Una mente maravillosa

Ron Howard, 2002.
Reparto: Russell Crowe (John Nash), Ed Harris (Parcher), Jennifer Connelly (Alicia Nash), Christopher Plummer (Dr. Rosen), Paul Bettany (Charles), Adam Goldberg (Sol), Josh Lucas (Hansen), Vivien Cardone (Marcee), Anthony Rapp (Bender), Jason Gray-Stanford (Aisnely), Judd Hirsch (Helinger), Austin Pendleton (Thomas King).
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El mundo según Nash

John Nash elaboró en su juventud una teoría matemática que es hoy día clásica, la teoría de los juegos. El mismo Nash padeció una esquizofrénia que le llevaba a tener alucinaciones y a confundir su fantasía con la realidad. Ron Howard se propone que entendamos algo de la teoría de Nash, lo cual me parece muy gratificante, y consigue que entendamos bastante bien como se siente un esquizofrénico, lo cual me parece aún más estimulante.

Para hacernos entender la teoría de los juegos utiliza breves pinceladas humorísticas que luego une felizmente. Utilizar el cine, con su poder de sugerencia para explicar una teoría matemática no deja de ser un reto que no desanima a Howard, y que espero que cree escuela.

La esquizofrenia es una enfermedad que suele ir unida a la paranoia, el paciente tiene alucinaciones y delirios en los que cree firmemente. La enfermedad de Nash podía haber sido abordada desde fuera, mostrando al espectador el testimonio y el error del desgraciado, pero eso nos hubiera desligado de su problema. Es un acierto el riesgo que toma el director de utilizar el poder del cine para hacernos creer en un principio el mundo irreal en el que vive el matemático.

Cuando el protagonista descubre que muchas de sus experiencias son alucinaciones sufre una desilusión igual a la del espectador, y uno no puede dejar de pensar en el poder que tiene el cine para confundir ofreciendo sólo una perspecitiva de la realidad. Hay cine que parece hecho por paranoicos (por ejemplo las dos maravillosas Terminator), cine que quiere respaldar las fobias irracionales, los delirios de grandeza, las alucinaciones sobre extraterrestres y espíritus. De hecho parece que el cine es más interesante cuanto mayor es el pathos que hay dentro de él. Esta propuesta de Ron Howard es refrescante porque la fantasía y la enfermedad quedan en su justo lugar.

Black Hawk derribado

Ridley Scott, 2001.
Reparto: Josh Hartnett (Sargento Matt Eversmann), Ewan McGregor (Compañía Clerk John Grimes), Tom Sizemore (Teniente Coronel Danny McKinght), Eric Bana (Sargento de 1ª Clase Norm Hooten), William Fichtner (Sargento Mayor Paul Howe), Ewen Bremner (Especialista Mike Kurth), Kim Coates (Soldado Wex), Hugh Dancy (Sargento de 1ª Clase Kurt Schmid), Ioan Gruffud (Sargento Beales)
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Una de indios

La industria del cine ha descubierto un principio muy sencillo y eficaz: cualquier asunto donde se juegue una vida, rodado con exceso de medios, detalles forenses y acción trepidante tiene garantizada la atención de un espectador y una recompensa en taquilla. Las películas río como "la momia" demuestran que el tema puede ser baladí, siempre que se respete los otros princios: la rapidez y el exceso. Spielberg se valió de esta especie de hiperrealismo, que tiene algo de inverosimil, para mostrar un tema interesante y para hacernos creer que era posible rodar todavía una película de heroísmo ingenuo en la segunda guerra mundial. Annaud hizo acopio de la misma cantidad de medios para deslumbrarnos con acción en su "Enemigo a las puertas" pero olvidó un elemento esencial, le faltó justificar su baño de sangre, porque él no se creía las consignas de Stallin, naturalmente, y la historia de amor, aunque emotiva, no tiene fuelle para llenar la película. Black Hawk derrivado pretende justificar sus dos horas de casquería con los principios del ejército. "No pienso dejar ningún hombre atrás", repite el oficial, y salvar al caído justifica cada bala, pero en realidad no es una película tan inocente, porque quiere devolvernos al cine de los años treinta cuando un puñado de americanos heroicos, cercados con sus diligencias, luchaban contra una infinidad de indios, mientras que el espectador sólo sufría por los primeros. Tuvo que venir Altman para decirnos que los indios también tenían sus sentimientos y aunque mal vestidos y culpables de una gramática espantosa, no merecían que se les tratara mal. Scott ha olvidado esa sencilla lección y ha cambiado las plumas y los pieles rojas por delgaduchos, los cañones de Arizona por las fachadas de Mogadiscio.

