1. A la busca del tesoro

Jordi Balló y Xavier Perez publicaron en 1997 "La semilla inmortal", un libro sorprendente que pretende explicar todo el cine que se hace hoy dentro de las fórmulas de la literatura clásica que se escribió antaño. Una película se puede encerar en una fórmula, pero eso no limita la imaginación, sino todo lo contrario, ofrece un sustrato que el cine renueva sin cesar.

Me he propuesto glosar alguna de las 21 fórmulas del libro con los ejemplos de esta bitácora, así que empezaré por la primera, la busca del tesoro.

Las aventuras con una busca de tesoro se inspiran en "Jason y los Argonautas". El héroe clásico buscaba el vellocino de oro para poder coronarse rey. Para conseguirlo tenía a Medea, que venía a ser algo así como una ayudante en la sombra.

La fórmula consiste, generalmente, en buscar un mapa, o un tesoro perdido. Hitchcock anotó que el objeto deseado era indiferente mientras mantuviera la acción y el clima, y por eso acuño el término, quizá peyorativo, de McGuffin.

Todas las películas de espías, con James Bond a la cabeza, pertenecen a este grupo. También las de detectives, como las de Marlowe, y las de arqueólogos, como Indiana Jones.

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