Tristana


Luis Buñuel, 1959
Reparto: Catherine Deneuve (Tristana), Don Lope Garrido (Fernando Rey), Franco Nero (Horacio), Lola Gaos (Saturna), Jesús Fernández (Saturno), José Calvo (Campanero), Juanjo Menéndez (Don Cándido)
La libertad

La moral de don Lope aparece en muchos ejemplos y sentencias. La guardia civil persigue un ladrón y él les indica una calle equivocada. “Mi moral,” dice, “está siempre con el más débil.” Don Lope es un hombre progresista, odia el mercado, se niega a regatear con los peristas cuando tiene que vender sus propiedades para sobrevivir. Odia a la iglesia, y piensa que el amor es un acto de libertad, lo opuesto al matrimonio. Tristana sólo sigue sus enseñanzas en este último punto. La moralidad de Tristana es mucho más elemental y sincera. Sólo la expresa en un término: le gusta elegir. De las columnas de un claustro le gusta una, de dos callejuelas prefiere una, del cocido toma dos garganzos, los pone sobre el mantel, y elige.

Estamos en 1929 Tristana deja el convento donde se ha educado y tiene que irse a vivir con su tío porque se ha quedado sin padres. Con el tiempo él la seduce. Don Lope dice en una de las tertulias del casino que ninguna mujer es respetable salvo la esposa de un amigo y la doncella joven. Según él los mandamientos en contra del amor y el sexo los añadio Moisés.

Con el tiempo ella se fija en un joven pintor (Franco Nero) y don Lope la amenaza. Le dice que él ejerce de padre o de marido según le conviene. Ella se fuga con el pintor pero a los dos años vuelve a casa de su tío con unos dolores muy fuertes en la pierna. El médico se la amputa y el pintor se va, a petición de ella. La única vida sexual que le queda consiste en dejar que el hijo de la sirvienta la vea desnuda. Según comentaría Buñuel esta escena le despertó el interés por contar toda la película.

El final, que muchos no querrán oír, y yo suelo contar en el caso de los clásicos, es un ajuste de cuentas. En la novela de Galdós se casan en contra de los principios de ambos, y viven una felicidad burguesa. En la película la sobrina se venga de su tío en sus últimas horas. ¿Por qué lo hace? ¿Porque no la dejó elegir entre sus opciones? ¿Porque no fue ninguna de las dos cosas que prometió: ni marido ni padre? ¿por robarle su juventud?

Munich


Steven Spielberg, 2004
Reparto: Eric Bana (Avner); Daniel Craig (Steve); Geoffrey Rush (Ephraim); Mathieu Kassovitz (Robert); Ciaran Hinds (Carl); Hanns Zischler (Hans); Mathieu Amalric (Louis)
***
¿Por qué no le dieron el guión a Van Damme o a Seagal?

A quien se le ocurre una película de tres horas para contar la venganza que se tomó Israel por la salvajada que le hicieron en Munich en el 72. A veces no conviene dejarle a un experto el trabajo de un oficinista. Esta película en manos de Van Damme o de Seagal hubiera sido fenomenal. Al fin y al cabo lo único que tiene interés es la exposición de la afrenta: el asalto a la villa olímpica, la masacre de los rehenes; y el meticuloso trabajo del protagonista buscando uno tras otro a los once nombres de una lista que le proporciona el MOSAD; los errores que comete su equipo de hombres inexpertos; lo difícil que es matar a un hombre.

Todo el rollo hamletiano de ser y no ser, de si la venganza está bien o mal es una morcilla. En primer lugar: ¡a buenas horas! ¡Se lo plantean cuando llevan media película matando! En segundo lugar estamos viendo una película de sicarios, la película trata de si consiguen o no consiguen matar, ¿a quien le importan sus reflexiones? Quiero decir, no es su trabajo. ¿Se imaginan una película del GAL con Amedo y Domínguez lanzando monólogos sobre el sentido de la violencia? Estos personajes no son los que tienen que soltar ese tipo de voces.

Van Damme y Seagal, lo repito, lo hubieran hecho mejor. Ellos ya se conocen el percal de sobra. Saben cosas elementales, como que la mala uva de la venganza dura a penas la hora y media luego se pasa. ¿Qué hace Spielberg para alimentar el odio tanto rato? Nada del otro mundo, ignoro si la idea fue suya o del montador. Divide el incidente del secuestro en tres secuencias y va soltando una a cada hora para calentar la mente del espectador. Vaya artimañas, con lo fácil que era contarla.