Piénsese que en esta batalla murieron diecinueve americanos y más de mil somalíes. Sin embargo, a juzgar por la acción y el énfasis, yo hubiera jurado que vi morir a más de cien americanos. Cada detalle de su sufrimiento es recogido por la cámara con tal intensidad que parece multiplicado. Así funciona el cine, así, la famosa escalera de Odessa tiene muchos más escalones gracias al montaje de Eisenstein. Yo después de ver con lupa el sufrimiento de mi bando, ahora reclamo una película donde se detalle con igual derroche lo que pasaron aquellos mil somalíes.
Roger Ebert The movie is single-minded in its purpose. It wants to record as accurately as possible what it was like to be one of the soldiers under fire on that mission. Hour by hour, step by step, it reconstructs the chain of events. The plan was to stage a surprise raid by helicopter-borne troops, joined by ground forces, on a meeting of a warlord's top lieutenants.
The movie's implied message is that America on that day lost its resolve to risk American lives in distant and obscure struggles, and that mindset weakened our stance against terrorism.
"Black Hawk Down" doesn't have heroic foreground figures like most war movies. The leading characters are played by stars who will be familiar to frequent moviegoers but may be hard to tell apart for others.
Although the American mission in Somalia was humanitarian, the movie avoids speechmaking and sloganeering, and at one point, discussing why soldiers risk their lives in situations like this, a veteran says, "It's about the men next to you. That's all it is."
Desson Howe (washingtonpost.com) When a soldier sees that hand, for example, the music stops. There's a moment of silence. The soldier is having a reality shift. Then the music returns. And we're back again. Back in hell.
You can't get away from the immediacy. Or the feeling that you're getting sucked in, too. At the beginning, some of the flight crew – unaware of the bad day they're about to have – are streaking over the Indian Ocean. The shark-infested Indian Ocean, that is. They're like good old boys, or California surfers, whooping it up from above. They're young, eager and, yes, arrogant. And they're playing a song, loud. It's Elvis.
Mr. Cranky (-1) There's little more to the movie than the simple story of a few hundred elite troops getting bogged down and defending themselves against thousands upon thousands of militia. Every country is guilty of creating hierarchies of human life and viewing its loss in terms of national affiliation, and movies do nothing more than turn this activity into a self-justifying game. By this film's account, one Somali life is worth about 1/50th of an American life.
Ironically, it's hard to keep track of the actors in the film, though a few are recognizable
Black Hawk Derribado Enrique Colmena CRITICALIA
Es cierto que la fisicidad de la guerra y la verosimilitud de esta pesadilla recuerdan poderosamente esas mismas virtudes (si así pueden llamarse) de "Salvar al soldado Ryan", pero también es verdad que en ningún momento se logra el aliento humanístico de la película de Spielberg. Queda entonces un producto muy correcto, que hace contener con frecuencia el aliento por sus imágenes de gran impacto, pero que no llega a conmover nunca. Y eso, hablando de cine bélico en el siglo XXI, es un grave defecto...
Black Hawk DerribadoKaplan
Pero no nos llevemos a engaño, no se trata de un drama bélico al estilo Salvar al Soldado Ryan o La Delgada Línea Roja, ni mucho menos. El director ha dejado a un lado la parte intimista de la historia (si es que la había) y muestra sencillamente espectáculo puro y duro (fotografía y banda sonora son muestras de una atmósfera magistralmente recreada) eso si, sin olvidarse en ningún momento de que lo que cuenta es un drama. En muchos momentos la película se deja llevar por la acción y el drama pasa a un segundo plano, es entonces cuando Scott puede ganarse sus detractores. La efectiva combinación de acción y drama que tan buenos resultados le dio con Gladiator, se hace ahora en el siglo XX, en un conflicto duro.
Black Hawk Derribado. En el país de los flacuchos.
Valoración histórica: **
Josep A. Borrell
Resulta descorazonador que un film tan trepidante y lleno de acción, excelentemente interpretado y preciosista en su ambientación, tenga tan poco en cuenta el contexto histórico de la presencia norteamericana en Somalia entre los años 1992 y 1993. El di- rector, Ridley Scott (1492: la conquista del paraíso, Blade Runner o Thelma & Louise), describe en este film de tipo bélico la tragedia de las tropas de elite norteamericanas en Somalia desde una perspectiva épica, obviando el porqué de la acción. Un homenaje a los diecinueve soldados muertos (legítimo, en la medida en que la película es norteamericana) se convierte en un panfleto propagandístico de la presencia yanqui en los confines del mundo, en el que los somalíes (Flacuchos según la terminología de película) son presentados como hordas bárbaras dirigidas por mafiosos buenos y malos.
En enero del año 1991, una coalición de diferentes grupos guerrilleros (que correspondían orgánicamente a los principales clanes del país, y no etnias, porque en Somalia solo hay somalíes) depuso al dictador Siyad Barre y estalló una guerra civil qué aún no ha terminado. Tras las experiencias de la Guerra del Golfo y conflicto de los Balcanes, la opinión pública internacional impulsó a los norteamericanos a presentarse en Somalia con la excusa de controlar la ayuda internacional. Allí no había petróleo como en Kuwayt, ni estaba en el continente europeo como Yugoslavia, pero la nueva administración norteamericana (Bill Clinton accedió la Presidencia en 1992) estaba ensayando su nuevo papel como único gendarme mundial. Somalia se convertía pues en un escenario internacional ideal para demostrar al mundo que Estados Unidos intervenía más allá de sus intereses económicos inmediatos y le permitía consolidar su papel de director, un nuevo mundo sin el Imperio del mal (la Unión Soviética).
Hoy, diez años después de los hechos narrados en el fin, Somalia sigue todavía involucrada en un proceso de reconciliación nacional que parece no tener fin. Tal vez sea cierto ese viejo dicho que recogió el espía y viajero británico Richard Francis Burton en 1856: "Los somalíes, señor, no son buena gente, porque cada hombre es su sultán".

