embriagadora cada cinco minutos y eso hace trizas un desarrollo narrativo como el que pedía la cinta: niña famosa malcriada, viaje al pueblo, reflexión, cambio, conversión en niña entrañable.

No es el peor fallo. Lo peor es que cuando han rodado más de la mitad de la película el director, los actores y el público descubrimos la verdadera historia: nos emociona ver que tanto el padre como la hija tienen que hacer duros sacrificios por culpa de la fama. Ahí estaba la película y ya no queda tiempo para rehacer el principio. Ese momento de unión padre, hija, casi salvará la película a juicio de alguno. Pero yo creo que los guionistas se lo encontraron por casualidad, como el que descubre una moneda en la ranura de una cabina de teléfono.
top