El intercambio



Kafka con un final feliz

"Changeling"
Clint Eastwood, 2008
Reparto: Angelina Jolie (Christine Collins), John Malkovich (reverendo Gustav Briegleb), Jeffrey Donovan (capitán J.J. Jones), Jason Butler Harner (Gordon Northcott), Amy Ryan (Carol Dexter), Colm Feore (James Davis), Michael Kelly (Lester Ybarra), Geoff Pierson (S.S. Hahn), Denis O’Hare (Dr. Jonathan Steel), Eddie Alderson (Sanford Clark), Gattlin Griffith (Walter Collins).
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En 1928 la policía de Los Angeles necesita a toda costa lavar la mala imagen que se ha ganado con sus abusos y sus mafias. La incompetencia llega a la monstruosidad cuando tratan de convencer a una madre de que el niño que han encontrado es su hijo desaparecido. Angelina Jolie comienza una gesta interminable. No quiere enfrentarse a la policía, quiere que sigan buscando al niño verdadero. La policia, enloquecida, recurre a la barbarie para obligarla a aceptar un niño extraño.

Si la película acabara ahí, la firma de Kafka no desentonaría. De lo cual cabe pensar que los relatos de Kafka son como películas americanas contadas a medias; o que las películas que nos gustan pueden ser Kafka con un final feliz.

“Changeling” narra dos casos paralelos. El de un estado policial que no sirve a sus ciudadanos sino a sí mismo, y el de un psicópata. Eastwood puede presumir de no usar ninguna trampa para contar los hechos, tampoco acude a los énfasis, a las megafonías, a jugar con la información. Si en algún momento suena su voz, detrás de la tensión desquiciante, suena parecida a un lamento, a una tristeza infinita, casi poética.

Quizá yerre al compararlo, pero veo en el director algo de aquel pistolero inaccesible de los 60 que lo decía todo con su forma de encenderse un cigarrillo.
Carlos Boyero. El país: Se le puede reprochar a esta película cierto esquematismo en la descripción de buenos y malos. Entre los segundos unos representan al poder, su impunidad para encubrir la mierda, sus sórdidos trapicheos para enmudecer al disidente, para que les salgan las cuentas de cara a la engañada ciudadanía. Es una película muy larga que el talento de Eastwood hace corta, sólida, trágica y creíble.
Roberto Piorno. Guía del ocio ****: "El intercambio" desvela su aterrador secreto como una caja de muñecas rusas, reabriéndse sucesivamente para diversificar su impacto en cascada, como en un efecto dominó.
Los crímenes de Wineville en la Wikipedia | En L.A. Times | Fotos | Blogs

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Di que sí



Cuestión semántica

"Yes man"
Peyton Reed, 2008
Reparto: Jim Carrey (Carl Allen), Zooey Deschanel (Allison), Bradley Cooper (Peter), John Michael Higgins (Nick), Terence Stamp (Terrence Bundley), Sasha Alexander (Lucy), Rhys Darby (Norman), Danny Masterson (Rooney), Fionnula Flanagan (Tillie), Molly Sims (Stephanie)
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A juzgar por los ajuntos de los correos que recibo, no vivir la vida y gozar del instante es el gran problema del mundo. Zizek, que está tan cansado como yo de esa archisabida basura, dice que el verdadero problema del hombre de nuestro tiempo es que gozar se ha convertido en una imposición desasosegante.

El personaje de Carrey es un perdedor que después de su fracaso en el matrimonio se pasa la vida alquilando cintas de vídeo y “diciendo no a la vida”. “Decir no a la vida” no es más que una expresión figurada. Carrey cae en manos de un charlatán que le enseña a decir sí, pero esta vez no en sentido figurado, sino literal.

La comedia explota, a veces con fortuna, las posibilidades de la premisa de un señor que dice sí pase lo que pase. Eso lo lleva a meterse en todos los líos del mundo, pero también a convertirse en el sirviente de todo aquel que quiere utilizarlo. La premisa también sirve para un giro emocional. La chica no sabe si dice sí porque quiere o porque cumple una consigna. La moraleja viene a explicar la diferencia entre decir sí en sentido figurado y hacerlo en sentido literal, pero como ya lo sabemos cabe dar las gracias de que no insista mucho.