Revista Clio, Nº6. Abril 2002

Vértigo

Alfred Hitcock, 1958.
James stewart (John 'Scottie' Ferguson) Kim Novak (Madeleine Elster/Judy Barton) Barbara Bel Geddes (Marjorie 'Midge' Wood) Tom Helmore (Gavin Elster) Henry Jones (Coronel) Raymond Bailey (médico de Scottie)
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Tan pretenciosa como superficial

Todas las películas de Hitchcock me dejan una misma sensación, la de que era demasiado consciente de que estaba jugando a hacer cine, de que todo era un siemple guiñol. Esta película es particularmente desagradable porque el director inglés quiso tomarse en serio sus propias tonterías.

John Ferguson es un detective que a raíz de un accidente adquiere miedo a las alturas y decide dejar la policía. Un viejo amigo le propone que siga a su mujer y descubra el misterio que ella esconde. La esposa vive una vida subconsciente que la liga a una antepasada. El detective la sigue y la protege y acaba enamorándose de ella.

El tema de la película es sobre todo la influencia que un fantasma puede ejercer en nosotros. Al principio, el fantasma es la antepasada, luego es la mujer a la que Judy se parece. Ignoro si realmente tengo que tomarme esta idea muy en serio. El enigmático principio no despertó mi curiosidad, el final retorcido no me causó ninguna sorpresa.

Yo diría que Hitchcock quería ser profundo. Tocaba teclas a ver si alguien descubría en ellas un segundo sentido. Personalmente estoy convencido de que un hombre superficial, y Hitchcock lo es donde los haya, nunca creará una obra profunda. Lo mismo vale para Tim Burton cuando quiso dar el pego con ese final de "El planeta de los simios".

