Una mente maravillosa

Ron Howard, 2002.
Reparto: Russell Crowe (John Nash), Ed Harris (Parcher), Jennifer Connelly (Alicia Nash), Christopher Plummer (Dr. Rosen), Paul Bettany (Charles), Adam Goldberg (Sol), Josh Lucas (Hansen), Vivien Cardone (Marcee), Anthony Rapp (Bender), Jason Gray-Stanford (Aisnely), Judd Hirsch (Helinger), Austin Pendleton (Thomas King).
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El mundo según Nash

John Nash elaboró en su juventud una teoría matemática que es hoy día clásica, la teoría de los juegos. El mismo Nash padeció una esquizofrénia que le llevaba a tener alucinaciones y a confundir su fantasía con la realidad. Ron Howard se propone que entendamos algo de la teoría de Nash, lo cual me parece muy gratificante, y consigue que entendamos bastante bien como se siente un esquizofrénico, lo cual me parece aún más estimulante.

Para hacernos entender la teoría de los juegos utiliza breves pinceladas humorísticas que luego une felizmente. Utilizar el cine, con su poder de sugerencia para explicar una teoría matemática no deja de ser un reto que no desanima a Howard, y que espero que cree escuela.

La esquizofrenia es una enfermedad que suele ir unida a la paranoia, el paciente tiene alucinaciones y delirios en los que cree firmemente. La enfermedad de Nash podía haber sido abordada desde fuera, mostrando al espectador el testimonio y el error del desgraciado, pero eso nos hubiera desligado de su problema. Es un acierto el riesgo que toma el director de utilizar el poder del cine para hacernos creer en un principio el mundo irreal en el que vive el matemático.

Cuando el protagonista descubre que muchas de sus experiencias son alucinaciones sufre una desilusión igual a la del espectador, y uno no puede dejar de pensar en el poder que tiene el cine para confundir ofreciendo sólo una perspecitiva de la realidad. Hay cine que parece hecho por paranoicos (por ejemplo las dos maravillosas Terminator), cine que quiere respaldar las fobias irracionales, los delirios de grandeza, las alucinaciones sobre extraterrestres y espíritus. De hecho parece que el cine es más interesante cuanto mayor es el pathos que hay dentro de él. Esta propuesta de Ron Howard es refrescante porque la fantasía y la enfermedad quedan en su justo lugar.
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