Los sobornados



La venganza elegante


“The big heat”
Fritz Lang, 1943
Reparto: Glenn Ford (Dave Bannion), Gloria Grahame (Debby Marsh),, Jocelyn Brando (Katie Bannion), Alexander Scourby (Mike Lagana), Lee Marvin (Vince Stone), Jeannette Nolan (Bertha Duncan)
Guión: Sydney Boehm, basado en un serial del Saturday Evening Post de William P. McGivern.
* * * *
Dave Banion es el policía intachable que llega, gracias a un suicicio improbable y al soplo de una prostituta, a descubrir las altas esferas de la corrupción en Los Ángeles. Los mafiosos le advierten que deje de husmear, y él no hace caso, de modo que ponen una bomba en su coche. La víctima del atentado es su mujer, y el caso se convierte para Banion en una cuestión personal. El jefe de policía es un sobornado más de la mafia por eso despide a Banion, y Banion realiza la investigación por su cuenta.

La investigación resulta difícil porque todo el mundo tiene miedo de Mike Lagana, el mafioso. Banion cuenta con la ayuda de la secretaria de la empresa que vendió la dinamita que se solidariza con él, y con la chica de uno de los matones mafiosos que sufre sus malos tratos.

La mafia está esquematizada en tres personas: el matón que puso la dinamita, el jefe, que pega a las chicas, y el millonario Mike Lagana que dirige todo.

La belleza de la historia está, tal vez, en la manera que resuelve todos los conflictos sin manchar la conciencia del protagonista, ni sus manos. Para eliminar al matón, divulga que éste se ha ido de la lengua, para destruir al millonario se vale de la mujer que lo chantajea. Si ella muere los trapos sucios de la mafia saldrán a la luz. Ella se merece ese final, pero él no puede matar, porque sería convertirse en lo mismo que sus enemigos.

Todo el trabajo sucio lo hacen los mafiosos o sus secuaces, de modo que cuando la película acaba, el mal se ha destruido a si mismo y los buenos no han roto un plato. Una ecuación elegante que probablemente encierre parte del misterio de la belleza de la película.

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