El ministerio del miedo



Divertimentos

Graham Greene dividía sus novelas en obras serias y divertimentos. Entre las primeras ponía a las aburridas y en el segundo grupo mezcló algunas, que a mi me parecen las mejores, como “El americano impasible” o “Nuestro hombre en la Habana”, con otras menores. “El ministerio del miedo” pertenece indiscutiblemente a las menores. Parece ser que Lang tenía un gran interés por rodarla cuando leyó el libro, pero cambió de opinión cuando leyó el guión. La obra tiene ecos del primer Hitchcock. Hay un inocente que se ve involucrado en un complot sin quererlo (como en “Alarma en el expreso”, o en “El hombre que sabía demasiado” o en “Con la muerte en los talones”). Y hay un encadenamiento de casualidades que llevan a un hombre común a formar parte de un hecho transcendente (como en “39 escalones” o en “El agente secreto”).


"Ministry of fear"
Fritz Lang, 1944
Reparto: Ray Milland (Stephen Neale), Marjorie Reynolds (Carla Hilfe), Carl Esmond (Willi Hilfe), Hillary Brooke (Mrs Bellane), Percy Waram (Prentice), Dan Duryea (Travers)
* *
Neale acaba de cumplir su condena cuando entra en una celebración y es confundido con un espía por un lío de contraseñas. De modo que se va de la fiesta con un pastel, que, imaginamos contiene un enigma, y es perseguido por un falso ciego. Cuando llega a Londres investiga los hechos en la asociación que organizó la fiesta. Ignora que el organizador es un espía nazi y que la organizadora va a enamorarse perdidamente de él. Para apartar sus narices del caso, el nazi urde un falso asesinato que lo compromete, y, más adelante un aparatoso, y siempre ineficaz, explosivo.

Aunque el Londres de los ataques alemanes y los refugios antiaéreso en el metro es coetáneo a la película, es un Londres idealizado, un Londres acartonado. Lang pasea su cámara por elegantes pasillos y lujosos hoteles. Guarda su tenebrismo expresionista para la sesión de espiritismo donde se comete el falso asesinato. Lang tiene, con frecuencia, demasiado miedo de manchar las manos de sus héroes. Neale fue encarcelado por ayudar a morir a una esposa desauciada por la enfermedad. Es tan higiénico como el policía herido de “Los sobornados” que deja a la chica, a Gloria Grahame, que despache sus trapos sucios.
Michael Toteberg. Lo esencial de Fritz Lang. Ed. T&B: De esta manera Lang renuncia a hacer creíble la historia de espionaje fantástica para concentrarse en una dirección lumínica basada en las paradojas. Aquí se le da la vuelta a los viejos símbolos, convertidos ya en tópicos: la santidad significa aquí muerte. Vemos un cuarto totalmente a oscuras, se oye un ruido y se reconoce luego un agujero diminuto por el que entra un rayito de luz: han matado a un hombre a través de la puerta. Las películas mudas de Lang enlazan con los modelos básicos de Hitchcock, intercalados con momentos de ironía y parodia: en el film se reconoce la actitud de rechazo contra el guión. El ministerio del miedo no ofrece aleccionamiento político.
Fantomas. Cinemascope: Fritz Lang ahondó en numerosas ocasiones durante su carrera en el tema del enemigo interno que hay en todos nosotros. En “M, el vampiro de Dusseldorf” (1931), el director se encarga de exponer el clima de paranoia y desconcierto existente en Alemania poco antes de la subida de Hitler al poder. Luego, al llegar a los Estados Unidos, se percató que existían enemigos internos en todos lados, y que básicamente todos los hombres son potenciales “enemigos internos”. Esto lo expone de manera bastante excepcional en este film.
Bosley Crowther. New York Times, 1945: Anyone who has read the recent novels of Mr. Greene can anticipate the style. It combines a touch of sorcerer's magic with a modern, sophisticated wit. And Fritz Lang, in directing this picture, has kept a curious off-key, spectral tone insinuating through the telling of a thoroughly captivating tale. [...] Mr. Lang has given the picture something of the chilling quality of some of his early German shockers—a strangely arch and maniacal surge that comes through suggestive use of camera and morbid pace in more critical spots. The clammy and numbing sensations of fear are thereby conveyed in a manner that is quite unusual for our generally overworked screen.
Dennis Schwartz: Stephen Neale is released from a prison insane asylum after spending two years there for a mercy killing of his very sick wife, which she actually did herself. Happy to be free and to be going back to London by rail, he stops off at a charity event run by an organization called 'Mothers of the Free Nations.' After seeing a clairvoyant, he's told by her the exact weight of a cake being given to the one who comes closest to guessing its weight and is told that it's important for him get the cake. The cake was meant for a Nazi spy, as it contains microfilm of a map showing where the British plan to invade Europe.
Graeme Clark: There is romantic interest, too, and although Neale has a tragic past in that he assisted in his terminally ill wife's suicide (that's what landed him in the asylum) he makes friends with an Austrian brother and sister, Will Hilfe (Carl Esmond) and his sibling Carla (Marjorie Reynolds struggling with the accent). It's Carla who takes a fancy to him, but who can he really trust in this world of paranoia and double crosses? Examination of the narrative finds absurdities, such as the spies fronted by a group of middle aged women, but it all makes a kind of nightmarish sense while you're watching.
Paul Tatar. TCM: Unlike most of his Hollywood contemporaries, director Lang had a real-life connection to the Nazi party. In fact, many Germans thought he distastefully utilized the connection to get extra publicity for his war-based films Hangmen Also Die (1943), Ministry of Fear, Man Hunt (1941), and Cloak and Dagger (1946). As Lang stated in an interview for Hangmen Also Die, Adolf Hitler had personally selected him to make pictures that glorified the Nationalist Party. [...] In 1967, he told Peter Bogdanovich that he had actually fallen asleep while trying to watch it on TV.

RT |IMDB | MRQE

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta semana es el Festival de cine de Donostia. Después de mucho trabajo conseguimos presentarnos con El truco del Manco, una peli de tintes sociales con el Langui como protagonista (el cantante del grupo La Excepción).

Si queréis más info no os cortéis en pedirnos material.

Os dejo un link para que le echéis un vistazo:
http://www.mediafilms.es

Guido dijo...

Es un suspense medianamente efectivo, pero la historia tan halada de los pelos y los valores de producción tan pobres la hacen palidecer frente a sus otras películas americanas como The Big Heat [su mejor película después de Metropolis, si me preguntan] y el double-punch de Scarlet Street y The Woman in the Window.

Tenía mucho sin pasar por aquí, pero como siempre, excelente blog!

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