Aladdin

Ron Clements, John Musker, 1992
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La necesidad y el capricho

Los creadores de Aladdin y La Bella y la Bestia tuvieron que hacer un equilibrio entre la tradición de un cuento conocido y la necesidad de expresar algo personal y algo actual. En Aladdin Disney suprime al mago del anillo, en La Bella y la Bestia se olvida de las hermanas de Belle, en ambas la mujer ha dejado de ser estúpida.

Aladdin es una película de grandes elecciones. El simpático genio ofrece a dos personajes elegir lo que se les antoje y sus deseos nos harán conocer muy bien lo que ambos llevan dentro. Aladdin es bueno porque sólo quiere estar con la chica que le gusta, Jaffar es malo porque quiere el poder de otra persona.

Pero, despues de verla tantas veces, descubro que la verdadera grandeza de esta obra es el tercer deseo de Aladdin. Ahí está él sólo con un deseo. Un pobre chaval que no tiene nada de nada y que ha estado vacilando con la chica que le gusta. Y tiene en sus manos un deseo. Todo lo que pide es para un amigo y después de eso se queda allí, él solo, de nuevo un mendigo. Ha decidido que prefiere ver a un amigo liberado de su esclavitud antes que dejar de ser un desgraciado. Ha elegido la amistad, y tamibén lo importante, lo de su amigo era una necesidad, lo suyo era un capricho para vacilar con la chica.

La noche del cazador

Charles Laughton, 1955.
Reparto: Robert Mitchum (Rev. Harry Powell) Shelley Winters (Willa Harper) Lillian Gish (Rachel Cooper) James Gleason (Birdie Steptoe) Evelyn Varden (Icey Spoon) Peter Graves (Ben Harper) Don Beddoe (Walt Spoon) Billy Chapin (John Harper) Sally Jane Bruce (Pearl Harper) Gloria Castillo (Ruby)
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Cine mudo con diálogos

Un predicador farsante aprende en la carcel que un recluso sentenciado a muerte tiene escondido el botín de un robo. Cuando sale de la carcel visita y corteja a la viuda del recluso y sonsaca a los niños que saben donde se esconde el dinero.

La noche del cazador es deudora del cine mudo en muchos detalles. Expresa con imágenes multitud de sentimientos, si bien más que apoyarlo, redundan en lo que dice el texto. Al espectador le devuelve a los principios del cine, y le pide la misma ingenuidad que ha perdido.

Robert Mitchum es un malo malísimo que persigue a los niños sin cesar. Pero a falta de obstáculos que frenen su maldad tiene que sobreactura para fingir una torpeza inaudita que permita que ellos escapen.

Del mismo modo tienen que sobreactuar la madre para ser lo bastante tonta y crédula como para no darse cuenta de nada con toda la evidencia que tiene delante de las narices de que la están timando.

Monstruos S.A.

Peter Docter, 2001.
Voces originales: John Goodman (Sullivan), Billy Crystal (Mike), Mary Gibbs (Boo), Steve Buscemi (Randall), James Coburn (Waternoose), Jennifer Tilly (Celia), Bob Peterson (Roz), John Ratzenberger (Yeti), Frank Oz (Fungus).
Guión: Andrew Stanton y Daniel Gerson; basado en una historia original de Jill Culton, Peter Docter, Ralph Eggleston y Jeff Pidgeon.
Producción: Darla K. Anderson.
Producción ejecutiva: John Lasseter y Andrew Stanton.
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La economía de la imaginación

Déjenme teorizar antes de hablar de esta película. Un espectador está dispuesto a regalar su credulidad ante las novedades, creaciones, e inventos siempre que esa petición de credulidad se vea recompensada. Me explico, en el principio de Monstruos S.A. aprendemos que hay un complejo sistema de puertas que circulan, se abren y cierran, y permiten a los monstruos entrar en el sueño de los niños. ¿Para qué tal despilfarro? La gratuidad es molesta. Mas adelante, cada insignificante resorte de este mecanismo es necesario una y otra vez hasta hacerse cotidiano. Y al final hay una persecución de puerta en puerta que nos lleva por países lejanos y por buenos y malos jugándose el pellejo. Por tanto ese esfuerzo de creer en una mentira está más que recompensado.

