Buscando a Nemo

Andrew Stanton y Lee Unkrich, 2003
Personajes: Nemo, Marlin, Dory, Gill, Bloat, Peach, Gurgle, Bubbles, Nigel, Crush, Coral, Chum, Pearl, Bruce.
Guión: Andrew Stanton, Bob Peterson y David Reynolds; basado en un argumento de Andrew Stanton.
Producción: Graham Walters.
Música: Thomas Newman.
Fotografía: Sharon Calahan y Jeremy Lasky.
Montaje: David Ian Salter.
Diseño de producción: Ralph Eggleston.
Dirección artística: Randy Berrett, Anthony B. Christoy, Robin Cooper y Ricky Vega Nierva.
* * * *
La violencia de las producciones Disney no es subliminal

Como decía mi antigua compañera de trabajo a los niños les consentimos que vean lo que sea siempre que no sea un culo. La primera escena acaba con un fundido en negro, los tiburones se han zampado a la madre y a cientos de hermanitos de Nemo, una niña traviesa va a recibir a Nemo de regalo y el año anterior ya se cepilló otro pececito de colores. ¿Es eso lo que llamamos cine para niños? Sinceramente, la chica desnuda de “Los rescatadores” y los dibujos libidinosos de “La sirenita” me parecen mucho más recomendables que estos argumentos de Disney para un niño de cinco años.

Después de perder a toda su familia, Marlin, decide que va a cuidar de su hijo Nemo como la única cosa importante del mundo. Está tan aprensivo que ni siquiera desea que vaya al colegio. Pero de poco le va a servir porque un buceador caza al pececito y este va a parar a la pecera de un dentista. La película narra simultáneamente los intentos de Nemo de escaparse de la pecera con sus compañeros y el periplo del padre hasta llegar a Sydney para rescatar a su hijo.

A estas alturas me rindo a la evidencia, ya no existe ninguna emoción a menos que esta sea televisada por Ana Rosa para toda España, y aunque me pese, las tribulaciones del padre sólo se vuelven intensas cuando también se hacen famosas. Que le vamos a hacer, algo hay en nosotros que funciona de esa manera.

Lo que ya no me rindo es al exceso de medios. Todos los buenos pintores han ido simplificando su arte hasta llegar a lo esencial, mientras que en Pixar cada película tiene más texturas y más movimientos. Y puede que estos sean interesantes, pero no son asequibles para un espectador que tiene dos horas para digerir una historia. Sólo puedo explicarme semejante despilfarro de dibujos pensando en la edición DVD. Yo puedo asegurar que me perdí casi todo.

La imaginación consiste en hacer los pescados tipos humanos identificables. Los tiburones son lo mejor porque quieren dejar el vicio de comer peces, como alcohólicos anónimos. Dory, la despistadísima amiga de Marlyn que olvida una conversación a los pocos segundos puede aludir a esa faceta de los peces, pero es difícil buscarle un fondo humano.

Igual que en Monstruos S.A. la sobrecarga de novedades hace que uno tarde en conectar con los personajes. Es un tipo de película que exige varias revisiones para poder identificarse, simpatizar y para entrar en el fondo de la película. Aunque lo parezcan, estas no son películas fáciles, Lasseter debería saberlo. Y a veces se juega la atención del espectador más naif cuando trata de sacarle mucha punta a los paralelismos con el mundo de los humanos. Para comprobar lo que digo basta escuchar la sala, muchos niños no ríen los chistes y quizá lo toman todo al pie de la letra.

Es heredera de Toy Story en el peligro que es un niño malo en manos del cual puede caer el pececito y de Monstruos S.A. en la carrera para salvar a un ser desprotegido, que esta vez no es la niña, sino el hijo.

Dicen que Pixar está salvándole las cuentas a Disney. Técnicamente es comprensible, los dibujos son sorprendentes. Pero a los guionistas aún les queda por aprender algo de sus predecesores. Yo sigo prefiriendo esas historias de siempre con un fondo humano fácilmente identificable. Y esos argumentos redondos donde los personajes evolucionan en hora y media. En “Buscando a Nemo” Marlin saca una lección, pero casi por los pelos.

Y sobre todo, quitaría la crueldad de los tiburones y la niña mala y los cambiaría por alguna chica en bolas como las que siempre ha habido en las producciones Disney.

Guiños en Nemo

La película está repleta de homenajes cinéfilos: cuando aparece la niña que martiriza a los peces del acuario suena la música de Psicosis; el ataque de
las gaviotas incluye planos de Los pájaros; los protagonistas cantan un tema de 20.000 leguas de viaje submarino; el episodio dentro de la ballena recuerda a la versión Disney de Pinocho; el nombre del escualo, Bruce, es una referencia al mote del animatronic utilizado en Tiburón, de Spielberg.

En todos las producciones de Pixar aparecen personajes procedentes de películas distintas, aunque hay que estar muy atento para captarlas. También en Buscando a Nemo se incluyen sorpresas de este tipo. En la consulta del dentista se puede ver un muñeco de Buzz Lightyear, el astronauta de Toy Story y Toy Story 2; además, del techo cuelga un móvil de peces idéntico al que tiene la niña Boo en Monstruos, S.A. Los espectadores que tengan paciencia para esperar a que acaben los créditos finales podrán ver a Mike Wazowski, el ojo con patas de Monstruos S.A., buceando.

Metropoli.com

2 comentarios:

Marta Archibald. dijo...

Me parece una burrada lo que usted dice. Pienso que Buscando a Nemo es una pelicula preciosa y les cuenta a los niños una historia de un padre que lo da todo por encontrar a su hijo Nemo y recibe la ayuda de otro pez mientras que Nemo es ayudado por mas peces para volver con su padre. Es usted el que le busca la violencia a la pelicula porque seguro que si usted le pregunta a un niño que haya visto esa pelicula o cualquier otra de las que menciona no piensa para nada lo que usted dice. Un cordial saludo.

Marina

Sara dijo...

Más que para niños, es para sus padres. Para el argumento se habían basado en sus propias experiencias como padres. Lo que principalmente se refleja aquí es la sobreprotección, así que quién debe aprender es el padre de Nemo y por consiguiente el resto de padres del mundo. Así que supongo que este es un film de animación pero para mayores.

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