Bodas y prejuicios

Gurinder Chadha, 2004
Reparto: Aishwarya Rai (Lalita Bakshi), Martin Henderson (William Darcy), Daniel Gillies (Johnny Wickham), Naveen Andrews (Balraj), Anupam Kher (Sr. Bakshi), Nadira Babbar (Sra. Bakshi), Indira Varma (Kiran), Nitin Ganatra (Sr. Kholi), Alexis Bledel (Georgie Darcy), Ashanti.
Guión: Gurinder Chadha y Paul Mayeda Berges; basado en la novela "Orgullo y prejuicio" de Jane Austen.
* * *
Amor y clase social

Cuando Jane Austen escribió Orgullo y prejuicio tenía sólo 23 años. A pesar de su juventud hizo una novela madura, un historia de amor que ha servido de modelo para otras, como “El diario de Bridget Jones” o ésta de Gurinder Chadha. La historia de Helen Fielding hablaba de las falsas apariencias, del autoengaño en el amor, Chadha habla de los choques culturales, y las dos demuestran cuanto se puede sacar de un clásico estupendo como el de Austen.

La historia trata de los obstáculos que encuentran dos jóvenes que se gustan hasta llegar al sí quiero. El orgullo es el defecto de Darcy, un millonario norteamericano que habla de la India sin respeto por su atraso económico, y que se muestra poco amable cuando visita a la familia Bakshi con su jovial amigo Balrash. El prejuicio es el defecto de Lalita, la chica. Un tercero habla mal de Darcy y ella le cree, así que rechaza a Darcy cuando le declara su amor.

La historia de Austen vale para entretener al espectador más exigente de cualquier época, su humor es agudo. Las dos versiones modernas han respetado el fondo y se han dedicado a hacerlo creíble para su público, Bridget Jones no es una virgencita como Lalita o Elizabeth Bennet, bebe y no guarda la línea. Lalita, es más próxima a Austen porque no está emancipada. En esta versión india, el matrimonio es la única vía de ascenso social, y un millonario, el sueño inconfesado. Chadha añade muchas más cosas propias, como, por ejemplo, el papel rector de los padres omnipresentes. Las canciones son puro Bolliwood, dan ganas de ponerse a dar saltos en el asiento y meterse en esas danzas absolutamente contagiosas. Estos músicales no tienen rival cuando se ponen a expresar emociones con esos estallidos de júbilo colectivo.

Roger Ebert ***: Bollywood musicals are the Swiss Army Knives of the cinema, with a tool for every job: comedy, drama, song and dance, farce, pathos, adventure, great scenery, improbably handsome heroes, teeth-gnashing villains, marriage-obsessed mothers and their tragically unmarried daughters, who are invariably ethereal beauties.
Desson Thompson: There's another crucial difference between book and movie: Austen's novelistic world carries a more repressive backdrop: the weight of being a woman in a patriarchal society. The womanly perspective is an omniscient force of good, a quiet revolution in the parlor. It's micro. But Chadha's film is clearly macro. It's about two distinct and proud worlds, the east's Capulets and the west's Montagues, if you will, each with their own flaws and sanctimoniousness. And each with something to learn from the other. Everyone's free to verbally hack at each other, openly debating their differences. You Indians arrange marriages! There's no choice! Oh, yeah? Well, how come you Americans get divorced all the time? And don't you choose people in your station anyway? And so on.
Glenn Kenny **: It’s very colorful, for sure, but the dialogue is lead-footed at best (“You sure this is safe to eat? I don’t want to be getting Delhi belly on my first day!” an American character avers early on); the lyrics to the songs are . . . well, here, try this couplet: “I just want a man who gives me some back/who talks to me and not my rack”.

Rotten Tomatoes: 65% $2m.

