Abajo el amor

Peyton Reed, 2003
Reparto: Renée Zellweger (Barbara Novak), Ewan McGregor (Catcher Block), David Hyde Pierce (Peter MacMannus), Sarah Paulson (Vicki Hiller), Tony Randall (Theodore Banner), Rachel Dratch (Gladys), Jack Plotnick (Maurice), Jeri Ryan (Gwendolyn), Ivana Milicevic (Yvette), Melissa George (Elkie).
Guión: Eve Ahlert y Dennis Drake.
* *
Revival

“Abajo el amor” ha conseguido que adore las películas de Doris Day y Rock Hudson, aunque sólo sea por lo que ganan con la comparación.

La película responde a la moda revival que empezó con las series de Televisión como el Fugitivo o los Angeles de Charlie, luego continuó con los comics de la casa Marvell, como X-men, Hulk, Spiderman. Spielberg y Shoderberg vieron el filón en el look de los sesenta. Los dos hicieron trabajos estimables, “Oceans eleven” se recrea en el juego de los actores y “Atrápame si puedes” en la recuperación de la memoria de un ladrón histórico. “Abajo el amor” pertenece a este tercer grupo, pero no llega al mismo nivel de resultados. Peyton Reed, viene de la televisión gasta un presupuesto alto y no trae gran cosa que contarnos.

Catcher Block es un macho que seduce a cuantas mujeres quiere y destruye reputaciones desde la columna de su periódico. Barbara Novak es una muchacha de pueblo que triunfa en el mundo editorial gracias a su libro “Abajo el amor”, que enseña a las mujeres de todo el mundo a plantar cara a los hombres y no depender de ellos, sobre todo sexualmente.

El guapo periodista desplanta a la intrépida feminista, y ella se venga de él criticándolo en la televisión. El siguiente paso en la guerra de sexos será su artimaña para seducir a la mujer que no le conoce y desvestirla en su columna. ¿Lo logrará?

Hasta aquí la película resultaba pasable, porque hasta aquí calca la estructura de las películas nobles puritanas de Doris Day y Rock Hudson. Pero en este punto, los guionistas deciden que han pasado muchos años y que ahora el cine ha progresado mucho y el espectador de hoy no puede pasárselo bien si no recibe una y otra vuelta de tuerca en el guión o un empacho de efectos especiales. Ellos optan por lo primero cuando deberían, sin lugar a dudas, haberse conformado con una trama convencional.

En cualquier caso la película ya no tenía remedio cuando al poco de empezar me cansé de escuchar las notas musicales a lo Henry Mancini y las calles de Nueva York llenas de buicks y chevrolets.

0 comentarios:

top