Horas de luz

Manolo Matjí, 2004
Reparto: Alberto San Juan (Juan José Garfia), Emma Suárez (Marimar), José Ángel Egido (Chincheta), Vicente Romero (Morata), Andrés Lima (Granizo), Ana Wagener (Chus), Aitor Merino (Tormo), Daniel Núñez (Chester), Paco Marín (Rafa).
Guión: José Ángel Esteban, Carlos López y Manolo Matjí.
* * *
¿La gente cambia?

Juan José Garfia protagonizó en 1987 una escapada de la policía digna de la España negra, que se saldó con tres muertos, luego recorrió varias cárceles en las que lideró más de un motin, intentó escaparse y acabó internado en El Dueso, una prisión de alta seguridad para presos de alto riesgo llamados FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento). “Horas de luz” narra la experiencia de este preso en condiciones inhumanas en la prisión de El Dueso y su cambio después de conocer a una enfermera del penal a la que sólo puede ver una vez al mes. La película evita explicarnos que llevó a Garfia a cometer sus crímenes y nos plantea si una persona como él puede cambiar.

El mayor acierto está en el modo que la enfermera se acerca al preso. Dado que está prohibido conversar, Garfia no cuenta nada. Si lo hiciera pensaríamos que la ha manipulado, pero no. Ella se acerca a él porque ve en su espalda el trato inhumano que está recibiendo. No se acerca a él porque se deje convencer por un discurso, que, sospechamos, debe ser muy convincente dada su vocación de agitador.

Hay muchos silencios en la película y mucha historia que no pasa delante de los ojos del espectador. Para mi gusto queda mucho que explicar de una enfermera con tres hijos que pone su futuro en manos de un convicto con juicios pendientes. ¿Está demasiado sola? ¿Ha descubierto al hombre perfecto en una situación extrema? ¿Tiene el síndrome de Estocolmo invertido y no puede resistirse ante la idea un hombre encerrado? A veces, los espectadores tenemos la sensación de que el director sabe menos que nosotros de la historia que cuenta.

La película ocurre a finales de los ochenta y principios de los noventa. El español tiene el hábito de pensar que cualquier tiempo pasado fue peor. En nuestra cultura, todas las atrocidades caben en el pasado pero no en el presente que vemos claro. La costumbre es achacar todo lo indecible a la etapa de la dictadura, pero las generaciones envejecen y la nuestra ya no recuerda aquellos años, así que ahora es la década de los ochenta la que carecía de carceleros decentes, y de derechos humanos. La cárcel va haciéndose menos costrosa a la vez que los carceleros se van convirtiendo en seres humanos cuando nos acercamos a nuestros días, y el espectador debe aceptar que hoy somos mejores que antaño porque somos más modernos.
Alberto Bermejo ***: un estimulante ejercicio de austeridad en el que la emoción no surge de los subrayados o de las estridencias melodramáticas sino del rigor con que la ficción se inspira en la realidad, de la manera atenta con la que la cámara observa a los personajes entre los muros de las distintas cárceles por las que Garfia ha ido pasando.
Méndez-Leite @@@@@: 'Horas de luz' se puede leer como una reivindicación del derecho a la reinserción de los delincuentes por graves que hayan sido sus delitos, como una denuncia de los abusos y torturas que aplican en las cárceles de cualquier parte funcionarios desaprensivos aun en los sistemas democráticos, o como una historia de amor redentor, que lo es en buena medida. [...] Es una película sobre la búsqueda de la bondad en un entorno en que imperan el rencor, los prejuicios, la maldad de los legales, la violencia de los ignorantes.
Grupo Tortuga. CNT: Cuando visitamos el pabellón de los FIES en la penitenciaría de El Dueso me sorprendió que las celdas fueran tan parecidas, si no idénticas, a las del presidio de Guantánamo cuyos planos había visto en la prensa. Se han globalizado las técnicas penitenciarias para quienes infringen la ley y desafían el orden, cualquier orden, aunque sea injusto.
Palencia Digital: Los familiares de algunas de las víctimas de Juan José Garfia ponen en duda la veracidad de la película "Horas de Luz", que narra la historia del delincuente vallisoletano y piden que Garfia "se pudra en la cárcel".
No te salves!: El hecho y la realidad que muestran la película es que la cárcel, en general, es un sitio donde “almacenar” los “deshechos” de la sociedad, donde la reinserción no es el objetivo, ni mucho menos, sino que es un instrumento de castigo continuo para aquellos que han desobedecido las reglas.

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