Bajo Ulloa

P: Frágil pasa del mito de Penélope a la historia del ‘patito feo’ para después darle la vuelta a todo... ¿Un cuento postmoderno?
R: Sólo un cuento, un cuento envenenado.
P: ¿Cree que los espectadores necesitan que les cuenten más cuentos?
R: Igual que en la televisión, los espectadores van al cine y ven lo que hay. Y cada vez hay menos donde elegir. Un cuento puede ser algo maravilloso, luminoso y fantástico, algo con lo que soñar, y también una mentira increíble. Esa ambigüedad es el alma del ser humano.
P: Por lo que cuenta en la película no parece que le guste mucho lo que rodea a su profesión...
R: Este es un momento en el que no sé muy bien si soy feliz con lo que hago. He ido intuyendo la razón intrínseca de mi necesidad de exhibir mi interior y no estoy seguro de que me guste. En el pasado sentía la obligación de usar mis historias como una terapia, igual que otros escriben, pintan o ponen bombas.
[...]
P: ¿Por qué estrena más de un año después de haber terminado la película?
R: La posproducción ha sido una pesadilla y me he encontrado más puertas cerradas que nunca, y no creo en las casualidades. Pero confiaba en poder estrenar, sobre todo cuando vi que Coto Matamoros o Bofill ya tenían distribución...
P: ¿Cómo se defiende si le dicen que su película tiene trampas (argumentales)?
R: ¿Y qué esperaban? las películas son un puñado de pequeñas mentiras para contar una gran verdad.

Algo en común

(Garden State)
Zach Braff, 2004
Interpretación: Zach Braff (Andrew Largeman), Ian Holm (Gideon Largeman), Ron Leibman (Dr. Cohen), Method Man (Diego), Natalie Portman (Sam), Peter Sarsgaard (Mark), Jean Smart (Carol), Ann Dowd (Olivia), Denis O'Hare (Albert), Geoffrey Arend (Karl Benson), Alex Burns (Dave).
* * *
Alguien voló sobre el nido de Mrs Robinson

Andrew Largeman, interpretado por el mismo director Zach Braff, es un muchacho que vive sedado con fármacos. Mientras aparca el coche descubre que lleva colgado en el depósito la mangera de la gasolinera donde repostaba. Andrew hizo un papel en una película y ahora trabaja de camarero. Una llamada de su padre se queja de que no devuelve las llamadas, y con el mismo tono añade que su madre ha muerto. La vuelta al pueblo, después de nueve años, sirve para que Andrew recupere algunos amigos olvidados, para que conozca a una chica, pero sobre todo sirve para que cambie su vida porque ha olvidado sus fármacos y por primera vez se siente vivo.

Zach Braff ha cogido a dos personajes de Terry Zwigoff para contarnos otra vez "Love Story", o "El graduado", subiéndonos el volumen de bonitas canciones. El chico es una especie de zombi a causa de los litros de litio que le receta su padre que es psiquiatra, la chica es epiléptica. En el cine moderno es de rigor que los protagonistas tengan taras que los hagan cercanos a nosotros, como morderse las uñas, o un grano en la cara.

El padre tiene controlado a su hijo culpable (horriblemente culpable, por cierto) gracias a la medicina que le receta, igual que la enfermera Ratchet de "Alguien voló sobre el nido del cuco". De modo que Andrew tiene la oportunidad de romper sus cadenas y su yugo, tema transcendental para un veinteañero y vivir por primera vez la vida.

Natalie Portman le pide cuando están en su casa que haga algo distinto, algún gesto que no haya hecho nunca en la vida. La idea es vagamente romántica, el romántico siempre hace las cosas por primera vez en la vida. Para Andrew es una asignatura facilísima, porque desde que empezó a medicarse a los diez años no ha hecho absolutamente nada en la vida.

