Los girasoles ciegos



La España reprimida


José Luis Cuerda, 2008
Reparto: Maribel Verdú (Elena), Javier Cámara (Ricardo), Raúl Arévalo (Salvador), Roger Princep (Lorenzo), Irene Escolar (Elenita), Martín Rivas (Lalo), José Ángel Egido (rector).
Guión: Rafael Azcona y José Luis Cuerda; basado en la novela de Alberto Méndez.
* *
Los extranjeros se quejan de que el cine español vuelva una y otra vez sobre la guerra civil, como si no tuviéramos otra historia que contar. Cuesta explicarles que aquello duele, porque perdieron los buenos. A Hitler se lo quitaron de encima los aliados a los alemanes. Pero a su vástago, a nuestro querido caudillo, a ese no nos lo quitó nadie de encima.

El malo de la película está en el bando de los vencedores, y el bueno en el de los vencidos. Y no queda consuelo para nadie. La Historia no hizo justicia. Por eso, quizá, todo el mundo está esperando a que barajemos, a que pongamos tierra por cima y olvidemos. Porque cuando echamos la vista atrás nos salen historias duras y descarnadas, como “Los girasoles ciegos”. Y uno no les arranca un happy end ni con sacamuelas.

No he leído el libro, pero me consta que engarza varios cuentos. Alguien debió haber corregido el cosido porque el protagonismo del seminarista desvía la simpatía inicial del espectador en una dirección que, supongo, nadie querría despertar en él.

El seminarista cree que una mujer lo provoca sexualmente. Y la culpa a ella. Su visión torcida del sexo ilustra magistralmente una España neurotizada con la represión política y con la sexual.

Otros tiranos, como Trujillo fueron lascivos, el nuestro nos legó un catolicismo caciquil y una moral sexual de convento. Por eso a los extranjero hay que explicarles, también, por qué tantos españoles asocian la democracia con la bandera de la libertad sexual, y por qué estos malos reprimidos no representan los extravíos del régimen, sino la norma.
Fotogramas
Fernando MÉNDEZ-LEITE *****: Han acertado José Luis Cuerda y Rafael Azcona (esta es, desgraciadamente, la obra postuma del guionista) eligiendo el cuarto relato, que trata sobre el peso de la Iglesia en la vida cotidiana de la posguerra, el miedo y la represión, la falta de libertad y la sinrazón.
La película es seca, triste, pudorosa y muy radical. El guión huye de cualquier forma de sentimentalismo a pesar de que la materia sobre la que trabaja sea el mundo de los sentimientos.
Mirito TORREIRO **: De los cuatro relatos entrelazados en la impresionante novela Los girasoles ciegos, José Luis Cuerda y Rafael Azcona eligieron dos para dar carne a esta desigual película: el último, aquel que habla del diácono que sueña con la madre de uno de sus alumnos, y el segundo, que muestra cómo la hermana del mismo niño se refugia, embarazada, con su compañero en el monte, huyendo de lo que creen una muerte segura a manos franquistas.
Y si el libro de Méndez deslumhra por su prosa inclemente y su depurado estilo, nada de esto está en la película, de un cansino academicismo, y cuya producción la hace desperdiciar la mejor de las historias del libro
Enrique Colmena. Criticalia: No me gusta el llamado “cine de tazón” (películas españolas sobre la postguerra) cuando se aplica un maniqueísmo tan falaz y lamentable como el que se estilaba, a la inversa, durante el franquismo. Pero cuando se hacen trabajos matizados, cuando, en definitiva, se hace cine, ya estamos hablando de otra cosa. Esta “Los girasoles ciegos” no ha tenido muy buena acogida, ni de público (lo que era de esperar, teniendo en cuenta las prioridades actuales del espectador español) ni, lo que es peor, de crítica.

IMDB | muchocine

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