Click



Vivir en piloto automático


Frank Coraci, 2006
Reparto: Adam Sandler (Michael Newman), Kate Beckinsale (Donna Newman), Christopher Walken (Morty), Henry Winkler (Ted Newman), David Hasselhoff (Sr. Ammer), Julie Kavner (Trudy Newman), Sean Astin (Bill), Jennifer Coolidge (Janine), Sophie Monk (Stacy), Jana Kramer (Julie).
Guión: Steve Koren y Mark O'Keefe.
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No sé si los guionistas de Click se han leído el libro de “Fish”, pero sinceramente prefiero la película a la infame prosa del libro para escuchar el mismo discurso. “Fish” es un vano intento de explicar con cuatro axiomas como se crea un buen ambiente entre personas. Los dos primeros, “hay que estar presente” y “uno elige su estado de ánimo”, son los que ilustra la película.

No estar presente se llama en la película “piloto automático”. El protagonista, utiliza su mando a distancia para saltarse las escenas de su vida que no le gustan, así que tampoco las vive. Nosotros, el público, pasamos en piloto automático la mitad de nuestra vida, y el 100% del tiempo de trabajo. ¿Alguien ha recibido alguna vez en su vida una sonrisa sincera de un vendedor, de una ventanilla o de un camarero?

La premisa de la película consiste en que Adam Sandler consigue un mando a distancia que le permite rebobinar, pausar, y acelerar su vida a voluntad. Así que el hombre se lo pasa pipa con los botoncitos haciendo su santa voluntad hasta que los guionistas se le suben a la chepa y deciden darle una buena lección. Esta segunda parte, algo menos divertida pero necesaria para que los espectadores salgamos del cine hechos unos tíos más civilizados, está fusilada de la visita del Fantasma de las Navidades Futuras del “Cuento de Navidad” de Charles Dickens, o si se quiere, de su otra versión cinematográfica, “Que bello es vivir”.

Gracias por fumar




"Thank you for smoking"
Jason Reitman, 2006
Reparto: Aaron Eckhart (Nick Naylor), Maria Bello (Polly Bailey), Cameron Bright (Joey Naylor), Adam Brody (Jack Bein), Sam Elliott (Lorne Lutch), Katie Holmes (Heather Holloway), David Koechner (Bobby Jay Bliss), Rob Lowe (Jeff Megall), William H. Macy (Senador Finistirre), J.K. Simmons (B.R.), Robert Duvall (Doak Boykin).
Guión: Jason Reitman; basado en la novela de Christopher Buckley.
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Defender lo indefendible

Si los sofistas levantaran la cabeza se lo pasarían pipa yendo al cine a ver películas como "Gracias por fumar" o "El señor de la guerra". Venderle armas a Batiste no es malo, y fabricar un producto que da cancer tampoco. Al público se le puede convencer de cualquier cosa si uno sabe manejar la retórica. Cualquier cosa se puede decir, o hacer, si eso nos ayuda a pagar nuestra hipoteca.

"Gracias por fumar" puede resultar simpática si se mira de lejos. O bien, si se coge con guantes. Como experimento sobre la manera que el cine puede manipularnos sirve para entrar en un juego perverso y luego volver atrás para repasar donde estuvo la trampa. Al final el espectador simpatiza con el vendedor de cigarros y le coge manía al senador anti-tabaco. La trampa no es especialmente sutil, el tabaquero, aunque defiende lo malo, es tolerante; el senador defiende una buena causa con intransigencia.

Como espectador no pongo pegas al discurso pero hay poca emoción. Podría haber imitado a "Caballero sin espada", pero pierde toda la magia en el intento. Podría haberse parecido a "Campeón" en la relación padre a hijo, pero con un protagonista tan transgresor no hay modo de digerir ese coctail.

La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja




“Hoodwinked”
Cory Edwards, 2005
Doblaje original/español: Anne Hathaway/Leonor Watling (Caperucita Roja), Glenn Close/Amparo Baró (abuelita), Patrick Warburton/Carlos Latre (lobo), Jim Belushi/Jordi Royo (leñador), David Ogden Stiers (Nicky Croac), Andy Dick (Boingo), Xzibit (Jefe Pardo), Anthony Anderson (Bill Cigüeña), Chazz Palminteri/Carles Di Blasi (oveja), Cory Edwards/Anabel Alonso (Balita la ardilla).
Guión: Cory Edwards, Todd Edwards y Tony Leech; basado en un argumento de Cory Edwards y Todd Edwards.
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El caleidoscopio llega a la animación

Después de abrir el cine de animación a la provocación, gamberra aunque moderada, con Shrek, a la profundidad psicológica, o al colegueo de las modernas animaciones, parece que el público de dibujos animados ya está preparado para dar otro salto, y penetrar los arcanos del cine caleidoscópico, la herencia de Ciudadano Kane, Rashomon o Cautivos del mal. Cuando el inspector de policía Nicky Croak llega a la escena del crimen, descubre que Caperucita, el lobo, la abuela y el leñador tienen cuatro versiones muy diferentes sobre la misma historia.