Roberto Piorno @@@: Zach Braff vuelve a casa a saldar cuentas con el pasado cual Timothy Hutton en "Beautiful Girls". Y curiosamente ambos dos vislumbran su norte gracias a la balsámica presencia de Natalie Portman. Braff, director, guionista y protagonista, todo en uno, maneja, como manejaba Ted Demme en aquella inolvidable terapia de grupo cómico-romántica, las mismas claves de comedia pop, idénticos estigmas generacionales y vertebra, también, su tragicomedia buceando entre crisis existenciales de adultos, fracasados provinciales, con síndrome de Peter Pan.
Francisco Marinero **: Él mismo, sus amigos de la adolescencia y la chica descubierta tienen algo en común: la frustración vital y la excentricidad de sus respectivas familias, en especial de sus madres.
Estos personajes están retratados en una comedia dramática costumbrista amable, poco profunda y poco original
Rolling Stone: With Garden State, Braff wants to show you his version of The Graduate, he wants to stuff his big feelings into one little movie, he wants to change the world.
He doesn't totally pull it off, but what strange and marvelous fun to watch him try. Braff stars as Large, a waiter and wanna-be L.A. actor who returns to his New Jersey home for his mother's funeral. The event prompts Large to drop his Zoloft habit, reconcile with his dad (Ian Holm), hook up with a school buddy (a terrific Peter Sarsgaard) and find the love of his life in a sweet-crazy-sexy, Shins-loving pathological liar named Sam, played by Natalie Portman in a funny and touching performance you shouldn't even try to resist. The same goes for Braff's movie. It's a hilarious and heartfelt ode to twentysomething angst. Braff has himself a winner.

Rotten Tomatoes: 88% $28m.

Asalto al distrito 13

Jean-François Richet, 2005
Reparto: Ethan Hawke (Jake Roenick), Laurence Fishburne (Marion Bishop), John Leguizamo (Beck), Maria Bello (Alex Sabian), Jeffrey "Ja Rule" Atkins (Smiley), Drea de Matteo (Iris Ferry), Matt Craven (Capra), Brian Dennehy (Jasper O'Shea), Gabriel Byrne (Marcus Duvall), Aisha Hinds (Anna).
Guión: James DeMonaco; basado en la película de John Carpenter "Assault on precinct 13" de 1976.
* *
Mejor Hawks que Hawke

Hawks rodó con Wayne "Rio Bravo" en 1959 y "El Dorado" en 1966, con el mismo argumento de un cherif que guarda en su prisión a un villano frente a todos sus secuaces y sin ningun apoyo del pueblo. Cuando le dio el guión de "Río Lobo", Wayne le dijo: “Vale, la haré, pero no pienso leer el guión, ya lo he interpretado dos veces.”

Ethan Hawke interpreta al John Wayne íntegro que está siempre del lado de la ley, y da igual si cumplir con la ley supone perder a alguno de sus hombres o a todos. El éxito consiste en no saltarse una señal de tráfico. El prólogo de la película nos explica el origen de su adicción a las pastillas. En uno de sus casos murieron dos hombres siguiendo sus instrucciones, desde entonces no acepta responsabilidades. Hasta hoy.

La comisaría del distrito 13 va a cerrarse para siempre dentro de unas horas, cuando den las 12 del 31 de diciembre. Un furgón de policía se ve obligado a dejar cuatro presos en la comisaría por culpa del temporal. Uno de los presos es Marion Bishop, o sea Morpheo/Fishburne lanzando frases para apuntar en una lista de citas célebres. Marion es peligrosísimo porque es un asesino mafioso y también porque sabe cosas de la policía.

La película hubiera salido mejor parada si se hubieran conformado con restituir al policía caído. En vez de eso, el duelo se convierte en una difícil intriga en la que los criminales pueden ser los aliados y los aliados criminales. Todo llega a dar igual salvo la hora de salida que uno clama por que llegue.
Premiere: Strikingly shot with some wicked hand-held virtuosity, Assault is rivetingly suspenseful in how it toys with the morals of good guys flip-flopping to the dark side (and vice versa); it also understands the importance of paying attention to its characters without forgetting that the hyperviolent thrill's the thing. Plot holes like blocked cell phones are quick-fixed so you can stop thinking them through long enough to cherish a faux-believability, and by the time that seven-way Mexican stand-off blasts through the screen, you'll be having too much fun to realize how faulty some of the twists are, or that this crafty little gem is a tad overlong.

