El mito de Bourne

Paul Greengrass, 2004
Reparto: Matt Damon (Jason Bourne), Franka Potente (Marie), Brian Cox (Ward Abbott), Julia Stiles (Nicky), Karl Urban (Kirill), Gabriel Mann (Danny Zorn), Joan Allen (Pamela Landy), Tom Gallop (Tom Cronin), Marton Csokas (Jarda), Karel Roden (Gretkov).
Guión: Tony Gilroy; basado en la novela de Robert Ludlum.
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El pasado de Bourne

La primera parte de "El mito de Bourne" se tituló "El caso Bourne" (2002) y trataba de un agente secreto de la CIA que sufre amnesia. Bourne tenía la doble tarea de averiguar quien era él y de escapar de sus antiguos jefes que lo sabían demasiado bien, de modo que la película se movía con agilidad entre la acción, las persecuciones y el misterio. Lanzaba el mensaje, ya conocido, de que al sistema le puede resultar prescindible la vida de un individuo, aunque para ese individuo la vida pueda ser más bien grata y querida. Esta denuncia contra las grandes entidades que carecen de principios se ha limado en la segunda parte que ha resuelto la cuestión de quien es el malo y quien es el bueno. El estado y la CIA no son malos, lo es un funcionario sin escrúpulos que cometió un pecadillo y no duda en matar para esconderlo. Así que ya podemos dormir tranquilos sabiendo que no vamos a ser exterminados como pretenden hacer con Bourne porque le interese a una agencia todopoderosa.

Las dos partes de esta, por ahora, corta saga, trascurren fuera de los Estados Unidos. La primera tiene Suiza y Francia de telón de fondo, esta segunda parte empieza en La India, y luego sigue por Nápoles, Munich, Berlin y Moscú. En cada ciudad Bourne averigua algo, utiliza un truco curioso, como por ejemplo controlar el movil de otro o hacer estallar una casa con unos minutos de retardo, cosas todas muy útiles para cuando uno se va de vacaciones. Y para que tengamos un bello recuerdo de la ciudad que visita, siempre hay una persecución desenfrenada con vistas turísticas de todas sus calles y destrozo del mobiliario urbano que encuentra a su paso. Hay quien prefiere llevarse una postal de recuerdo, pero sobre gustos no hay nada escrito.

Enrique Colmena *: Paul Greengrass, un neófito con algún que otro título de cine independiente, ha querido hacer una especie de cine de acción bajo los postulados Dogma.
Méndez-Leite @@@: Como cine de persecuciones en coche, 'El mito de Bourne' es brillantísima; como película de espionaje es convencional y su intriga carece del menor interés.
Alberto Bermejo ***: Cine de espías de primer orden, puesto al día no sólo temáticamente tras la caída del Muro de Berlín y a las puertas de una cadena de guerras calientes, también en materia de crueldad, violencia, sofisticación verosímil, envoltorio visual e intensidad sonora.
Ebert ***: Bourne may live forever, but the bad news is, people will always want to kill him; that is the defining reality of his life.

Rotten Tomatoes = 79% $170m.

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