Muchos creadores creen que contar cualquier rollo al espectador es aceptable y despilfarran su imaginación hasta molestar. Despilfarro es "Episodio I" de La guerra de las Galaxias. Lucas no sólo tiró el dinero, desperdicia mi tiempo cuando me pide que crea en un bicho con alas que rige el taller donde trabaja el joven protagonista, o cuando me presenta todo el mundo submarino de Jar Jar Binks ¿Para qué? ¿Para que yo vea cuanto dinero tiene el productor o para que yo vea lo que se le pasa por la cabeza? En términos absolutos, esos inventos son despilfarro. No sirven a la acción, no comunican, contagian, no sirven para nada. Son justo lo contrario que las puertas de Monstruos, lo contrario que los teléfonos de "Matrix", lo contrario que la medium de "Ghost".

El despilfarro de George Lucas transformado en cuento Mitológico Nordico, pero igual de pesado, se llama "El señor de los anillos." La concisión, la agradecible utilización de cada elemento inventado (por ende, forzado) para que funcione la trama es olvidada por Tolkien o por Peter Jackson. Puesto que no soy lector del libro ignoro a quien debo atribuir la paternidad del engendro, sé, perfectamente, a que cualidad debo el sopor inaudito que me produce.

Monstruos S.A. funciona en muchos niveles:

Es una buena comedia de caracteres. Transpone al mundo fantástico de los monstruos los detalles de una empresa moderna. Hay competidores sin escrúpulos que aquí llamamos trepas, hay un diretor paternal, una jefa insensible, una secretaria coqueta, un servicio de seguridad hecho de agentes marciales sin cerebro, y sobre todo dos protagonistas encantadores, Mike por su simpatía y Sullivan por su corazón. No diré nada del único humano del cuento.

Es un buen despliegue de gadgets y trucos.

Es un buen cuento con dobles y triples lecturas. El fondo de la historia tiene miga. Los malos son malos por su ambición, y los buenos son buenos porque, igual que el espectador, se les cae la baba con un bebé. No se trata de lo que está bien o mal, se trata de que por nada del mundo querríamos (ni querrían ellos) ver sufrir a la cría.

Pero lo que realmente funciona bien, y vuelvo a la economía, es como todos los planos están relacionados y se apoyan unos a otros. De modo que el caracter de un personaje sirve para que funcione una escena y otro detalle sirve para darle a la historia su fondo. Ni siquiera la escena inicial de un simulacro de principiante (ya lo verán) es gratuita.
Monsters Inc. : Mr. Cranky Rates the Movies (-3) I'm sure lots of people will just love this film because Pixar has managed to isolate "cute" in the lab and probe it mercilessly to learn its secrets. The process apparently now entails plugging someone else's idea into the computer, hitting the big red "animate" button and waiting for the merchandising revenue to roll in. How many films has Pixar made anyway? Three? Four? And already they've run out of original ideas
Monstruos S.A. Enrique Colmena CRITICALIA
Aunque tarda un poco en entrar en materia, el director Peter Docter pronto nos familiariza con la pareja protagonista, una suerte de Gordo y Flaco en versión digital: uno es una bola de ojo único, como un Polifemo de tamaño balón de reglamento, y el otro una especie de dragón peludo y azulado de instintos incongruentemente paternales. A su alrededor pulula la enamorada del cíclope esférico, una romántica Medusa de cabellos cómicamente serpenteantes, y sobre todo los malos, un centauro mitad araña, mitad extraterrestre, y el villano por antonomasia, un desalmado saurio capaz de hacerse invisible. Con esta pintoresca fauna, los autores consiguen una fábula (nunca mejor dicho) simpática y divertida, que nos reconcilia con el temido Sacamantecas de nuestra infancia, y además se permite hasta un mensaje filosófico sobre la libre empresa

Caballero sin espada

Frank Capra, 1939.
"Mr Smith goes to Washington"
Reparto: Jean Arthur (Clarissa Saunders) James Stewart (Jefferson Smith) Claude Rains (Senator Joseph Harrison Paine) Edward Arnold (Jim Taylor) Guy Kibbee (Governor Hubert 'Happy' Hopper) Thomas Mitchell (Diz Moore) Eugene Pallette (Chick McGann) Beulah Bondi (Ma Smith) H.B. Warner (Líder de la mayoría del senado) Astrid Allwyn (Susan Paine) Ruth Donnelly (Emma Hopper) Grant Mitchell (Senador MacPherson) Porter Hall (Senador Monroe) Pierre Watkin (Líder de la minoría del Senado)
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Hombres de paja