“Corte a”
Los “cut to” o “corte a” son un tipo de elipsis cinematográficas. Por ejemplo un matrimonio riñe, el marido dice que no va a lavar los platos, y en el siguiente plano está lavando los platos. No nos cuentan la discusión porque es más divertido verlo. En “Dí que sí” hay un montón de “cut to”. Todo el mundo le propone a Carrey que haga algo y no aparecen sus sies, aparece Carrey metido hasta las cejas.

Una entrevista

Cinematófilos me pasó unas preguntas la semana pasada. Las publicó aquí. Nada nuevo para quien me conoce, pero tal vez les interese consultar el resto de la bitácora.

La ola



Timorata

"Die Welle"
Dennis Gansel, 2008
Reparto: Jürgen Vogel (Rainer Wenger), Frederick Lau (Tim), Max Riemelt (Marco), Jennifer Ulrich (Karo), Christiane Paul (Anke Wenger), Elyas M'Barek (Sinan), Cristina Do Rego (Lisa), Jacob Matschenz (Dennis), Maximilian Mauff (Kevin), Ferdinand Schmidt-Modrow (Ferdi).
Guión: Dennis Gansel y Peter Thorwart; basado en el relato corto de William Ron Jones y en la obra de Johnny Dawkins y Ron Birnbach.
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El profesor Wenger tiene que explicar a sus alumnos lo que es la autocracia; él que ha sido un inconformista antiautoritario toda su vida. En vez de explicarlo les pone un ejemplo y los enseña a comportarse como militantes ciegos. Y la pregunta no es: ¿se le irá al profesor de las manos el experimento? La pregunta es: ¿se atreverán los creadores a jugar con una idea tan descabellada como unos nazis en el seno de nuestros insititutos?

Estos alemanes nunca van a contar una buena historia hasta que no se quiten de encima el complejo de haber sido los malos de todo el cine de Hollywood de los últimos 60 años. La respuesta es no. No se atreven a jugar con una idea tan fantastica. La voz moralizante de dos alumnos guapos y sensatos que resuena a cada minuto impiden que el proyecto tome alas. El espectador nunca llega a sumergirse en un mundo autoritario. El tema es: si no puedo dar rienda suelta a la fantasía de ser un nazi sin escrúpulos dentro de una sala de cine, entonces ¿dónde voy a poder hacerlo? (La pregunta también vale para “La vida de los otros” y aquella alemania de Hoeneker tan apta para mayores con reparos de hoy.)

Los guionistas de moda han aprendido a contar este tipo de historias a las mil maravillas. Lástima que el presupuesto de Gansel no le diera para contratar uno. La mitad del cine de hoy se cuenta con giros, creemos que los chicos son guays, que el movimiento de la ola sería una pasada en nuestro instituto del barrio, que las calles estarían limpias y los malos antros vacíos, y luego, cuando menos te lo esperas el planteamiento se da la vuelta y todos hemos construido, sin quererlo, un “horno crematorio”.
RT 69% | IMDB | La Butaca

Ultimátum a la tierra



Amen

"The day the Earth stood still"
Scott Derrickson, 2008
Reparto: Keanu Reeves (Klaatu), Jennifer Connelly (Dra. Helen Benson), Jon Hamm (Michael Granier), John Cleese (profesor Barnhardt), Jaden Smith (Jacob Benson), Kathy Bates (Regina Jackson).
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Como ficción, el Ultimátum a la tierra tiene tanto interés como una página del nuevo testamento. Los problemas para meterse en la trama son los mismos. Uno no sabe si tenerle lástima al pobrecito Jesús-Klaatu, perseguido por Herodes-ejécito americano, o si tenerle miedo porque su papi es el primo de zumosol. En cualquier caso todo el amor que tenemos a la criatura indefensa resulta más bien hipocritilla. Amar a esos dos angelitos, al Jesús bíblico o al Klaatu de Keanu Reeves, es tan desinteresado como jurarle amor eterno a la encargada de renegociar nuestra hipoteca después de quedarnos en el paro.

Menciono tanto la biblia porque Ultimátun a la tierra es una película puramente religiosa, que nadie se engañe con los cuatro efectos especiales. Los marcianos vienen a darnos una última oportunidad porque ya hemos sido demasiado malos. Sodoma y Gomorra eran ángeles al lado de EEUU y la UE. El mundo tiene que ser aniquilado y la única salvación es que alguien (aunque sea un espectador) cuente un chiste gracioso que haga reír al marciano encargado de la extinción. Y nadie lo cuenta en dos horas de metraje, por eso me daría rabia que al final perdonaran la vida a una raza tan aburrida como la nuestra. Que no digo que lo hagan.

