Saw

James Wan, 2004
Reparto: Leigh Whannell (Adam), Cary Elwes (Dr. Lawrence Gordon), Danny Glover (Detective David Tapp), Ken Leung (Detective Steven Sing), Dina Meyer (Kerry), Mike Butters (Paul), Paul Gutrecht (Mark), Michael Emerson (Zep Hindle), Benito Martinez (Brett), Shawnee Smith (Amanda).
Guión: Leigh Whannell; basado en un argumento de James Wan y Leigh Whannell.
*
Oriental y macabra, valga la redundancia

Aunque un director macabro puede jugar con nosotros durante hora y media a lo que él quiera y someternos a las mismas torturas que a sus cobayas, el espectador siempre tiene un dequite cuando baja el telón. Uno tiene derecho a pedir explicaciones e indemnizaciones morales. Por mucho que el director se pase, sabe que cuando se encienda la luz, el que estará en la picota será él. James Wan trata de irse de rositas con un final de cajas chinas, con uno de esos artefactos llenos de sorpresas que hacen las delicias de todos los guionistas perezosos de nuestro tiempo. Pero el Señor Wan no se va a ir sin que le diga un par de cosas.

“Saw”es una historia de serial killer psicópata en la que, por fin, se destapa el pastel. Prepárense: el aseino y no la víctima es quien tiene razón. El fondo moral es que la gente no aprecia lo que tiene, no sabemos lo felices que somo por estar sanos y tener un trabajo. El asesino no se limita a inventar juegos complicados para matar, sino que obliga a sus víctimas a elegir entre opciones siniestras. Por ejemplo, una chica tiene que buscar una llave en el estómago de su compañero de celda si no quiere que le estalle el cráneo con una trampa para osos.

Hay un momento de éxtasis en el que coinciden tanto “Saw” como “Old Boy”. Es el momento en el que el protagonista teme perder lo que más quiere y se rebaja hasta lo más hondo. Ya no es un héroe, ya no va a luchar más. Su rendición es incondicional y la firma con una mutilación. No sé muy bien que tipo de placer supone ver algo así, lo mismo que no entiendo que placer tiene comer pescado crudo, pero visto de lejos diríase que a cierto tipo de espectador le gusta la claudicación del héroe, tanto o más que verle los pechos a la protagonista. Lo supongo porque los creadores siempre sacan esa jugada con un aura de satisfacción que parece que acaban de enseñar una escalera real en medio de una partida de poker.

Yo no pretendo defender los esquemas tradicionales de Hollywood, y de hecho, a veces noto cierto cansancio, pero si van a renovar el cine de hoy con esta casquería sanguinaria, que me dejen como estoy.

Alberto Bermejo: Más que inspirarse en casos reales, que también, o en películas anteriores afines -no se puede dejar de pensar sobre todo en 'Seven' durante su proyección-, los mecanismos argumentales de 'Saw' parecen proponerse como reto o sofisticado modelo para futuros asesinos en serie faltos de ideas propias.
Javier Ocaña: La originalidad de los aesinos en serie ha llegado a tal extremo de virtuosismo que el de Saw ni siquiera se tiene que dar el trabajo (físico y moral) de acabar con sus víctimas; son otros los que lo hacen por él, eso sí, inducidos por macabros juegos pergeñados por su mente perversa.
[...] Wan es un profesional avispado pero no lo suficientemente inteligente como para haberse dado cuenta de que cuando saca la acción al exterior del cuarto de baño decae mucho enteros.
Cranky (-3): Here begins the most ridiculously contrived horror film of all time. It's a movie whose horror is impossible to follow because the set-ups required to put all the action together are so completely stupid.
Ebert **: "Saw" by contrast depends on an improbably devious and ingenious villain who creates complications for the convenience of the screenplay. Named "The Jigsaw Killer," he joins that sturdy band of movie serial killers with time on their hands to devise elegant puzzles for their victims and the police. Sometimes that works, as in "The Silence of the Lambs," and sometimes we simply feel toyed with. That said, "Saw" is well made and acted, and does what it does about as well as it could be expected to. Horror fans may forgive its contrivances.
A movie that conceals the identity of a killer is of a lower order, in general, than one that actually deals with him as a character. To get to know someone is infinitely more pleasing than to meet some guy behind a hockey mask, or in a puppet suit, or whatever. There is always the moment when the killer is unmasked and spews out his bitterness and hate and vindictive triumph over his would-be victims. I find it a wonder this obligatory scene has survived so long, since it is so unsatisfying. How about just once, at the crucial moment, the killer gets squished under a ton of canned soup, and we never do find out who he was?

Rotten Tomatoes: 46% $55m.

0 comentarios:

top