"Juan Nadie" le presta a que bello es vivir la idea de la navidad como el momento en que se aprecia la bondad de la gente, su discurso en la radio predica mantener el espíritu navideño todo el año. A "Caballero sin espada" le presta la idea de la manipulación. En ambas películas un hombre común se ve con un gran poder político y un hombre corrupto quiere usar ese porder para llegar a la Casa Blanca. En ambas el hombre utilizado se rebela contra esta situación con todas sus fuerzas.

"Caballero sin espada" caracteriza al protagonista por su ingenuidad más que por sus sueños, como es costumbre de Capra. La historia de amor entra con calzador, la secretaria envía una nota en un libro mientras da su discurso maratoniano y añade que le quiere.

Un político corrupto necesita sustituir a un senador que ha muerto, pero no aceptan su hombre de paja para el cargo, así que utiliza a un ingenuo jefe de los Boy Scouts para que vaya a Washington y firme una ley deshonesta sin saberlo. El joven Smith es ingenuo y es motivo de burlas. Cuando descubra lo que tratan de hacer con él es demasiado tarde. Para expulsarle de su cargo, otro senador corrupto lo incrimina falsamente en un escándalo del que no es responsable. Se siente perdido y decide irse, pero la mujer que trabaja de ayudante para él lo anima a plantar cara.

Vive como quieras

Frank Capra, 1938.
"You can't take it with you"
Reparto: Jean Arthur (Alice Sycamore) Lionel Barrymore (Abuelo Martin Vanderhoff) James Stewart (Tony Kirby) Edward Arnold (Anthony P. Kirby) Mischa Auer (Kolenkhov) Ann Miller (Essie Carmichael) Spring Byington (Penny Sycamore) Samuel S. Hinds (Paul Sycamore) Donald Meek (Poppins) H.B. Warner (Ramsey) Halliwell Hobbes (DePinna) Dub Taylor (Ed Carmichael)
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Vivir sin miedo

Un millonario quiere comprar una manzana para construir un bloque de edificios pero uno de los propietarios le impide llevar a cabo sus planes. El hijo del millonario está enamorado de su secretaria, cuando la acompaña a casa descubre que vive en una familia de lunáticos felices que viven la vida sin complicaciones haciendo lo que quieren sin pensar en el futuro. Para hacer más interesante la historia, el la casa que quiere comprar el millonario es la de la familia de la secretaria.

El arte de Capra no funciona a la perfección en esta película porque el mensaje que quiere mandarnos se expresa en el texto de los personajes, más que en la trama. El mensaje del abuelo es que vivimos angustiado por el miedo, y por quienes explotan el miedo en vez de hacer lo que de verdad deseamos, la invitación a entrar en su casa que tiene las puertas abiertas de par en par la hace toda la familia. Pero el conflicto de la película no recorre la misma senda. La hija ama al hijo del millonario que interpreta James Steward, pero los padres quieren quitarle la idea de la cabeza. El millonario piensa solo en conseguir más y más sin darse cuenta que la vida está en los amigos y las personas que te rodean. ¿Y la casa? La casa es un buen McGuffin, a veces.

Dos elementos caprianos: la fantasía, el público como juez. James Stewart nos cae bien porque fantasea sin cesar con su pretendida obligándola a entrar en su mundo de sueños. Los sueños siempre vindican los personajes buenos de Capra. En un juicio algo artificial (mil veces mejor y con la misma intención, es el fin de "Que bello es vivir") el millonario tiene que defenderse pero solo tiene abogados, en el mismo juicio el abuelo tiene a su favor a todos los vecinos y cientos de amigos que aun siendo humildes hacen lo que pueden por él. En el cine de Capra la multitud que vitorea a un hombre equivale a su salvación, si todos lo aprecian, él es bueno.