La joya de la familia


Thomas Bezucha, 2005
Reparto: Claire Danes (Julie Morton), Diane Keaton (Sybil Stone), Rachel McAdams (Amy Stone), Dermot Mulroney (Everett Stone), Craig T. Nelson (Kelly Stone), Sarah Jessica Parker (Meredith Morton), Luke Wilson (Ben Stone).
**
Desde donde se cuenta una historia

Meredith está nerviosa porque va a conocer a la familia de su novio, y tiene razones para estarlo, porque no la van a tragar. Meredith es estirada, seca, no sabe ser ella misma y encima es homofoba. La familia del novio, los Stone, son unos progres educados con todas las consignas de los librepensadores, los hippies, Capra, Thoreau y la izquierda. El primer conflicto es que Meredith no quiere dormir con el novio, y eso no lo entiende ni la niña pequeña. Un hermano del novio es gay y viene con su novio a pasar la Navidad para alegría de todos.

La discusión más seria es sobre la homosexualidad. Meredith dice que ser gay no es “normal”. A mi me gustaría mucho que alguien me explicara lo que significa “normal” porque nunca lo he entendido. Entonces los progres Stone la rechazan porque es ella la que no es “normal”, y yo sigo sin entender lo que significa “normal”. Los creadores han resuelto el conflicto entre dos mentalidades anunciándonos que la mentalidad tradicional es curable. Por eso la película no es una comedia, es un discurso, una comedia es, por ejemplo, “los padres de él”, donde contienden los mismos bandos.

No voy a negar que Bezucha tenía derecho a hacer su discurso. Pero hay un fallo que sí debía haber corregido. ¿Por qué nos cuenta la historia desde el punto de vista de la chica? Ese planteamiento pone al espectador de parte de ella, esperando a que se gane la familia durante una hora. Y lo que querían contarnos era la historia de una familia maravillosa que sobrevive a una nuera estirada. Cuando nos enteramos de donde teníamos que poner nuestras simpatías ya han encendido las luces de la sala.

Tú y yo


Leo McCarey, 1939
Reparto: Irene Dunne, Charles Boyer
Las ventajas del star system

Un millonario y una chica joven se encuentran en un trasantlantico. Huyen de los fotógrafos para no ser motivo de escándalo porque ambos están comprometidos, visitan a la abuela de él, en la escala que el barco hace en Madeira. Se enamoran y se dan un plazo. Seis meses más tarde, si están seguros de lo que sienten, y si él ha sido capaz de ponerse a trabajar, se encontrarán en la terraza del Empire State Building.

La historia es más famosa por el remake que hizo el propio McCarey con Cary Grant y Deborah Kerr en 1957. Se tituló “An affair to remember” (“Tú y yo” / “Algo para recordar” en Argentina). Y también es famosa por el homenaje que el rinde una película de los noventa que se llamó “Sleepless in Seatle” (“Algo para recordar” / “Sintonía de amor” en Argentina). En esta última Tom Hanks y Meg Ryan también quedan en la terraza del Empire State.

Una de las ventajas del Star System es que ahorra esfuerzos a los creadores. Bastaba que el público viera a Irene Dunne en la cubierta de un trasatlántico hablando con un millonario para deseara que se lo ligara. En una película de hoy el público no engancha tan fácilmente con la actriz.

En cambio funciona todavía el resorte del final de la película. (Si alguien odia que le cuenten el final puede dejar de leer aquí). Irene Dunne acude a la cita, pero justo delante del Empire State la atropella un coche. Él la busca, ella se esconde para que no vea su parálisis. Él la visita, la ve sentada, no sabe que está inválida, le cuenta que su amigo vendió un cuadro suyo muy especial a una chica paralítica. Y ¿Adivinan que se encuentra escondido en el piso? Creo que funciona porque concentra muchísimas cosas en un solo objeto, lo que uno esconde, lo que el otro busca y no entiende. A Hitchcock debió encantarle la escena.

Embrujada


Nora Ephron, 2005
Reparto: Nicole Kidman (Isabel Bigelow/Samantha), Will Ferrell (Jack Wyatt/Darrin), Shirley MacLaine (Iris Smythson/Endora), Michael Caine (Nigel Bigelow), Jason Schwartzman (Richie), Kristin Chenoweth (Maria Kelly), Heather Burns (Nina), Jim Turner (Larry), Stephen Colbert (Stu Robison), David Alan Grier (Jim Fields), Carole Shelley (Tía Clara).
**
Magia

La historia que cuenta embrujada no es tan desdeñable, ni burda como parece. Si uno escarba hay detalles que la salvan del desván al que la hemos mandado con cierta justicia. La bruja protagonista lleva una vida demasiado regalada gracias a su magia. Tiene todo lo que quiere sin esfuerzo. La bruja es muy parecida a cualquier señor con un mando a distancia, o una visa oro.