La versión original la repasé en el verano en una pantalla al aire libre. Había gente riéndose porque el traje del engendro mecánico era de goma y se doblaba al andar, y porque los diálogos eran engolados. Dudo que el público del futuro sea tan clemente con ésta.
RT 22% | IMDB | La Butaca

Crepúsculo



La abstinencia

"Twilight"
Catherine Hardwicke
Reparto: Kristen Stewart (Bella Swan), Robert Pattinson (Edward Cullen), Billy Burke (Charlie Swan), Peter Facinelli (Dr. Carlisle Cullen), Elizabeth Reaser (Esme Cullen), Nikki Reed (Rosalie Hale), Ashley Greene (Alice Cullen), Jackson Rathbone (Jasper Hale), Kellan Lutz (Emmett Cullen), Cam Gigandet (James).
Guión: Basado en la novela de Stepheny Meyer.
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Dentro de una sociedad de glotonería, como la nuestra, se dan fenómenos como la anorexia, personas que no quieren comer, o que no quieren carne. No es coincidencia que Bella sea vegetariana. El mundo del despilfarro, que parece andar en horas bajas tiene que abrir la puerta a la austeridad. A la exuberancia del cine tampoco le viene mal una cura de tristeza y de personajes sombríos. La lujuria, en esta ocasión, cede a la castidad. Bella quiere besar al chico, pero tiene que conformarse con amarle a distancia. El chico, vampiro, desea su sangre, pero ha aprendido a dominar su impulso. Él la rechaza al principio porque ella es como heroína de primera calidad para un yonqui.

No sé que influencia tendrá la religión mormona de Meyer en la inspiración abulímica de “Crepúsculo”. Tampoco entiendo en una ficción femenina la vocación por ser la damisela en apuros. Se trata de un universo bastante compacto. El humor hace perfectamente digerible ese pathos abstinente. Y la constante alusión que hacen todos los críticos a series estudiantiles como "Dawson Crece" o "Sensación de vivir" no debería disuadir a nadie de darle una oportunidad a una propuesta como esta.
Jordi Costa. El País: Posiblemente, Polidori y sus compañeros de fértil velada creativa en Villa Deodato no podían intuir, ni en la más retorcida de sus pesadillas, que ese mito romántico se redefiniría como símbolo de una resistencia abstinente en la era del ensimismamiento de fotolog.
Adaptación de la primera novela de la saga de Stephenie Meyer, Crepúsculo pertenece a ese modelo de películas diseñadas para satisfacer a su público potencial y excluir a unos no iniciados que, inevitablemente, verán en ella un amanerado (y ocasionalmente ridículo) ejercicio de narcisismo adolescente.
Chiquiworld: Peli de chicas, tipo “El lago azul” pero sin sexo, desnudos ni naufragios. El Barbara Cartland de la generación iPod.
Mr Cranky: If you ever wondered what ‘Dawson’s Creek’ would have been like if half the cast had been replaced by an assortment of Euro-trash vampires, then Twilight is definitely the film for you.
Roberto Piorno. Guía del Ocio *: La franquicia de Meyer es un popurrí de leyendas vampíricas de la cultura popular juvenil que desde los años 80 hasta hoy ha tocado casi todos los palos y de todas las maneras posibles tanto en cine como en televisión como en la propia literatura. Los referentes de "Crepúsculo" y sucedáneos son cristalinos. Es literatura y cine fabricados para lectores/espectadores, los adolescentes, de memoria corta, incapaces de desenmascarar el truco por falta de recorrido, en este caso, cinéfilo. A Meyer se le ve el plumero plagiando, o casi, el filme ochentero de Tom Holland "Noche de miedo" pasado por la batidora del efecto "Buffy Cazavampiros" y desengrasando todos los tópicos del universo acerca del héroe/heroína estudiantil de instituto, solitario, retraído, puño de camisa en mano.

RT | IMDB | La Butaca


Por experiencia, sabemos que los directivos y los profesionales autónomos, bien por su estatus o por la coyuntura organizativa, tienen más dificultades para sostener una conversación en confianza.Hablan, por supuesto, pero de forma muy cautelosa. Las conversaciones se evitan o se restringe la información al mínimo necesario para transmitir objetivos o asignar tareas.