El mensaje de Capra esta bastante claro, porque los personajes lo enuncian, pero los hilos de la trama no funcionan igual de bien.
Frank Capra, 1941.
Reparto: Gary Cooper (John Doe, Long John Willoughby) Barbara Stanwyck (Ann Mitchell) Edward Arnold (D.B. Norton) Walter Brenan (Coronel) Spring Byington (Sra. Mitchell) James Gleason (Henry Connell, editor del periódico The New Bulletin) Gene Lockhart (Alcalde Lovett) Rod La Rocque (sobrino de Norton) Irving Bacon (Beany)
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La época de los grandes discursos

Hace sólo dos años, Mimi Leder (Deep Impact) quiso imitar a Capra y rodó "Cadena de Favores". El planteamiento casi calca el de esta "John doe". Leder plantea que el mundo se puede arreglar si todos ponemos buena voluntad. Me resultó empalagoso el papel que hizo Haley Joel Osment, y en cambio veo estas imágenes de 1941 de Capra y me asombro al descubrir que siguen teniendo efecto.

Una periodista crea un personaje al que llama John Doe que escribe una carta al periódico diciendo que se va a tirar desde la torre del ayuntamiento porque no cree en la civilización. El periódico tiene un gran éxito con el artículo, pero para sostener la mentira debe contratar a un mendigo que haga el papel de John Doe. Gary Cooper interpreta a este hombre ingenuo y tímido que poco a poco ira calando en la opinión pública hasta convertir su causa en un movimiento nacional. El conflicto comienza cuando alguien quiere usar este fenómeno en su propio provecho.

Capra era un soñador y un romántico. El mendigo convertido en filántropo, vive con la cabeza llena de pájaros soñando con el beisbol. La periodista que monta todo el tinglado tiene una familia soñadora y filantropica que ayuda a los vecinos. Todos los buenos de la película nos caen bien por sus sueños. Los malos, en cambio lo son por su ambición.

El cine es un arte que se contamina constantemente de otras formas de expresión. El cine de los 30 estaba lleno de discursos solemnes, y la emoción de esta película cabe en sus discursos. Un hombre sencillo habla y todos lo escuchan, esa es la fuerza que mueve la acción. El poder sobre la audiencia maravillaba a los cineastas de la época. En muchas imágenes alguien habla y otra persona se emociona, o bien una multitud. Hoy día este efecto no vale porque atufa a manipulación, pero uno siente en estas viejas películas la frescura de estas trampas perdonables, no cuesta nada dejarse emocionar por estos buenos algo acartonados.

El defecto de los discursos es que los buenos son buenos por lo que dicen, no por lo que hacen. Quizá Capra percibió esa falla y por eso llevó la película a un desenlace donde el protagonista que no se ha vinculado al movimiento hasta ese momento tiene que tomar una decisión trascendental. Esa vuelta de tuerca consigue que la historia salga del discurso y se convierta en puro cine.

Volviendo a Matrix


[El pasadizo]

No se trata solamente de que todo lo que ocurre en nuestro tiempo es un sueño virtual implantado en el cerrebro de millones de humanos hibernados en el siglo XXII que no saben que sueñan. A mi me parece extraordinario como se ciñe a este planteamiento y como lo estruja hasta convertirlo en dinamita:

· Un guardián de Matrix tortura a Morfeo para arrancarle los códigos y le dice: al principio Matrix era un mundo feliz para los humanos pero siempre se nos revelaban así que decidimos crear un mundo lleno de problemas y todos contentos. Señores, dice el guardián, ustedes los humanos son desgraciados porque quieren serlo.

· Neo es el elegido. "¿Eso quiere decir que puedo saltarme las reglas?" pregunta él. "Eso quiere decir que no necesiarás hacerlo" responde Morfeo. ¿Acaso no son todas las creaciones humanas un conjunto de reglas? ¿Para que obra de arte/ciencia no vale este detonador? Cada creación, cada novela, cada invento, cada película resulta un fenómeno porque se salta una regla. Algunas enseñan algo de epidermis que no se había enseñado, otras usan palabrotas, otra viaja en el tiempo o convierte a un niño en un gigante. Llega Neo y se las salta todas. Neo va más allá del arte. Y donde está Neo es una posibilidad tan sugerente que basta imaginarla para ver que esto es cine elevado al cubo.