Cory Edwards no llega al extremo de hacer contradictorias las versiones de los cuatro protagonistas, no obliga al espectador a adivinar quien de ellos miente. Ni tampoco llega a pedir el ejercicio tarantiniano de cambiar de simpatías en cada versión. Adapta el cuento de Perrault a los tiempos que corren con la omnipresencia de los medios de comunicación y algún homenaje a Misión Imposible y a la obligada Matrix. Tambien deja atrás su bobo trasfondo sexual. Está contada con la intención de encontrar un final feliz para un cuento más bien sanguinario. Y se puede felicitar a los autores por los dos giros que había que engarzar para conseguirlo.

Mi super ex-novia


Ivan Reitman, 2006
Reparto: Uma Thurman (Jenny Johnson/G-Girl), Luke Wilson (Matt Saunders), Anna Faris (Hannah Lewis), Eddie Izzard (Profesor Bedlam/Barry), Rainn Wilson (Vaughn Haige), Wanda Sykes (Carla Dunkirk).
Guión: Don Payne.
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La vida sexual de los superhéroes

Mi super ex-novia tiene menos interés como película del género de superhéroes, al que no aporta gran cosa, que como comedia de situaciones, a la que añade el desmelene de los superpoderes. El personaje de Uma Thurman es una superheroína que vuela y salva al mundo de vez en cuando, pero también es una mujer neurótica que se vuelve posesiva cuando se enamora.

La película se atreve con ese tema tabú que es la vida sexual de los superhéroes. La comedia funciona cuando los creadores imaginan a la superchica en la cama o, peor aún, celosa, y funciona mucho mejor cuando mezcla las situaciones cotidianas con los excesos del cine fantástico, como la ocurrencia del coche. El drama, que asoma sólo en un par de escenas, casi llega a incisivo cuando indaga que es lo que nos hace soñar con ser superfuertes y nos responde que es esa impotencia horrorosa que sentimos cuando no se nos quiere...

Salvador


Manuel Huerga, 2006
Reparto: Daniel Brühl (Salvador Puig Antich), Tristán Ulloa (Oriol Arau), Leonardo Sbaraglia (Jesús), Leonor Watling (Cuca), Ingrid Rubio (Margalida Bover), Celso Bugallo (Padre de Salvador), Joaquim Climent (Policía), Antonio Dechent (Policía), Carlos Fuentes (Paco), Joel Joan (Oriol), Bea Segura (Montse), Olalla Escribano (Inma Puig).
Guión: Lluís Arcarazo; basado en el libro "Cuenta atrás: Historia de Salvador Puig Antich" de Francesc Escribano.
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¿Cómo se dice adiós a un condenado a muerte?

La película comienza con la detención de Salvador Puig. En un forcejeo dispara contra un policía y lo mata; él recibe más de siete tiros, uno de ellos en la cara. Su abogado le visita en la carcel y escucha la historia de su vida. En realidad nos la cuenta a nosotros, los espectadores. Su lucha contra el franquismo, la banda de anarquistas que utilizan Francia como refugio, el modo en que van elevando el grado de violencia, todo está narrado con imágenes imprecisas que quieren parecer sacadas de un informativo de la época. Sólo dos detalles me parecen mejorables, en vez de contar la historia a un abogado, que debía saberla, podría habersela contado al carcelero algo paleto que interpreta Sbaraglia. En vez del presente ¿porque no lo cuenta en pasado?

Después de este recorrido por la Cataluña rebelde de los setenta la película llega a una intensidad dramática desmesurada para contarnos los últimos meses de vida del condenado. El asesinato de Carrero Blanco, lo sabe, significa el suyo. La lucha contra el tiempo; el dictador y la junta militar invisible como una mano negra; la familia, el padre, el carcelero. La despedida de las hermanas llega al fondo del vaso ¿como se le dice adiós a un condenado? El director no necesitó subir el volumen para conseguir impactar tan vivamente, la mera imagen de los hechos resulta desquiciante. El cine se llena de sentido en documentos como este (o como “United 93”), cuando desglosa minuto a minuto el modo en que se construye un hecho histórico, uno de esos momentos que cambian nuestra forma de ver las cosas.
Dioses y monstruos: fiel a las necesidades del género, opta por desarrollar los aspectos más emotivos, material sensible que, aunque eficaz, roza a veces la inverosimilitud, por más que se sostenga que todo está basado en hechos reales.
Borja Hermoso: Venga, lo digo: Franco fue un verdugo repugnante. Además de un cursi de voz atiplada y bigotito cañí. Y antes de ser un matarife fue un golpista que se cargó un gobierno legítimo.
Una respuesta a la película.
Muchocine.