Pero Isabel Bigelow da un paso y decide vivir sin comodidades y mezclarse con los mortales. O sea, igual que un renegado que prescinde de electrodomésticos y se recluye en una comuna selvática. Su desafío tiene sentido en el amor, ¿De qué vale tener a alguien que te quiera si no lo has conseguido por ti mismo? Es como tener una muñeca hinchable. A Hitch le pasaba lo mismo, a la hora de la verdad sobraban los trucos.

Nora Ephron tenía material para una buena historia. Y le ocurrió igual que a muchos directores (tantos directores): que le resultaba más fácil hacer un movimiento con la oreja y hacer magia. Pero al espectador no se le conquista con tanta magia, ni con trucos. Eso lo ven algunas brujas, y otras no lo ven.

Crash



Paul Haggis, 2004
Reparto: Sandra Bullock (Jean Cabot), Don Cheadle (Detective Graham Waters), Matt Dillon (Sargento Jack Ryan), Jennifer Esposito (Ria), William Fichtner (Jake Flanagan), Brendan Fraser (Fiscal del distrito Rick Cabot), Terrence Dashon Howard (Cameron Thayer), Thandie Newton (Christine Thayer), Chris "Ludacris" Bridges (Anthony), Ryan Phillippe (Hansen), Larenz Tate (Peter).
****
De que pasta está uno hecho

Cuando una encuesta quiere saber si un grupo es racista no lo pregunta directamente; hace preguntas indirectas, como por ejemplo, si al entrevistado le parecería bien que su hija se casara con un negro. Y es que una cosa es decir que uno no es racista y otra cosa es no serlo. Ocurre con todo. Siempre se dice que uno no sabe cuantos amigos tiene hasta que se ve en un apuro.

Haggis ha hecho una película sobre lo que la gente parece y lo que puede llegar a hacer. Ha reunido un montón de personajes unidos por hilos más o menos finos; los ha dejado enfrentarse con insultos racistas durante toda la película y luego ha ido probando de que pasta están hechos, y poniéndolos en situaciones comprometidas.

Algunos personajes cambian delante de nosotros, sin que lo esperemos, otros descubren una faceta de sí mismos que ni ellos conocían. En unos es noble, en otros infame.

El único error que veo en Haggis está en su forma de repartir lo que cuenta. La primera hora acumula demasiada angustia. Esperamos lo peor de cada personaje. Todos están al borde del abismo. El final destapa una tras otra las cartas y va aliviando toda la tensión. Creo que a la historia le hubiera favorecido algún respiro en el planteamiento.

El hombre del tiempo


Gore Verbinski, 2005
Reparto: Nicolas Cage (David Spritz), Michael Caine (Robert Spritz), Hope Davis (Noreen), Michael Rispoli (Russ), Gil Bellows (Don), Gemmenne de la Peña (Shelly), Nicholas Hoult (Mike), Judith McConnell (Lauren), Dina Facklis (Andrea), DeAnna N.J. Brooks (Clerk).
El realismo de Verbinski

Nicolas Cage interpreta a David Spritz, un presentador del tiempo de la televisión con sus momentos buenos y, sobre todo, sus momentos malos. La "Hello America" podría contratarlo y multiplicar su sueldo. De su trabajo odia que la gente lo aborda por la calle y a veces le tira basura.

El padre de David ganó el premio Pulizer, y es difícil estar a la altura de un padre así. Su mujer se divorció de él. La hija tiene sobrepeso, el hijo no sabe que puede ser víctima de acoso.

Después de rodar su “Piratas del Caribe”, parece que Verbinski ha decidido probar con el realismo, si bien yo no lo tengo claro. Verbinski cree que el realismo consiste en tocar temas un poco delicados, como el de la pezuña de camello, o bien en no dejar que el protagonista gane todas las batallas, dándole una de cal y otra de arena. No me quejo de ninguno de los dos procedimientos. Lo que me rebela un poco es la falta de honradez con que cuenta su historia. Lo que realmente le falta al protagonista no es un millón de dólares al año, sino rehacer su matrimonio, y la película deja el tema en un segundo plano. Peor aún, nos cuenta que fracasó por una salsa tártara. Lo cual es tan escapista como hablar de piratas.

La profesión de este personaje es una especie de símbolo de su vida emotiva. Las cosas ocurren porque hay vientos impredecibles y nadie sabe cuando va a llover.