· ¿Y qué me dicen del traidor Cifra? Tiene que elegir entre vivir en la realidad o vivir en el sueño virtual de Matrix y vende a todo el mundo porque prefiere soñar. Eso si que es un malo. Es malo malísimo porque en el fondo todos somos un poco como este Judas. ¿Cuantas veces has preferido el autoengaño a la dura realidad? ¿Cuantas veces no has preferido una mentira que te gusta a una verdad que resultaba difícil de tragar?

· Y esa sensación del informático que no soporta la realidad porque sabe que hay algo más ¿Cuantas cosas más no sugiere?

· Y se puede decir mucho, muchísimo más. Esta película me parece inagotable. Por eso cuando me hacen un churro y me dicen "ha superado los saltos que aparecían en Matrix", pienso que ya estoy leyendo a otro imbécil. Los saltos de Matrix no son interesantes porque estén más o menos trabajados. Los saltos de Matrix son soberbios porque son deliberadamente increíbles, esos saltos son irreales para que yo me de cuenta de que el mundo no es tan real, los dan los que saben que Matrix es un cuento chino y el edificio que saltan es ilusión. Mientras que los saltos de "El único" o los de "Tigre y dragón" son los cuentos de un chino que quiere que yo me crea cualquier cosa.
Cameron Crowe, 2001.
Reparto: Tom Cruise (David Aames), Penélope Cruz (Sofía Serrano), Cameron Diaz (Julie Gianni), Kurt Russell (Dr. Curtis McCabe), Jason Lee (Brian Shelby), Johnny Galecki (Peter), Jennifer Aspen (Nina).
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Hay que tomar lo amargo para saborear lo dulce

En una escena de Matrix en la que los guardianes han capturado a Morfeo y lo están drogado, el malo tiene con él un momento de intimidad. Le cuenta que huvo una primera Matrix, en la cual se hizo soñar a los humanos que vivían en un mundo feliz, pero todos se revelaban. Así pues las máquinas encontraron la solución, hicieron que los esclavizados humanos soñaran con problemas y dificultades, con guerras y con dolor. Desde entonces nadie se volvió a revelar. Lo que viene a decir Matrix es que en un mundo ideal seguiría habiendo problemas.

No estoy seguro de que los hermanos Wachoski hubieran visto la película de Amenábar, pero es anterior a Mátrix y dice lo mismo: un hombre tiene libertad para vivir la vida que él quiera en un sueño virtual, y en vez de elegir la felicidad y el placer elige una prisión, una culpa y una locura bajo el amparo de un psicólogo que le ayuda. El hombre que sueña su sueño acaba soñando una pesadilla. O visto desde otro punto de vista, la historia de la humanidad es triste porque el hombre ha elegido que sea triste.

El planteamiento de Abre los ojos me parece tan profundo y rico que probablemente la considero una de las mejores películas que jamás se ha hecho en España. Sólo por el hecho de respetar el fondo y el argumento Vanilla Sky no necesita más. Mi interés, cuando la vi era que detalles Cameron Crowe cambió para hacerla más a su gusto. Por ejemplo, se estropea el significado que hablo (necesitamos un mundo con dolor) porque el técnico de ayuda explica que huvo fallos en el programa y por eso el protagonista tuvo pesadillas. Mas interesante pensar que él las eligió.

El guión de Amenábar estaba pulido con frases que se repiten a lo largo de la obra. También lo está el de Crowe. Se repite sin cesar que para ser feliz hay que tomar también el lado amargo de la vida, un leit motif que quizá Crowe quiere hacer central.

A mi me falla lo de haber puesto a la guapísima Cameron Diaz como antagonista de Penélope Cruz. No es lo mismo acostarse con Penélope y descubrir que en realidad es Najwa Nimri (versión española) que acostarse con Penélope y descubrir que en realidad es Cameron Diaz. Lo segundo es como menos pesadilla, vamos.
Orlando Weekly Movies: Reviews - Vanilla Sky The portents do not lie. "Vanilla Sky" is itself an overlong, overblown misfire that expends a capable cast, an occasionally brilliant director and some first-tier filmmaking techniques on schizophrenic, ill-considered folderol.
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