Separados




Peyton Reed, 2006
Reparto: Vince Vaughn (Gary Grobowski), Jennifer Aniston (Brooke Meyers), Joey Lauren Adams (Addie), Ann-Margret (Wendy Meyers), Jason Bateman (Riggleman), Judy Davis (Marilyn Dean), Vincent D'Onofrio (Dennis Grobowski), Jon Favreau (Johnny O), Cole Hauser (Lupus Grobowski), John Michael Higgins (Richard Meyers), Justin Long (Christopher), Peter Billingsley (Andrew).
Guión: Jeremy Garelick y Jay Lavender; basado en un argumento de Vince Vaughn, Jeremy Garelick y Jay Lavender.
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El problema de quien cuenta la historia

El problema de “Separados” es quien cuenta la historia de la separación. La cuenta él, y nos da la versión del macho americano incapaz de crecer, que es algo parecido al macho español, pero con más poder adquisitivo. Por eso no me interesa. A mí sólo me interesaba la versión de la chica, la de Jennifer Aniston. Su versión sobre la mesa de billar, un novio que sólo sabe jugar videojuegos como un quinceañero, que no pisa la cocina si no cae camino del baño. Me interesa la versión de la chica porque la historia respira verdad, uno siente que lo que le cuentan ha pasado. Lo malo es que uno también intuye que se la están contando mal.

La última vez que me contaron una historia tan mal contada fue en “El hombre del tiempo”. Allí Nicolas Cage dice que su esposa le dejó porque se olvidó de comprar salsa tártara. Vince Vaughn, en un prodigio insuperable de introspección y análisis llega a la conclusión de que su relación se vino abajo porque compró tres limones en vez de doce. De todos es conocido que la mujer es incapaz de perdonar tales cosas por naturaleza. Sin embargo y aunque resulte difícil de entender, el personaje de Vaughn está orgulloso de lo sagaz que es. Obligados a vivir en el mismo piso, ella busca otras citas, pero él no cae en la trampa de los celos y se camela a los candidatos, lo cual debe ser digno de aplauso. Este hombre conduce su vida igual que uno de sus videojuegos, anotando puntos.

La película podía haber aspirado a imitar una de las comedias de Spencer Tracy y Katharine Hepburn, pero le falta clase. También falta comedia, si exceptuamos la primera secuencia en la que se conocen y él se juega todo por el todo para conseguir una cita. El final apunta un brochazo de buena literatura, parece un final escrito por Quim Monzó. Lo malo es todo lo que hay en medio.

Corrupción en Miami



Traiciones


Michael Mann, 2006
Reparto: Colin Farrell (Detective Sonny Crockett), Jamie Foxx (Ricardo Tubbs), Gong Li (Isabella), Naomie Harris (Trudy Joplin), Ciarán Hinds (Fujima), Justin Theroux (Zito), Barry Shabaka Henley (Teniente Castillo), Luis Tosar (Montoya), John Ortiz (José Yero), Elizabeth Rodriguez (Gina).
Guión: Michael Mann; basado en la serie de televisión creada por Anthony Yerkovich.
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Corrupción en Miami empieza con el final de otra película que no se ha rodado. La policía de Miami se había infiltrado en la banda de traficantes de José Yero y la banda asesina a los infiltrados y a sus familiares. El principio es devastador porque Corrupción en Miami trata de como Sonny y Ricardo van a hacer lo mismo y ya sabemos como puede acabar. La tensión está en si van a hacerlo mejor o no.

Sonny y Ricardo (Farrell y Foxx) son dos detectives que tienen que hacerse pasar por traficantes. Igual que en las películas de timadores la trama consiste en engañar al otro. Para conseguirlo tienen que viajar a Haití. Pero Michael Mann no es David Mammet, no hace pasatiempos intelectuales para que lo admiremos desde lejos. Mann hace cine para meter a sus personajes hasta el cuello y para involucrar al espectador. La película echa a andar cuando lo que está en juego deja de ser la astucia.

John Nash, el protagonista de "Una mente maravillosa", se hizo famoso con su teoría de juegos, que es poco más o menos, como la partida que juegan los protagonistas. La vida es como un juego, uno tiene siempre la opción de cooperar, o de traicionar al contrario. Según la estrategia que uno sigue en cada mano se puede trazar un modelo. El buenazo coopera siempre, aunque le traicionen. El resentido coopera hasta que le traicionan una vez y luego nunca más. La conclusión de Nash, si no recuerdo mal, era que la estrategia más rentable era la del perverso. Como no coopera nunca no pierde ni una. Lo que Mann le dice a Nash es que el que gana no es el que se las lleva todas, el que gana es el que confía.
Silencio se rueda: El desarrollo de toda esta trama, la verdad, resulta lento y, por momentos, mal explicado. De hecho, la cinta comienza con la muerte de dos agentes infiltrados de un cuerpo policial distinto al de Sonny y Tubbs debido a un chivatazo procedente de una de las agencias de seguridad implicadas. Pues bien, en el desenlace, después de que los dos policías de Miami retomen el trabajo de sus compañeros caídos, no queda resuelto el preocupante asunto del chivatazo.
Dioses y monstruos: aunque veamos el lujo que mueve el narcotráfico y la delincuencia high class, no abandonamos en ningún momento los parámetros del cine negro.
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