The Jacket


John Maybury, 2005 **
Adrien Brody (Jack Starks), Keira Knightley (Jackie Price), Kris Kristofferson (Dr. Becker), Jennifer Jason Leigh (Dra. Lorenson), Daniel Craig (Mackenzie), Kelly Lynch (Jean), Brad Renfro (Desconocido), Laura Marano (Jackie [joven]).
Que difícil
Yo creo que contar una buena historia no es una cosa tan complicada como la que se plantea Maybury. No hacen falta guerras descarnadas, ni experimentos. Y sobre todo está de más levantar tanto la voz con el tema de la muerte, cuando lo que uno quiere contar es una historia sencilla, una de esas historias de toda la vida. Maybury habla de lo bien que estaría alguien si en tal momento no hubiera dado tal paso. Lo malo es que ha querido narrar igual que narran otros directores transgresores. Es mejor jugar limpio con el espectador y anunciarle lo que se le va a dar. Y dejar las trompetas y los excesos de estilo para una historia que los pida.

Doom


No vale improvisar

Andrzej Bartkowiak, 2005 ***
Karl Urban (John "Reaper" Grimm), Rosamund Pike (Samantha "Sam" Grimm), Raz Adoti (Duke), Dwayne "The Rock" Johnson (Sarge), DeObia Oparei (Destroyer), Ben Daniels (Goat), Richard Brake (Portman), Yao Chin (Mac), Al Weaver (Chico), Dexter Fletcher (Pinky).
Guión: David Callahan y Wesley Strick; basado en un argumento de David Callahan; basado en el videojuego.
El cine de tensión de hoy no se puede hacer si faltan un par de elementos. En primer lugar, hay que meter al los personajes en lugares donde ni usted ni yo entraríamos jamás. Una sombra, basta para hacernos saltar de la butaca. En sengundo lugar hacen falta giros que den la vuelta a todo lo que pensábamos en un principio. Giros de esos que demuestran que nada es lo que parece, como el médico de Alien que resulta ser un robot.

Doom se basa en un videojuego, y lo homenajea con una secuencia que parece jugada, en vez de rodada. Los humanos han descubierto, al final de este siglo una puerta para viajar a Marte que llaman El Arca. Un grupo de élite del ejército tiene que usar esa puerta para resolver una serie de crímenes que se producen en una estación de Marte.

El videojuego y la película se inspiran en “La noche de los muertos vivientes”. Los mismos salvadores pueden convertirse en monstruos. Al juego de buenos y malos y los bandos que van y vienen, el guionista le ha añadido un elemento moral. Todo el mundo no se convierte en lo mismo. La idea es interesante, merecía más tiempo para desarrollarla. Si la sacas al final parece que se te acaba de ocurrrir. Y en un argumento todo es tolerable menos lo improvisado.


La complejidad

Orson Welles, 1958
Charlton Heston, Janet Leigh, Orson Welles, Joseph Calleia, Akim Tamiroff, Joanna Moore, Ray Collins, Dennis Weaver, Valentin de Vargas, Mort Mills, Victor Millan, Lalo Rios, Michael Sargent, Phil Harvey, Joi Lansing, Harry Shannon, Marlene Dietrich, Zsa Zsa Gabor
¿Qué ocurriría si un director rodara una continuación de Elm Street poniéndose en el lugar de Freddie? ¿qué ocurriría si alguien se pusiera en el lugar del ama de llaves de Rebeca, en el lugar de los alemanes de Casablanca, de los profesores de Cero en conducta, de ladoctora Ratched en “Alguien voló sobre el nido del cuco”, de Hitler en Ser o no ser, El gran dictador... ? Ocurriría que en vez de estar rodando una película convencional, estaría rodando una película compleja. Estaría rodando a la manera de Orson Welles.

Kundera es el gran amante de la obra compleja. Adora a Cervantes porque no toma partido. Kundera dice que quien lee el Quijote como un libro del idealista que lucha contra la realidad de Sancho, es porque tiene que leer el libro dos veces. Y dice lo mismo de quien lee Madame Bovary como un libro de una inocente aplastada por la sociedad. La literatura compleja empieza con Cervantes el cine complejo con Welles.

Pienso que hay autores que han sacado partido a la complejidad. “El sexto sentido” guarda su sorpresa en obligarnos a ponernos, por unos minutos, en el lugar de los fantasmas. La intranquilidad de “el silencio de los corderos” no está en el sadismo del asesino, sino en la ambiguedad moral del médico, de Lecter, que es el único que puede resolver el problema.

Welles no le sacó tanto partido a las complejidades. Se limitó a experimentar. Welles se comprometió a rodar con su productor y eligió una novelita barata (pulp) de kiosco, su aportación fue ponerse en el lugar del malvado policía y, para llegar más lejos, lo interpretó.
Tim Dirks: The greatest films.
Rotten Tomatoes
Ebert: Much of Welles' work was autobiographical, and the characters he chose to play (Kane, Macbeth, Othello) were giants destroyed by hubris. Now consider Quinlan, who nurses old hurts and tries to orchestrate this scenario like a director, assigning dialogue and roles.
top