En muchas ocasiones, la competencia y la supervivencia de la organización hacen que el débil sea expulsado. En el lenguaje actual de las corporaciones está bien visto ser duro, no necesitar ayuda u orientación para realizar la tarea. [...]

Sin embargo, el liderazgo y el desarrollo profesional se afianzan facilitando la participación. Y la conversación es un vehículo clave. La misma genera vínculos entre las personas y agrega valor a la organización. Transformar la cultura del aislamiento entre ejecutivos en una cultura de participación se consigue, fundamentalmente, abriendo espacios de franca conversación.
Antonio Peñalver. El Mundo, Mercados.

"Los sobornados" según Ebert




Fritz Lang, 1943
Con su soleada tranquilidad doméstica, precariamente separada de un mundo violento, el film es más engañoso que cualquiera que haya dirigido Lang. Bannion piensa que puede trazar una línea entre su amada esposa y su adorable hijo, por un lado, y por el otro los villanos con quienes lidia en su trabajo. Pero invita al mal a entrar en las vidas de su esposa y de otras dos mujeres debido a su heroísmo autocomplaciente. ¿En algún momento se le ocurre pensar que es al menos responsable en parte de esas muertes? No, aparentemente no, y ésa es una razón por la cual el film es tan insidiosamente escalofriante; Bannion sigue adelante con su misión, sin importarle los costos. Tiene razón, por supuesto, en cuanto a que Lagana y Stone son alimañas. ¿Pero qué les importa eso a las mujeres a quienes él pone inconscientemente en peligro?

Bannion está trabajando en un caso que comienza con el suicidio de un policía que no pudo soportar seguir recibiendo dinero de los criminales. Bannion interroga a Bertha, la viuda del policía (Jeannette Nolan), que dice que su esposo se mató porque estaba enfermo. Bannion no cree demasiado en esa versión, y entonces aparece en escena Lucy (Dorothy Green), la amante del policía, que le dice que éste estaba muy bien de salud. Imprudentemente, Bannion le cuenta a Bertha lo que Lucy le ha dicho: Bertha se lo cuenta a Lagana, y Lucy aparece muerta en una ruta en el campo. Si el detective sospecha de Bertha y en parte cree a Lucy, y Bertha sigue viva, por lo que necesariamente ha de estar en contacto con los criminales. ¿Por qué Bannion no sospecha eso? ¿No es acaso muy ingenuo por su parte?

El jefe de Bannion le pide que deje el caso. «Recibí una llamada desde arriba.» Esa noche, su esposa (Jocelyn Brando, la hermana de Marión) recibe una amenaza telefónica que enfurece a Bannion. El detective va hasta la casa de Lagana, lo amenaza y golpea a su guardaespaldas. ¿Acaso piensa que esto puede poner a su familia en peligro? Aparentemente no, hasta que una bomba explota cuando su esposa enciende el motor de su automóvil.

Pocos días después amenaza a Vince Stone y le ordena que salga del bar donde suelen ir los criminales. La chica de Stone, Debby (Gloria Grahame), harta del pandillero, sigue a Bannion por la calle. Él la lleva a su habitación de hotel, donde beben y él le saca información; hay un momento en que él olvida que no hace mucho que es viudo.

Han seguido a Debby hasta el hotel y, cuando vuelve con Stone, él le arroja una taza de café hirviendo a la cara en una de las escenas más famosas del cine negro. Con el rostro vendado, la muchacha escapa del hospital y pide a Bannion que la proteja. Éste le contesta que Bertha, la viuda, está en contacto con la banda criminal, que le pagan todas las semanas y que se las ha arreglado para que la información se publique si algo llegara a ocurrirle. ¿Acaso le cuenta esto a Debby porque quiere que ella asesine a la viuda? ¿No se le ocurre que ella podría hacerlo, como una manera de vengar las cicatrices de su rostro? ¿Acaso espera que eso conduzca a la muerta de la propia Debby? Por supuesto que no. De un modo oscuro pero amable, hace que estas mujeres se enfrenten a muerte. Cuando una bibliotecaria anciana arriesga su vida en una chatarrería para darle información acerca del asesino de su esposa, Bannion la convence para que llame a la puerta de la casa del asesino para que lo identificque. ¿Peligroso? Sí, pero Bannion cree que es un riesgo aceptable... para ella.
Roger Ebert. Las grandes Películas 2. Otras 100 películas imprescindibles. Ma Non Troppo, 2006
En esta bitácora.
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