Rotten Tomatoes 58% $20m.
François Truffaut, 1959
Reparto: Jean-Pierre Léaud (Antoine Doinel), Claire Maurier (Gilberte, la madre), Albert Rémy (Julien, el padre), Guy Decomble ("Petite Feuille", el profesor de francés), Georges Flamant (Mr. Bigey), Georges Flamant (Rene)
* * * *
Jóvenes airados

Antoine es castigado en la escuela por tener un poster de una modelo. No cumple el castigo y para no enfrentarse al profesor falta al día siguiente con su amigo Rene. Van al cine y al parque de atracciones. Al día siguiente intenta falsificar un justificante, pero en vez de eso decide lanzar un órdago. Le dice al profesor que su madre ha muerto. El padre se enteran de la falta y va al colegio a buscarle. La humillación es tal que Antoine se va de casa. Su amigo Rene le ofrece una imprenta para dormir. Cuando vuelve se reconcilia con su familia; su madre le promete regalarle mil francos si es uno de los mejores en redacción. Lee a Balzac para aprender a escribir pero en el colegio es víctima de una injusticia. El profesor no se cree que la redacción sea suya. De nuevo huye de casa y se refugia en la de Rene. Roba una máquina de escribir pero no puede venderla, cuando quiere devolverla es atrapado y sus padres lo internan en una institución de menores.

El episodio de la máquina de escribir es autobiográfico. Los sentimientos también, el personaje de Antoine no oculta su condición de trasunto del autor, que aprovecha para airear sus cuentas pendientes. El muchacho airado, la juventud cabreada es un tema que se adelanta a su tiempo. El Paris de las imágenes resulta inolvidable, puede que no fuera esa la intención de Truffaut, pero, ese piso frío y pequeño, las callejuelas y las gentes están retratados con tal tristeza, con tanta nostalgia que parecen contadas para los espectadores de la posteridad.

Jean-Luc Godard en Niños de Vitral, Bemanos, Melville, Cocteau, Vigo y Rossellini, Cahiers du cinema n°92, febrero de 1959.
Con Los cuatrocientos golpes, Francois Truffaut entra en el cine moderno como en el colegio de nuestras infancias. Niños humillados de Bernanos. Niños al poder de Vitrac. Niños terribles de Melville-Cocteau. Y niños de Vigo, niños de Rossellini, en breve, niños de Truffaut, expresión que una vez el film estrenado será pronto admitido en el lenguaje público. Hablaremos pronto de "los niños de Truffaut" de la misma forma que lo hacemos de "los lanceros Benagalíes", "los reyes de la mafia", "los locos del volante", y " los drogadictos del cine". En Los cuatrocientos golpes la cámara del director de Les Mistons alcanzará de nuevo la cima, no con la madurez del adulto, como ocurre en el cine de Hawks, sino con la del niño. Y si, a veces, sobrentendemos "arrogancia", cuando hablamos de plenitud a propósito de los mayores de treinta años, lo sobrentenderemos mucho más todavía cuando lo hagamos a propósito de los menores de dieciséis años: entonces será orgullo. Por ello, se puede calificar a Los cuatrocientos golpes como el film más orgulloso, más cabezota, más obstinado, en fin, como el más libre del mundo. Moralmente hablando. Y estéticamente también. [...] En resumen ¿Qué decir? Esto: Los cuatrocientos golpes es un film firmado por: Franqueza. Velocidad. Arte. Novedad. Cinematógrafo. Originalidad. Impertinencia. Seriedad. Tragedia. Refrescamiento. Ubu-Rey. Fantasía. Ferocidad. Amistad. Universalidad. Ternura.
Sylvia: Ce film nous raconte le destin d'un adolescent en période de crise. Il se trouve face à sa vie, et il se rend compte qu'il est "en trop" dans la vie de sa mère. Il n'a pas vraiment d'attache sentimentale avec elle. Elle ne l'appelle jamais par son prénom mais toujours "le gosse" ce qui le place dans une position d'infériorité et impose une distanciation.
top