Los dos lados de la cama

(Emilio Martínez Lázaro) ** [Nota, las dos estrellas las doy porque soy español, reduzcase en una estrella si no se es de este país]

El cine español vive un letargo invernal que dura ya casi una década. Y supongo que no hay ninguna razón para que despierte en otros veinte años teniendo como tiene una clientela utranacionalista dispuesta a aplaudir cualquier bodrio con la única condición de que luzca alguna expresión castiza. El espectador español es mal juez de su cine igual que una madre es una pésima jueza de sus hijos, y aun así está dándole la espalda. A mi juicio no lo suficiente. La solución, sin duda es llenar toda esa ineptitud de celuloide de generosas subvenciones para de ese modo no enterarnos de lo que le está ocurriendo, dirán algunos.

Si tuviera que concretar lo diría en una sóla frase: en el cine español no hay movimiento. Nada se mueve, nada conmueve. El maestro de la inanidad es Garci, que ha visto a dios en forma de oscar y no necesita volver a hacer cine, le basta mirarse el ombligo. Pero da igual mirar en otra dirección. Da igual fijarse en la cacareada película de Martínez Lázaro. ¿Qué es lo que ocurre en “Los dos lados de la cama”? Nada. Y si ocurre da igual que ocurra. Las chicas discuten, los chicos intiman, uno dice una cosa otro dice otra. Todos cantan. Nada. Vacío al cuadrado.

Lo único que “los dos lados de la cama” quiere vendernos igual que tantas teleseries megamodernas es que ellos no están chapados a la antigua. Las dos horas de canciones sirven para que yo me entere de que una relación homosexual es una cosa guay y tan válida como una relación hétero.

Vale, mil gracias, me doy por enterado. Pero ya que estamos hablando de amor homosexual ¿sería mucho pedir que alguien me hiciera sentir algo? Lo digo porque llevo emocionándome con cientos de películas desde que era niño y ésta me deja más frío que un discurso a la nación del presidente. ¿O es que con la recontramodernez del elemento gay ya me tengo que dar por satisfecho y me tengo que ir a casa sin pedir nada más?

2 comentarios:

John Trent dijo...

Lo que podrian hacer es dar dinero para hacer proyectos mas originales e incluso arriesgados en este pais y dejar ya de tipica y topico comedia de enredos de toda la vida...solo que ahora se apoyan en una supuesta incorreccion politica en los dialogos y tal, en que hay numeros musicales entre las escenas...chorradas, una peli facil de vender y consumir a gusto de todos. Con esto y Torrente 3 ya hay cuota de mercado, que es para lo que estan.

Carlito Brigante dijo...

Un ejemplo más de como matar la gallina de lo huevos de oro. Esta pelicula es una vuelta de tuerca mas forzada al limite. Mas de lo mismo, la unica diferencia es que las chicas se enrrollan tambien entre ellas. Esa unica diferencia no justifica toda una pelicula
Si la primera hacia gracia y sorprendia relativamente esta aburre solemnemente.
En caunto a ellas, lamentable, Lucia Jimenez tiene la expresividad de un palo, y la chica de Los Serrano tiene el morbo de una lechuga. Compararlas con Paz Vega y con La Verbeke es como comparar a Dios con un gitano (expresion popular)

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